Capítulo 23

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Liv

26 de diciembre 2022

Intento apártame con cuidado de los brazos de Jake para no despertarlo. Harta de otra noche más sin poder dormir, salgo de la habitación sin hacer mucho ruido. Bajo las escaleras. ¿Izquierda o derecha? ¿En qué dirección estaba la cocina? Algo me dice que vaya hacia la izquierda así que eso hago.

Mala idea. Ahora no sé dónde estoy. Abro la primera puerta que veo. Una gran sala me da la bienvenida. Un equipo de música se encuentra en la esquina más lejana a la puerta. Espejos del suelo al techo recorren la pared a mi lado, una barra la pared contigua. En la otra pared hay ventanas que durante el día permitirían entrar una gran luz.

Una sala de baile.

Entro olvidándome de mi intención inicial. Los recuerdos vienen a mi de golpe. Toda mi vida he bailado en la academia de mi madre. Era lo nuestro, bailar hasta que no sintiéramos los pies. Papá muchas veces nos llamaba locas pero siempre sonreía al vernos bailar. Llevo casi un año sin bailar como lo hacía. No me sale.

Pese a eso, decido darle otra oportunidad. Me dirijo al equipo de música e intento buscar alguna canción que conozca. Fire on fire de Sam Smith es la elegida. Me pongo en el centro de la sala de cara a los espejos.

Dejo que la música recorra mi cuerpo. Y antes de que me de cuenta, estoy bailando. Mi cuerpo se mueve siguiendo el ritmo de la música. Mis movimientos, aunque improvisados, encajan perfectamente. Siempre me he sentido más cómoda bailando contemporáneo. Los giros, saltos y acrobacias son lo mejor.

Aparto los malos recuerdos y me quedo solo con los buenos. Pienso en las posibles correcciones que me daría mamá, la sonrisa y el brillo en los ojos de papá y Pablo en una esquina intentando imitarme.

Antes de lo que esperaba, se acaba la música y lágrimas me llenan la cara.

—Wow —me giro asustada, no sabía que había alguien mirando.

—Jake.

—Eso ha sido...increíble —sonríe andando hacia mí—. No sabía que bailaras.

—Ya no —bajo la mirada intentando quitar las lágrimas.

—Pues deberías —pone un mechón de mi pelo detrás de mi oreja—. Eres perfecta, Olivia Miller.

***

Esa misma tarde, estamos Jj y yo en mi habitación llamando a María. Les voy a contar lo que pasó ayer a las dos a la vez. Jj ya se había dado cuenta de que nos habíamos ido, pero como soy una vaga le dije que tenía que esperar porque no lo iba a contar dos veces.

Te tengo que contar —digo nada más descuelga.

¡Hola María! ¿Cómo estás? Muy bien Liv, gracias por preguntar y feliz navidad

Feliz navidad, María. ¿Cómo estás?

Ya no me sirve.

—Es un poco incómodo no entender nada —aparece Jj por primera vez en la cámara.

—¡Hola Jj! Habría hablado en inglés si hubiera sabido que estabas aquí —me da una mirada de reproche.

—Ahora ya lo sabes, no te quejes tanto —ruedo los ojos—. A lo que iba...

—¡Al fin lo vas a decir! —interrumpe Jj— Me ha tenido desde ayer con la intriga —le dice esta vez a María.

—Normal en Liv.

—¿Me vais a dejar hablar o no? —pregunto.

—Nadie te lo impide —dice María.

—No es como si te hubiéramos interrumpido —rueda los ojos Jj.

Un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora