Capítulo 28

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Antes de todo
3 de julio de 2015

—¡Mami! ¡Maaaaaamiiiiiiii! —llama una pequeña Olivia de 9 años a su madre— ¿Mami? ¿Dónde estás?

Olivia da vueltas por toda su casa de la playa en busca de su madre. Pero quien contesta a sus llamadas no es su madre, si no su padre.

—¡Farolillo! —dice Mateo levantando a su hija por los pies y su cabeza estando hacia abajo.

—¡PAPIIIII! ¡Baja! ¡Me estoy poniendo tomate!

—Los tomates están muy buenos —afirma sacudiéndola.

—¡Porfi, porfi, porfiiiiiii!

Mateo suspira.

—Eres igual de insistente que tu madre, farolillo.

Olivia se ríe. Le encanta cuando la comparan con alguno de sus padres,quiere ser como ellos de mayor. Pero le encanta más tenerlos a ambos cerca.

Además, quiere el amor que ellos tienen, ese amor que ella tanto ve en sus películas de princesas.

—Quiero a mami —se cruza de brazos Olivia, como siempre hace cuando quiere que le den algo al segundo.

—Tu madre está durmiendo. Tu hermanito la cansa mucho.

—¿Cómo la va a cansar si mami todavía no ha explotado y él no está aquí?

Su padre se ríe. Amando la inocencia de su niña.

—Liv, tu mami no va a explotar.

—¿No?

—No, digamos que tu hermanito no va a salir así.

—¿Pero no le va a hacer daño cuando salga?

—Un poquito. Pero merece la pena.

—¡Aahhh! —dice ella fingiendo que lo ha entendido—. Creo que ya me gusta un poquito —muestra con sus pequeños dedos casi nada separados— más.

—Como tiene que ser. Vas a ser su hermanita mayor, vas a tener que protegerlo.

Olivia asiente emocionada con su nueva tarea.

—Ahora dime, ¿qué querías de tu madre?

—Nada —susurra Olivia bajando la vista sus pies, se remueve nerviosa.

—Venga, puedes contármelo. Yo puedo hacerlo por ella.

—Es que... le iba a pedir ver Rapunzel.

—¿Otra vez? ¿No la has visto ya como mil veces?

—Así de veces —extiende sus brazos lo máximo que puede— pero, ¡es que está muy chula!

—Entonces la podemos ver nosotros.

—¡¿En serio?! —levanta la cabeza Olivia con una gran sonrisa decorando su rostro. Cuando sonríe así es cuando más se nota el parecido con su padre.

—Claro. Incluso podemos cantar esa canción que tanto te gusta. La de cuando están en el río y con las luces.

—¡SIIII! ¡Eres el mejor papi! —se abraza a la pierna de su padre.

—Y tú eres la mejor hija, farolillo.

Con Olivia enganchada a su pierna, Mateo empieza a andar hacia el salón, aunque le cuesta un poco, no se escucha ninguna queja de su parte.

7 de julio 2015

Olivia está tirada en la arena haciendo castillos de arena con ayuda de su padre y su madre -con su enorme barriga de cinco meses- los observa desde una silla.

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