Capítulo 27

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Dos meses después

Recostado en la cama junto con Medusa, acaricio su cabello mientras ésta me abraza. Su rostro de medio lado sobre mi pecho. Ambos desnudos bajo las sábanas de seda luego de haber hecho el amor. Ambos aún sudados, nuestros corazones palpitando fuerte dentro de nuestros pechos.

—¿Cómo es el mundo exterior? —Pregunta la chica así de la nada. Yo frunzo el ceño ante sus ocurrencias. —Es que lo que conozco es por parte de los libros que leído. Pero no sé mucho más. —Bufo con una sonrisa en los labios.

—Eso depende donde vivas y de tu estatus social. —Miro el techo entre tanto juego con el cabello de la chica entre mis dedos.

—¿Y cuál era tu estatus social? ¿Dónde vivías? —Pregunta de una forma inocente. Yo exhalo y la sonrisa que había en mis labios lentamente se va desvaneciendo al recordar aquello.

No era como que estuviera muy orgulloso de lo que soy, mucho menos de mis condiciones de vida. Pero, si quería que esto funcionara entre nosotros creo que el primer paso sería ser sinceros el uno con el otro.

—No estoy muy orgulloso de lo que era antes de conocerte. —Hago una pequeña pausa en mi hablar. —Tampoco del techo que tenía sobre mi cabeza.

El cual era un sucio y apestoso pasillo en el corazón del pueblo.

—Lamento oír eso, Konor. —Suspira. —Creo que ambos no hemos tenido unos pasados muy interesantes. —La escucho bufar; yo sonrío de medio lado.

—Sí, pero lo importante es vivir el ahora, no quedarnos viviendo en el pasado. Como tampoco vivir siempre pensando en el futuro. —Digo y siento como ésta me abraza con aún más fuerza.

La observo, aquel pañuelo rojo alrededor de sus ojos. Las sábanas tapándola hasta la cintura.

—Mi único pirata favorito. —Dice en forma burlona, yo sonrío.

—Y tú mi reina de las víboras favoritas. —Río mientras comienzo a hacerle cosquillas. Ésta se revuelca en la cama sobre mi cuerpo. Yo me detengo y le doy un beso sobre su cabeza.

Me quedo en silencio por algunos segundos. Mi mente pensando en lo muy feliz que era en estos momentos y en lo afortunado que era por haber encontrado, de la manera más extraña posible, a la persona que robó mi corazón.

Pero, algo muy dentro en mi interior aún no me dejaba ser completamente feliz, no me deja estar en paz conmigo mismo. Esa espinita clavada en mi corazón, aquello que me atormentaba día y noche... mi tripulación.

—Medusa, sé que ya te he preguntado esto cientos de veces pero, ¿aún no has encontrado alguna forma en la que podamos revivir a mis amigos? —Pregunto sentándome un poco en la cama. Mi espalda ahora recostada sobre el espaldar de la misma.

Medusa se acomoda y se sienta. Veo como ésta hala levemente la sábana y se tapa el pecho con ella.

—Lo lamento tanto Konor, pero no he encontrado manera alguna. —Hace una mueca de decepción con la boca. —Sinceramente no creo que sea posible revivirles. —Inclina su rostro hacia abajo. Yo coloco mi mano sobre su hombro.

Sé que hablar de esto le incomoda muchísimo, más aún cuando ésta me había pedido disculpas hace un tiempo atrás por haber convertido en piedra a toda mi tripulación.

Medusa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora