Capitulo XXXVI

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"Actitud rara."

Enid se encontraba en el departamento junto a sus hermanos quienes guardaban la calma después de ese arranque de emoción totalmente inaceptable para ellos, los niños veían con una falsa tranquilidad el suelo de el gran departamento, querían seguir corriendo pero sabían que si desordenaban serían severamente castigados, aunque Gael, el menor era quien aún no tenía muy bien controlado ese impulso y constantemente veía a los alrededores llamando la atención de su hermana.

—No tengo nada con que entretenerlos... No soy de juguetes, ¿quieren ver algo? -abrió la aplicación en la televisión donde había más contenido para niños y se quedó esperando la respuesta de sus hermanos-

—¿Podemos ver la tele? -Eric se sorprendió, lo que impactó mucho a Enid, incluso ella de niña tenía permitido ver la televisión cuando era niña-

—¿Qué hacen en casa después de la escuela? -sabía que Esther no les compraba juguetes o cualquier medio de entretenimiento, así que entre la escuela y un poco de tele se entretenía un poco, pero sin la tele no tenían mucho que hacer-

—No vamos a la escuela, mamá dice que solo es para los Alfas y algunos betas, al igual que la televisión o salir de casa, pero papá nos lleva a las compras con él. -comentó Eric con tranquilidad, nunca había conocido a otros omegas fuera de su familia, así que creía que era lo normal-

Enid no creyó que ese lugar pudiese ser peor pero ahora era una prisión. Se vivían maltratos de todo tipo, siendo los físicos los más comunes, se les daba lo mínimo para comer y ahora eran privados de cualquier contacto con el mundo exterior. Había estado dudosa de permitir que Merlina desafiara a Esther, pero sabía que debían hacerlo ya, era un peligro para su padre y hermanos seguir viviendo bajo el mismo techo con esa cruel mujer.

—Será difícil. -susurró para si misma, eran muy pequeños así que aún estaban abiertos al cambio-

Sus hermanos parecían buenos niños, no se veía ni una pizca de mala intención en cualquiera de sus acciones, pero tampoco parecían niños, eran más como unos mini adultos muy sumisos se veían asustados, tímidos, retraídos y a pesar de estar maravillados por el departamento intentaban reprimir cualquier emoción, no merecían en absoluto el trato con el que habían vivido durante sus cortos años en este mundo, estaba a punto de decirle algo a sus hermanos cuando su celular empezó a sonar al ver la pantalla leyó el nombre de Yoko, así que no tardó en contestar.

—Hey, ¿qué pasa? -contestó la llamada con tranquilidad-

—"¿Qué pasa?" Enid, no me respondiste ningún mensaje a lo largo del día, ¿cómo se encuentra tu papá? ¿Estás con tus hermanos? ¿Se encuentran bien? -la preocupación de su amiga formó una sonrisa en sus labios, Yoko siempre había sido alguien en quien podía confiar-

—Sí, estamos bien, bueno... Lo bien que se puede estar ante una situación así. Aunque apenas va comenzando todo este asunto.

—Obviamente, tu madre tiene mucho por lo que responder, empecé una orden pero aparentemente tardará semanas...

—Merlina la va a retar. -dijo con preocupación, era lo más rápido pero seguía siendo peligroso-

—Enid, es una situación seria, no es momento para estar jugando. -respondió Yoko con molestia, nadie en su sano juicio haría algo así-

—No es broma. -Yoko se quedó en silencio por un momento-

—Enid... Eres consciente de que un reto entre alfas solo acaba hasta que uno se rinda o muera, ¿verdad?

—Sí, lo sé y Merlina lo sabe, pero sabes que si no hacemos eso Esther podría aprovechar la situación y denunciarme por secuestro, me llevarían presa en lo que investigan y en lo que se tardarían en conseguir una orden para registrar la casa de Esther mis hermanos vivirían un infierno sin mi padre ahí.

Justicia. [Wenclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora