Capítulo 18

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Luego de que la tripulación y yo nos preparamos tomando nuestras espadas, cuchillos y demás. Todos nos paramos cerca de la rampa y nos miramos una vez más los unos a los otros.

—Saben cómo es el plan, ¿no es cierto? —Digo y estos asienten.

—Repítelo una vez más por favor... —Fran levanta la mano. Todos inmediatamente voltean y le miran con mala cara. —Es que quiero estar seguro de haberlo entendido. —Sonríe con una expresión de pena en el rostro mientras se encoge de hombros.

Yo río por lo bajo.

—Entráremos todos juntos al templo, no quiero que nadie se aleje del otro en ningún momento. Sera más seguro si no nos separamos, recuerden, ella es una y nosotros somos cinco. —Todos asienten. —Se mantendrán escondidos entre cornisas o lo que encuentren, no quiero a nadie al intemperie o en espacios abiertos. Usarán los espejos que les di para mirar entre las cornisas, el será su mejor amigo cuando estemos allá dentro. Nada de mirar por su cuenta, siempre usando el espejo... que no se les olvide. —Saco el espejo de mi bolsillo y lo muestro, luego lo coloco nuevamente en el bolsillo delantero derecho de mi pantalón. Todos verifican que tengan el espejo consigo. —También, si ven que en algún momento se quedan solos, se pondrán este pañuelo rojo sobre sus ojos y no se lo quitarán hasta llegar al barco nuevamente. Hasta que estén seguros de que Medusa no está a sus alrededores. ¿Quedó claro? —Me quedo callado por un momento, observándoles. Todos parecen haber entendido y tener todo claro.

—Estamos listos. —Dice Ash mientras suelta un suspiro.

—Listos para morir allá dentro. —Tyson habla y noto como su hermano le da un golpe en el brazo con el codo. —¿Qué? —Refunfuña el chico mirando con mala cara a su gemelo.

—No hables así, conseguirás que nos maten con tu mala vibra. —El ceño de Fran fruncido.

—Era solo una broma, tranquilízate. —Se soba el lugar donde su hermano le pegó.

—Entonces, si todos estamos listos, podemos avanzar. —Digo y siento como mi cuerpo se tensa.

Dando la vuelta, comienzo a caminar hacia la rampa mientras todos me siguen. Mi corazón bombeando muy fuerte dentro de mi pecho.

Puedo admitir que las manos me sudaban, pero estaba decidido a que acabaríamos con ese monstruo y cobraría mi recompensa cuando llegase con su cabeza al pueblo.

Una vez nuestros pies se posan sobre la arena que rodeaba la isla, un escalofrío recorre mi cuerpo y un augurio de muerte me invade el alma.

Trago hondo y continúo mi paso.

Miro a mis alrededores, todo tenía un tono color entre marrón y grisáceo. Ni una pizca de color, ni un solo tono que indicase que había algo vivo aquí, ni una sola señal de ello.

—Tengo la piel de gallina. —Murmura Fran con la mano puesta sobre la empuñadura de su espada. Alerta.

—Esa es la sensación que se siente antes de morir. —Rie Benny. Fran se voltea y le pega un puñetazo en el hombro. Benny ríe.

—¡No es gracioso, idiota! —Voltea el rostro haciéndole la ley del hielo a Benny. Yo solo puedo sonreír ante aquello.

Al acercarnos a la puerta principal del edificio, me detengo y me dirijo a todos antes de entrar.

—Guarden silencio de aquí en adelante. Ya saben, tengan sus espadas listas para la acción. Y chicos... —Hago una pequeña pausa y me les quedo mirando por unos momentos. —Sea lo que sea que pase allí dentro, quiero que sepan que son la mejor tripulación que jamás haya existido. —Les sonrío levemente. Estos me devuelven aquella sonrisa y yo asiento.

Medusa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora