Capítulo XV

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"Tarde"

A la mañana siguiente ambas despertaron, curiosamente, muy bien descansadas, a pesar de las horas que estuvieron dormitando su sueño había sido muy confortable y relajante, sobre todo para Enid quien durmió en un colchón que no parecía piedra. Ambas se levantaron casi a la misma hora, con una diferencia de cuarenta minutos. Enid se quedó con la ropa para dormir porque era súper cómoda y Merlina simplemente se puso un shorts y una playera muy holgada y larga, tanto que cubría los shorts, ambas prendas eran negras y salió de su habitación sin ningún calzado directo a la cocina para preparar su desayuno.

Enid llegó a la cocina algo somnolienta, siguiendo un maravilloso olor que percibió desde su habitación, ya que siempre ha tenido un gran olfato. En el lugar encontró a una pelinegra moviéndose de un lado a otro con agilidad, gracia y rapidez. Parecía como si danzara en vez de cocinar y le dejó hipnotizada el verla con el cabello suelto, era muy largo y algo quebrado, siempre creyó que sería totalmente lacio pero se sorprendió al ver que no era así, era totalmente oscuro, la luz del sol apenas sacaba un poco de brillo. Además también se dió el lujo de mirar su cuerpo, vaya que se cuidaba bien, a pesar de que la playera cubría la mitad de los muslos lograba notar que estaban marcados, bastante fuertes de hecho, los brazos también se notaban fuertes y firmes, su postura era totalmente recta, a diferencia de ella que estaba totalmente encorvada la mayor parte del tiempo.

—¿Tiene hambre? -la sacó de su nube de pensamientos y la miró con un gesto tranquilo pero Enid hizo una ligera mueca al ser tratada de "usted" de nuevo- ah, volví a hablarte de usted. Lo lamento, me sale naturalmente.

—Respondiendo tu pregunta, sí, tengo hambre. Y con ese olor aún más. -confesó sentándose en una especie de barra de licores desde donde podía ver todo lo que Merlina hacía-hacía-

En cuestión de minutos, Merlina acabó el desayuno y lo sirvió, ya que Enid se había sentado en la barra de licores, decidieron desayunar ahí y no en el comedor. La rubia en cuanto probó el primer bocado prácticamente devoró la comida, mientras que Merlina comía con total tranquilidad. El desayuno que le hizo Merlina fue algo que Enid disfrutó muchísimo, en su departamento siempre comía cosas de la calle bastante malas o comida instantánea, sus desayunos decentes era cuando Yoko y Divina la invitaban a un café o algo por el estilo.

—¿Quieres repetir? Puedo preparar más si quieres -comentó al ver que en cuestión de cinco minutos su plato ya estaba totalmente libre de cualquier alimento y el vaso que llegó a tener leche estaba vacío-

—No, gracias. Así estoy bien. -contestó con algo de vergüenza, pues realmente quería más pero le daba pena decirle que sí-

Merlina se encogió de hombros y siguió con su desayuno, que no tardó más de diez minutos en acabarse. Así que, le dió un último sorbo a su taza de café y se levantó de la barra de licores para dejar todos los platos, cucharas y demás que utilizó para el desayuno en el lavavajillas.

—Me iré en una hora, ¿quieres que te lleve a tu departamento? -preguntó viendo a la agente quien parecía muy tranquila viéndola desde su lugar- ¿o prefieres que te lleve a tu trabajo?

Fue hasta entonces dónde Enid recordó que debía ir a trabajar, miró un reloj electrónico que tenía Merlina en la barra y notó que eran las ocho cuarenta y siete de la mañana, se supone que ella debía estar en su trabajo desde hace una hora. Así que aceptó que Merlina la llevara a su trabajo y corrió a la habitación de invitados a darse una rápida ducha.

Mientras estaba en el baño, no entendía como se le olvidó, nunca había ido tarde a su trabajo ni había descuidado sus horarios de trabajo, su mente siempre estaba activa pero hoy, con la presencia de la Alfa no podía pensar en otra cosa que no fuese ella, su cabello por fin suelto, su pálida piel, sus dotes culinarios y ese embriagante aroma que soltaba a café amargo y licor. Volvió a la realidad y al darse cuenta de lo que pensaba su rostro se tiñó de carmín y sacudió la cabeza para deshacer esos pensamientos.

Justicia. [Wenclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora