Matthew y Thomas se durmieron casi al instante de terminar la cena y tras un rato charlando y recogiendo un poco el comedor y la cocina, al fin puedo subir a mi habitación a dormir.
Me quito el maquillaje y me pongo mi pijama. El mismo que me puse ayer. Suspiro ante el recuerdo, una gran noche sin duda. Y lo mejor es que dormí del tirón sin pesadillas.
Estoy todavía en mi mundo cuando llaman a la puerta.
—Tenemos que hablar —abre la puerta Jake.
—¿De qué?
—De nosotros.
Deja vu
Mierda, ¿tan rápido se ha cansado de mí? No me extraña, todo el mundo me acaba abandonando. Aunque pensé que tendríamos más tiempo, que yo sepa todavía no la he cagado.
—¿Qué hay que hablar? —trago saliva.
—No puedo seguir así.
Lo sabía. Ahora he hecho algo mal y ni me he enterado. Cada vez me supero más. Aunque no creo. Literalmente he sido la chica perfecta.
—Olivia, me gustas, mucho —aquí viene—. Pero si tú no sientes lo mismo... Y no quieres una relación, no te obligaré —dice a la misma vez.
—Lo entiendo. Es decir, antes o después te ibas acabar... —digo antes de procesar la información—. Espera, ¡¿qué has dicho?! —digo después.
—Que si no quieres ser mi novia, está bien.
—¿Por qué no iba a querer ser tu novia? —este chico está muy ciego.
—Bueno, la última vez dijisteis que querías ir lento.
—Jake, creo que nos hemos saltado muchos pasos como para querer ir lento —digo honestamente.
—¿Estás insinuando que aceptarías?
—Estoy insinuando que si me lo pides como es debido, tal vez no te diga que no.
—¿Quieres ser mi... —le pongo una mano en la boca antes de que termine, pero la aparto asqueada cuando pasa su lengua.
—Ni se te ocurra acabar esa frase —lo señalo.
—Pero has dicho que si te lo pido bien...
—Pero no en una habitación a oscuras, idiota —señalo nuestro entorno—. Tengo estándares muy elevados, más te vale currártelo.
Se queda un rato pensando.
—Te prometo que no vas a dudar en aceptar cuando te lo pida —sonríe orgulloso—. Mientras... ¿podemos dormir juntos?
—No.
—Pero...
—Es un derecho que solo tiene mi novio.
—¿Y lo de ayer que fue? —pregunta sin borrar esa estúpida sonrisa haciendo que recuerdos aparezcan en mi cabeza.
Alguien se está poniendo cachonda.
—Eso fue un pequeño desliz.
—Ya.
—Capullo —digo y sigue sonriendo—. Ahora fuera de mi habitación.
—¿Estás segura?
—Jake sal ya o llamo a Sarah. Sabes cómo se va a poner —eso hace que levante las manos en señal de rendición y se vaya. No sin darme un casto beso en los labios. Será capullo.
***
No sé que hago aquí.
Todo el mundo sabe que es mi familia la que está debajo de estas sábanas. Todo el mundo sabe que están casi irreconocibles. Y pese a eso, me hacen venir y tener que reconocerlos.
Vale, soy la única pariente viva que tienen. Los padres de mamá murieron hace dos años y no tenía hermanos, por otro lado, papá nunca mencionó nada de la suya hasta...
—¿Podemos terminar rápido? —le pido al forense. Cuanto antes terminemos, antes podré aceptar que estoy sola. Como me merecía.
Asiente y procede a levantar la primera sábana.
—¿Es este su padre, Mateo Miller? —no.
No es mi padre. Tiene el mismo cabello rubio y ojos verdes, misma complexión pero no es él. Siempre han dicho que mi hermano y yo somos una copia de él, pero sin ver el brillo y el amor que nunca ha faltado en sus ojos hacia nosotros, su familia, cambia mucho.
Además, mi padre no tenía la mitad de la cara quemada.
Ojalá le hubiera dicho cuán especial era una última vez. Cuánto lo quería. Nunca más podremos volver a hablar de fútbol, hacerle bromas a mamá, nada.
Sin embargo, este no era el sentido de la pregunta del forense. Y por desgracia, no me queda otra que darle la razón.
Mientras lo vuelve a tapar y se dirige esta vez hacia la camilla de mi madre, empiezo a llorar. Por incontable vez ya. Doy gracias porque Lucía -la madre de María- me espere fuera y haya aceptado mi tutela. Me ahorro ir a un orfanato o casa de acogida por lo menos.
Una vez el forense ha terminado de enseñarme los otros dos cuerpos, a mí ya no me queda oficialmente nada y Lucía decide llevarme a su casa.
Antes de salir, nos paran los policías que llevan el caso.
—Señorita Miller, necesitamos hacerle unas preguntas —dice uno de los oficiales.
—No —contesta Lucía por mí—. ¿Acaso la ven con el ánimo suficiente para responderles? —van a responderle, pero ella continúa—. Como su tutora legal, no les permito hablar con ella hoy. Lo que tengan que decir puede esperar un día.
Dejo de prestarles atención cuando lo oigo.
—¿Ya te vas Livvie?
No, no puede ser. Acaban de declararlo muerto.
—¿Tan rápido te olvidas de nosotros? —dice está vez mi madre. Es difícil verla cuando su cuerpo está tan dañado.
—¿Tan fácil fue decirnos que nos odiabas? —habla mi padre con su propio acento en algunas palabras.
—Prometiste que iríamos juntos a ver la nueva película de sonic. Tú decías que las promesas se cumplen —susurra mi hermanito—. ¡Y ahora la vas a romper!
Está no es mi familia. Ellos nunca me dirían esto.
Noto como me zarandean de un lado a otro.
—Olivia. ¡Olivia! Cariño, despierta —me susurra Jake—. Solo es una pesadilla.
Una pesadilla mezclada con recuerdos.
Me despierto toda sudada con las sábanas pegadas a mi cuerpo. Noto como las lágrimas recorren mis mejillas.
—Ya pasó —me atrae hacia él y me acaricia el pelo—. Nada malo te va a pasar. No lo permitiré.
Él me sigue hablando y yo no puedo frenar mis lágrimas.
—Ahora vamos a mi habitación. No puedes dormir aquí —me lleva en brazos hasta el baño y de ahí, pasamos la puerta que da a su habitación.
Seguramente, haya chillado y él habrá venido corriendo preocupado.
—El lado malo es que vas a tener que dormir conmigo aún sin ser pareja —se que intenta bromear y que me olvide de esto. Pero no es posible—. Aunque siempre puedo dormir en el suelo.
Niego.
—Está bien —me deja en la cama, me tapa con las sábanas y va hacia el otro lado para acostarse. Una vez acomodado, me atrae hacia él. Sigo llorando con mi cabeza sobre su hombro hasta quedarme dormida
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Un año
RomanceUn año, eso es lo que tiene Olivia para superar sus demonios antes de volver a su infierno personal. Un año da para muchas cosas, superarse;crear nuevas amistades que se convierten en familia; viajar... Pero ¿enamorarse? En un año no hay tiempo su...