Justicia. [Wenclair]

Capitulo XXXIX

"Favor"

Tenía un mal presentimiento.

Merlina salió del edificio con una sensación de incertidumbre, cosa que pocas veces le ocurría, ella era una persona totalmente lógica y racional, pero ahora tenía un mal presentimiento, una sensación dentro de ella le avisaba que ver a Amanda era una terrible idea y que el día en que por fin acabaría con la trata de menores ella iba a terminar muy mal, como si fuera una predicación de su futuro. Comenzó a pensar en Enid, ¿qué haría si algún día la descubriera? ¿Dejaría que pudiera explicar sus razones? Y de ser así, ¿realmente la perdonaría al saber por qué hace todo lo que hace? Enid es alguien con una moral muy arraigada, igual que ella, si algo le parece mal, no sé detendrá hasta que eso desaparezca y ahora que estará cuidando a sus hermanos no va a permitir que estén cerca de una asesina. Tal vez no la vuelva a ver, probablemente la meta a prisión y la aborrezca después de eso. 

Una sensación de miedo y preocupación empezó a crecer en sus adentros, su mente no dejaba de imaginar situaciones ficticias, pero altamente probables, de Enid odiándola, arrestándola, incluso disparándole, por primera vez en su vida la opinión de alguien sobre ella logró causarle pavor.

Intentó ignorar esa sensación, esa corazonada que prácticamente le pedía a gritos no hacer nada de lo que tenía planeado, simplemente dejar que Enid se encargara de todo, nunca revelar lo de la Dalia Negra y seguir felices, pero ella era terca y quería salvar a la niña, era algo que le debía a su yo del pasado, ya había pronosticado los riesgos, no había razón para temer.

¿Verdad?

—¿En qué pienso? Por supuesto que no ocurrirá nada inoportuno. -se dijo a sí misma en voz alta en un vago intento de autoconvencerse de que tenía la razón-

Subió a su vehículo y se quedó quieta un buen rato. Comenzó a divagar en sus pensamientos mientras se mantenía quieta con las manos inmóviles en el volante. Pensaba en su desagradable pasado, su agitado presente y su incierto futuro. A pesar de sus intentos aún no podía dejar de pensar en que haría Enid, realmente lo demás carecía de relevancia, su única preocupación era la rubia, no importaba si le disparaban, si la metían a prisión o si le quitaban absolutamente todo su dinero, propiedades, etcétera, lo que la mantenía angustiada era Enid, solo Enid.

Esto la abrumó, ¿cómo era posible que le preocupara más lo que Enid pensara o sintiera por ella que literalmente todo lo demás? Planificó todo con Enid en la mente, sus próximos movimientos serían única y exclusivamente para estar bien con la rubia, incluso sus planes estaban elaborados para que la ojiazul no tuviera ningún problema, había pasado noches ideando y seguiría así algunas más, debía encontrar un balance entre lo que le apoyaría a la policía y lo que le convenía a ella.

Justo en ese momento fue devuelta a la realidad por una notificación en su teléfono móvil, por el tono ligeramente distinto a los demás supo que se trataba de Enid, así que sacó el dispositivo de la bolsa de su chaqueta y leyó el mensaje sin abrir el chat. 

"Cuando te desocupes, ven".

Era un mensaje algo inusual, especialmente porque no llevaba ningún emoji y estaba escrito con mucha pulcritud, conocía a su pareja y solo hacía eso si algo serio ocurría.

Tal vez lo sabía.

—No, es estúpido, cuando sospechó de mí se alejó, lo hubiera hecho si así fuera. -intentó relajarse, no podía oler sus propias feromonas, pero sabía que las estaba liberando por el estrés, angustia e incertidumbre, si llegaba al departamento de Divina sabrían por su olor que algo iba mal-

Bajó las ventanas del automóvil y dejó que salieran del vehículo, una vez que se sintió más tranquila las volvió a subir y dejó que el aromatizante hiciera su trabajo y desapareciera el olor, seguramente quedarían rastros, pero podía excusarlos, de todas formas debía ir a su trabajo adelantar la mayor cantidad de trabajo posible y luego ir con Enid. Ese tiempo era más que suficiente para desaparecer el aroma.