Señora Cabello

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Doble G!P.

—Señora Cabello - Mi secretaria interrumpía mis cinco minutos de relajación - La señora Jauregui llegó - Revire los ojos.

—Hazla pasar.

Lauren Jauregui, mi enemiga número uno en el mercado y raramente también en el amor pues siempre quería quitarme las chicas que conquistaba, tal parece que ella anhelaba todo lo que yo tenía.

—Camila Cabello... - Sonrío arrogante - Aprecio mucho que hayas dejado un espacio en tu apretada agenda para mi.

—Dejando de lado el hecho de que me amenazaste... De nada - Forcé mi sonrisa - ¿A qué debo el honor de tu visita?

—Seré directa Cabello - Se sentó en la orilla de mi escritorio - Quiero que seas mi socia en una inversión que tengo planeada... para una cadena de hoteles, te conviene serías la dueña de la mitad de todo.

—No.

—¿Me estás escuchando? - Preguntó indignada.

—Sí, y no me interesa tener tratos contigo Lauren - Suspiro pesadamente y se puso de pie.

—Te advierto que vendrás a rogarme que tenga piedad por ti - Esto era el colmo.

—¡COMO MIERDA VIENES A AMENAZARME A MI PROPIA OFICINA! - Espete furiosa mientras la tomaba por el cuello de su camisa, noté por unos segundos su mirada asustada pero se recompuso al instante - No vuelvas a pasarte por aquí ni a llamarme, imbécil - Cuando la solté ella me tomó por el cuello como yo lo había hecho.

—Sólo tienes que aceptar el trato y es todo mierda - Siseó cerca de mi cara.

—Suéltame o tendrás serios problemas Jauregui - No se movió así que trate de zafarme tomándola en la misma posición, forcejeé hasta que Lauren topó contra mi escritorio haciendo que yo quedara casi encima de ella, la solté al instante.

—Que mierda - Susurré.

Jauregui estaba empalmada, estaba demasiado dura, guié mi vista a su entre pierna sorprendida. Por alguna razón me excitó el hecho de saber que Lauren se calentaba conmigo, sonreí con malicia.

—¿Te pongo caliente, Jauregui? - Pregunté con sorna, vi cómo su mandíbula se tensaba. Me acerqué un poco a ella hasta rozar su erección con mi polla, necesitaba que notara como me había puesto.

Me tomo con fuerza del cabello y me acerco a ella, tomando mis labios en un beso posesivo, sabia a gloria sentir sus carnosos labios y su caliente lengua cada fibra de ellos, gimió en mis labios cuando apreté su polla maldición ella haría cualquier cosa que yo quisiera. Sabía que esto estaba mal pero no había marcha atrás no podía parar este deseo que explotó por mi maldita enemiga ojiverde. Sin despegar nuestros labios yo trataba de quitar su camisa y digo trataba por qué los malditos botones parecían estar en mi contra, ella luchaba con mi cinturón, lloriqueé de dolor.

Necesitaba enterrarme en su precioso culo blanco ya.

Por fin mis pantalones estuvieron abajo, me separé de Lauren lentamente y un pequeño hilo de saliva nos unía eso simplemente me puso más dura, su rostro estaba sonrojado sus labios hinchados y sus ojos llenos de fuego, de lujuria. En ese momento fui yo quien la tomo del cabello y la guié hacia mi polla, con mi mano libre saqué mi miembro que ya escurría de necesidad.

—Vamos Laur... convénceme de que sea tu socia - La mirada que me dirigió fue todo menos de molestia.

Deje que hiciera su trabajo mientras yo quitaba mis otras prendas, mi abdomen se contrajo cuando Lauren succionó de la cabeza de mi polla, sentía delicioso cuando ella pasaba su lengua por todo mi tronco para después meterse hasta la garganta todo mi pene, de pronto ella chupo mis bolas haciendo que mis piernas temblaran, tome de nuevo su cabello de la parte superior y la separe de mi.

One Shots - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora