Capítulo 2

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Liv

Llegamos a una casa preciosa de dos plantas y un jardín delantero igual de grande que mi habitación en España. Durante el camino me he fijado en la variedad de casas, lo separadas que están unas de otras y lo verdes que son sus jardines. Cosas nada comunes a como es en España.

Al entrar, no puedo evitar mirar todas las fotos que están en el recibidor y en el salón. No porque sea una cotilla -que lo soy-, sino porque la casa parece estar envuelta en ellas. En todas salen cuatro personas y no tres que son los miembros de los que me dijeron que se componía la familia. La cuarta persona parece tener un par de años más que yo y es la imagen joven de John con su cabello rubio y ojos azules igualitos a los de su hermana.

- JJ, ¿quién es el chico de las fotos? -no puedo evitar preguntar, ya he dicho que soy una cotilla, y eso no creo que vaya a cambiar nunca.

-Como si no lo supieras -se limita a decirme-. Mira, no tienes que llevarte bien conmigo para conocerlos, cuando te conozcan no te van a tratar mejor por ello.

-¿Ellos? Yo solo he preguntado por él.

-Mi hermano y sus amigos. Seguro que sabes hasta los calzoncillos que usan -¿vale?... Eso es muy raro.

-Seguro que ahora te voy a parecer muy tonta, pero ¿por qué debería conocerlos?

Parece que ahora es su turno para quedarse sin palabras. Por un segundo, su cara se ilumina con ... ¿esperanza?, pero con un pestañeo, vuelve a estar igual. Con la diferencia de que ahora sube las escaleras corriendo.

-¡Te he dicho mil veces que no subas las escaleras corriendo Jessica! -oigo a Sarah decirle al aire ya que JJ no contesta.

Al minuto, la aludida vuelve a bajar corriendo con una foto de 4 chicos que cuando me la enseña, lo primero en lo que pienso es en que le dan de comer a la gente aquí. ¿¡Cómo pueden ser todos tan agradables a la vista!?

-Míralos bien -lo hago-, ¿en serio no sabes quiénes son? -parece que mi cara de desconcierto le da la respuesta que necesita ya que sonríe. Pero en vez de explicármelo, se vuelve a ir.

No es hasta que oigo cómo se cierra una puerta -supongo que la de su habitación- que me doy cuenta que me ha dejado aquí con las ganas de saber quiénes son.

¡¿Cómo se atreve?! Las cosas si se cuentan, se cuentan enteras.

Corro detrás de ella porque como ya he dicho, de chismosa no me falta nada.

-Ahora me tienes que decir quiénes son -digo nada más abrir la tercera puerta esperando que esta vez sí esté ella dentro.

-No tengo porque. Razón por la cual no lo voy a hacer.

-Porfaaaa... -suplico.

-No.

-Pooooorrrrfaaaaaa -cruzo mis manos y hago un puchero.

-No.

Un hueso duro de roer. Entendido. Hora de sacar la artillería pesada, con mi padre siempre funcionaba.

-Porfa, porfa, porfa, porfa, porf...

-¡Dios! ¡Está bien! Puedes llegar a ser muy insistente, ¿lo sabías? -obvio que lo sabía, sino no lo hubiera hecho.

-No tenía ni idea -digo en cambio con mi sonrisa más inocente.

-¿Has oído hablar alguna vez de un grupo llamado NAY? -me pregunta.

Niego.

-Eso es raro, son unas de las bandas del momento desde hace poco más de un año -empieza a explicarme-. Los 4 chicos de la foto -indica-, son los miembros. Mi hermano, Alex, es el guitarrista. Un idiota que aparte de música solo roba oxígeno, pero al final se le coge cariño.

Así es como empieza a contarme algo de cada uno. Pero no puedo evitar fijarme en que su mano está todo el rato en el rostro del mismo chico. Creo que me ha dicho que se llamaba Connor, el bajista. Un chico de ojos marrones y pelo castaño con cara de no haber roto un plato en su vida.

Al igual que ella, mi vista está fija en el mismo chico, pero por otras razones ya que se me hace extremadamente familiar. Aunque en mi caso, creo que es porque al ser famoso, a lo mejor me ha salido algún vídeo suyo en TikTok o su perfil en alguna de las muchas horas que paso en instagram.

-Lo echas de menos -digo refiriéndome a su hermano.

-Demasiado. Lleva ya un año viviendo en Nueva York con Jake. Ya sé que solo está a una hora y lo veo casi todas las semanas, pero no es lo mismo. Él es mi mejor amigo, por no decir el único. Y ahora sin él, no puedo evitar sentirme sola -entiendo a que se refiere.

Puedes tener todos los amigos del mundo, pero un hermano es algo especial. Un hermano es alguien que estará siempre contigo y que te apoyará. No lo digo por decir, porque aunque me peleaba a todas horas con mi hermano, era alguien irremplazable.

Ojalá me hubiera dado cuenta antes de que se nos acabará el tiempo.

-Gracias por decírmelo JJ -me levanto-, pero creo que me voy a ir a descansar ya. Ocho horas de vuelo son muchas.

-Antes de que te vayas -me frena-. Quiero pedirte perdón por si he podido ser borde contigo antes.

>> El resto de los que han venido de intercambio solo me hablaban cuando se trataba de algo de mi hermano y lo mismo me pasa en el instituto. Estoy acostumbrada a que la gente se acerque a mi por ser la hermanita pequeña del gran Alexander Jones. Con el tiempo, aprendí que el ser amable no iba a hacer que intentarán conocerme por mí, así que deje de intentarlo.

>>Asumí que tú eras igual y eso no estuvo bien. Lo siento -aunque ella no lo reconocerá nunca, noto como este tema le afecta mucho.

-Todo perdonado. Y, ¿sabes que? Ellos se lo pierden. Yo te acabo de conocer y creo que podemos llegar a ser grandes amigas.

Un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora