Prólogo.

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"Prólogo."

-¿Qué estaba haciendo la noche de hace dos días cerca de las ocho con treinta minutos? -preguntó una mujer beta de cabello castaño claro-

-Ya lo dije, estaba en mi oficina, siempre salgo de ahí a las diez de la noche, a veces incluso a las once -habló con tranquilidad la Alfa viendo fijamente a la contraria-

-¿Tiene testigos que puedan confirmar su coartada? -interrogó una rubia de ojos azules, viendo fijamente a la mujer esposada-

-Las cámaras de seguridad en mi edificio, puede revisarlas y verá que estuve ahí todo el día hasta las diez de la noche -mantuvo su tranquilidad, sin alterarse en ningún momento- ¿tardaremos mucho? Tengo un gato en casa y no me gusta dejarlo solo, si esto va a durar más horas usaré mi llamada para que alguien lo cuide.

Ambas policías se miraron dudosas sobre que hacer, no tenían muchas pruebas y la mujer frente a ellas no parecía mentir, hablaba con tranquilidad y total seguridad, además, ya llevaban horas en el lugar y no lograban sacar algo de utilidad, mucho menos con los cuatro abogados presentes quiénes al más mínimo cuestionamiento interrumpían, no hubiesen podido sacar ni una sola palabra de no ser por la mujer que los tranquilizaba y respondía algunas preguntas. Parecía que todo éste asunto iba para largo.

Detengamos todo un momento.

¿Qué está pasando?

Para resolver esa pregunta hay que retroceder un poco de tiempo atrás, cuatro días para ser exactos.

-Señorita Addams -interrumpió un hombre entrando con violencia en la oficina de la nombrada- necesito hablar con usted.

-¿Quién te ha dado permiso de entrar? -su fría mirada se fijó en la del contrario quien casi sale corriendo al toparse frente a frente con esa aterradora mujer, además, por el potente aroma que se había soltado de la nada-

El Alfa frente a él estaba advirtiendo que su presencia en el lugar no era bien recibida, si permanecía mucho tiempo ahí, no dudaría en sacarlo con violencia y a pesar de también ser un Alfa, no podía hacer nada contra esa mujer, era aterradora.

Pero no sé iría, en su mente él tenía la ventaja.

-Le garantizo que le interesará lo que tengo que decirle -intentó sonreír pero en cuanto sus labios se curvaron ligeramente hacia arriba Merlina le dedicó una mirada que le provocó temblor por todo el cuerpo-

La mujer volvió a concentrarse bajando la vista hacia el monitor de la laptop, el hombre se permitió respirar e iba a tomar asiento pero las feromonas de la Addams decía que si se le ocurría sentarse estaría muerto.

-Tienes dos minutos antes de que te despida. -declaró con enojo, detestaba las interacciones con todos sus empleados con unas dos únicas excepciones y ese sujeto claramente no era una de esas excepciones-

-Tranquila, seré breve, renunciaré. -eso bastó para que una fugaz mirada de la pelinegra conectara con la suya-

-Esa realmente es una agradable noticia. -declaró con un tono más relajado, incluso su aroma dejó de ser tan amargo-

-¿No le interesa saber el porqué?

-No.

El hombre estuvo a punto de decir "Wow, acabo de olvidar lo que venía a decir, tranquila simplemente me iré" pero su cuerpo estaba petrificado ahí mismo, tal vez por el miedo o por lo que significaba darle sus motivos. La recompensa sería grande si lograba su cometido.

-Pues resulta que deberá ser así, porque usted me dará 10 millones de dólares cada mes desde éste momento hasta el día de mi muerte.

Merlina al instante dejó de mover sus ágiles dedos en las teclas, el ambiente de por si mortal se hizo aún más pesado y el amargo aroma volvió pero mucho más penetrante, la primogénita de los Addams enderezó con lentitud la cabeza para después recargarse en su medianamente cómoda silla de escritorio, arqueó la ceja y observó con total odio, asco y desprecio al hombre frente a ella quién a pesar de su notorio temblor aún no salía corriendo.

-¿Quién te crees? -su ceño se frunció aún más de lo que estaba normalmente-

-Una persona que descubrió su alter ego y que le cuesta mantener la boca cerrada, pero el dinero puede solucionar ese pequeño problema.

-No sé de qué me hablas. -contestó con parsimonia-

-Oh, claro que lo sabe, señorita Addams o... ¿Debería llamarle "Dalia Negra"? Tengo los contactos suficientes para que crean mis especulaciones.

-Bien, será sencillo, hoy a las ocho en punto en la esquina de esta dirección -escribió algo rápido en un papel y se lo entregó- recibirás tu pago, el cuál, te lo daré personalmente.

-Fue más fácil de lo que creí -esbozó una sonrisa burlesca y se dió la vuelta para salir del lugar-

-De hecho lo fue. -no necesitó usar ni una pequeña fracción de sus excelentes dotes para mentir ni manipular, ese hombre claramente era un idiota, siempre lo supo pero lo reafirmó cuando la quiso chantajear-

La pelinegra tenía infinitas veces mayor cantidad de contactos, dinero e influencias, pero siempre era satisfactorio ver cómo alguien creía tenerte en la palma de su mano para después retorcerse lenta y dolorosamente ante el miedo, desesperación, pánico y la cruel realidad de ser un ser tan vulnerable que a pesar de todo lo que intente, no podrá hacer nada más que rogar y suplicar por su vida, dando promesas vacías, intentando convencer a su asesino de no serlo. Solo para que en los escasos momentos antes de su muerte se de cuenta de que, haga lo que haga, no podrá evitar su doloroso y agonizante final.

Definitivamente no fue la idea más brillante amenazar a una multimillonaria con contactos e influencias hasta por debajo de las piedras, y menos si esta era una mercenaria de alto nivel con fama de nunca haber fallado en un solo trabajo. Pero como ya lo dijo Merlina, ese hombre era un idiota.

Lamentablemente para la Addams ese sería el inicio, ese idiota realmente tenía contactos, no los suficientes para hacerle el más mínimo daño pero si los suficientes para convertirse en un dolor de ovarios, incluso después de muerto. Definitivamente nunca debió de hacerle caso a Xavier, si no hubiera contratado a ese inútil ahora no estaría en el ojo de la policía. Aunque por un lado, llevaba tiempo sin sentir un verdadero reto, según Eugene y su contacto, la estaban vigilando muy bien, así que debía ser más astuta con cada movimiento. Sobretodo con una agente que la vigilaba cómo Alcón.

Comentarios de la Autora:

Buenas, ¿qué les pareció? Espero que bien :)

Justicia. [Wenclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora