Saliendo del local de las apuestas junto al hombre el cual supuestamente me daría su barco, camino hacia la Bahía con los bolsillos llenos, en las manos aquellas botellas de licor que me había ganado.Mientras el hombre se bebe por sí solo una de aquellas botellas, miro a mis alrededores en busca de Líon, pero no le logro ver por ninguna parte.
Haciendo un fuerte sonido mientras silbo, cruzo los dedos para que este mapache no estuviera muy lejos y me hubiera escuchado. Siempre que le silbaba él solía aparecer luego de algunos minutos.
—¿Acaso tienes un perro? —Pregunta el hombre mientras caminamos.
—Algo parecido. —Continúo mirando efusivamente a mis alrededores, esperando que de algún momento a otro el intrépido mapache hiciera aparición.
—Espero que cuides de mi barco, lo he tenido por muchos años. —Le da un sorbo a la botella ya casi vacía de licor. Yo solo me quedo silencio. —¿Acaso sabes cómo navegar? —Voltea el rostro y me mira, yo niego.
—Nunca lo he intentado. —Miro por un momento a mi derecha y me percato como Líon viene corriendo en mi dirección a toda prisa. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al verlo venir.
Al llegar a mi lado, el mapache salta sobre mí y se agarra de mis hombros. Veo como el hombre a mi lado pega un salto entre tanto hace una mueca de espanto con la boca.
—¿Pero qué mierdas? —Grita dando dos pasos hacia atrás. Sus ojos clavados en el animal. —¡Tienes una bestia en el hombro! Quédate quieto que te la mato. —Dice y le veo alzar amenazantemente aquella botella casi vacía de licor con la intención de pegarle a Líon.
—¡No, no, no espera! —Doy dos pasos hacia atrás, defendiendo a mi animal. —Es mi mascota. — El hombre rápidamente frunce el ceño al escuchar aquello.
—¿Quién demonios tiene un mapache como mascota? —Me mira como si estuviera loco, aunque creo que sí, pero solo un poco. Yo solo sonrío.
Una vez en la bahía, el hombre y yo nos adentramos al muelle. Mira todos los barcos que ahí había... eran increíbles.
Me pregunto cuál sería el mío.
Habían barcos de todos los tamaños, formas y colores. Algunos más altos, otros más anchos.
—¿Y cuál de esos es el mío? —Pregunto impaciente. El hombre me mira y sonríe. —Está por allá. —Señala el final del muelle. —Es uno de los últimos barcos. —Yo asiento.
Caminando junto a hombre hacia el final del muelle, veo como éste se detiene frente a uno de los últimos barcos.
—Aquí está... "El Embajador". —Extiende las manos y veo como una gran sonrisa se dibuja en su rostro. Yo bajo las botellas de ron y las coloco frente mío sobre el muelle.
Volteo el rostro y observo el barco que está frente a nosotros. Definitivamente no era lo que esperaba.
El barco era muy viejo y se notaba que en definitiva necesitaba unos arreglos... bueno, bastantes arreglos. Desde donde estaba, podía notar como alguna de las maderas del casco del barco estaban rotas. Caracolas y demás conchas marinas pegadas a la parte baja de este. La verdad era que no me imaginaba como esta embarcación aún seguía en flote.
—¿Seguro que este barco navega? —Pregunto, el hombre rápidamente voltea el rostro y me mira serio.
—¡Claro que puede navegar! —Frunce el ceño. —¿Por qué no lo haría? Si es una bestia en el mar. —Se acerca a la embarcación y reposa su mano en ella. —El Embajador y yo hemos pasado por mucho; tormentas, olas descomunales... pero siempre se mantiene a flote. —Se voltea y me observa. —Por eso espero que no lo dejes encallado en el primer arrecife de coral que se te cruce en medio. —Alza una ceja, yo sonrío de oreja a oreja.
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Medusa ©
Fantasy¿Qué sucede cuando un pirata va en busca y captura de la mujer más peligrosa y temible que existe en el mundo? Sí, estás en lo correcto... de todo puede pasar. Konor un loco, pero amistoso pirata inexperto, el cual decide ir tras la reina de las ví...