Capitulo XIX

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"Herida."

Enid y Merlina estaban tranquilas en el sofá de la pelinegra, la rubia no podía creer que había conseguido que Merlina viese Harry Potter con ella, llevaban todo el día viendo la saga, apenas iban terminando de ver la quinta cuando el celular de Merlina sonó. La mencionada se levantó del sofá pues su celular había quedado en la barra de licores desde la mañana que desayunaron, pues pidieron comida rápida y no se habían levantado de ese lugar en todo el día más que para ir al baño. Enid iba a poner la sexta película pero se detuvo pues esperaría a Merlina para comenzar a verla, no quería que se perdiera ni un solo segundo.

—Ah, claro. Estaré ahí de inmediato. -colgó la llamada y se acercó a Enid, quien la veía con una expresión de tristeza pues escuchó que se iría- Es algo importante, Cara mia. ¿Quieres quedarte aquí o prefieres que te lleve a tu departamento?

—¿Tardarás mucho? -recibió un asentimiento por parte de la Addams- Entonces creo que iré a mi departamento...

—De acuerdo, alístate. Nos iremos en veinte minutos. -se dirigió a su habitación con tranquilidad mientras Enid se quedaba gruñendo en el sofá-

—Seguro Tyler tiene que ver con esto... -no tenía pruebas pero tampoco dudas, ese Omega era un entrometido y podía asegurar que era su culpa-

Merlina entró a su habitación, caminó al closet donde en un compartimiento secreto que se habría con sus huellas digitales sacó un maletín que contenía su traje de Dalia Negra, cerró el lugar de nuevo y sacó del closet ropa adecuada para salir, pues aún seguía con su "pijama" la cual solo usaba cuando había alguien más en su casa. Mientras se vestía entró Enid quien de inmediato se cubrió los ojos, se acercó a dónde había dejado su ropa y se dió la vuelta para salir de la habitación, todo mientras iba pidiendo perdón repetidas veces, haciendo sonreír a Merlina quien se divertía con esas actitudes infantiles de su pareja. Terminó de ponerse un traje bastante elegante y salió de ese cuarto, encontrando a una Enid ya vestida con la ropa del día anterior.

—Me hubiese gustado salir antes, no me parece justo que hayas sido la única que vió a la otra desnuda. -el rojo se apoderó del rostro de Enid-

—No quería verte desnuda, bueno sí pero esa no era mi intención cuando entré al cuarto.

—Mientras más tiempo pasamos juntas más atrevida te vuelves... Me agrada.

Así ambas salieron de la casa de la Alfa, subieron a uno de los tantos vehículos de Merlina y fueron rumbo al edificio donde vivía Enid. Cómo siempre fueron hablando de cualquier cosa mientras llegaban al lugar. Una vez fuera de la estructura ambas bajaron del automóvil y Merlina lo vió con una mueca, el estado de ese lugar no le gustaba en lo más mínimo.

—¿Por qué vives en un lugar así? Sé cuánto gana un detective y te debe de alcanzar para algo mejor que... -vió el edificio de arriba para abajo encontrandolo aún más desagradable- esto.

—Sé que es horrible pero en pocos meses me iré de aquí a mi propia casa. -comentó con felicidad, no podía esperar para que ese día llegara y decirle "vete a la mierda" a ese departamento tan horrible donde vivía.- mi sueldo es de diez mil dólares al mes pero llevo seis años ahorrando siete mil al mes para una casa y ya encontré una que está perfecta. Así que, en cuanto consiga los cincuenta mil que me faltan al fin podré vivir cómodamente.

—Ya veo. -fue su único comentario.-

Por eso es que siempre la veía intentando gastar lo menos posible, hizo cálculos rápidos y si solo disponía de tres mil dólares al mes implicaba unos setecientos a la semana, o sea cien dólares por día, tan siquiera el desayuno que ella compró el día que fue por enid a su trabajo costo sesenta y siete dólares, no quería imaginar cómo le hacía para sobrevivir con eso.

Justicia. [Wenclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora