Baby C

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Aquí el tan pedido Lauren G!P 👀


MJ Staffing Solutions LLC.


Aquí "Trabajaba". Es una cosa de llamadas virtuales o algo así, la verdad es que no tenía ni puta idea de que rayos hacia aquí, sabía que era como un castigo por parte de mi padre ya que según él "llevaba una vida poco digna de una Cabello".

Tengo diecinueve años y sí, soy una completa inútil. Estoy acostumbrada a que me den todo y ahora, que mi padre me obligara a "trabajar" era algo que me sacaba de mi zona de confort.

No hacia nada más que despertarme temprano lo cual era una mierda.

Las fiestas habían pasado al olvido pues "trabajaba" incluso los fines de semana.

El edificio había estado vuelto loco la última semana con la llegada de no se quién, una de las dueñas o algo así, no me interesaba en lo absoluto yo solo quería salir de ese infierno.

Salí de la ducha perezosamente y me vestí, si por mi fuese yo iría en pijama o desnuda como solía dormir.

Luego de un par de horas llegue al enorme edificio arrastrando mis pies como alma en pena, ya todos me conocían acá y ok, nadie me soportaba a veces podía llegar a ser muy odiosa, si continuaba aquí era por mi padre y esa mierda. Llegue a mi lugar y me dejé caer en la silla viendo hacia el techo, comencé a girar en la silla luego de unos minutos por que estaba aburrida.

Escuché como alguien aclaraba su garganta pero decidí ignorarlo, estaba muy entretenida viendo la luz que parpadeaba. Ese alguien giró mi silla con brusquedad haciéndome jadear con sorpresa.

—¿Quién eres y qué haces aquí? - Ladró una mujer madura.

—¿Como por qué tengo que darle alguna explicación? - Su rostro se tensó aún más.

—¡Marion! - "Mi jefa" llegó espantada hacia nosotras —¿Que mierda hace esta niña aquí?

—Ella es... es... - Exacto, no era nada ahí. Revire los ojos.

—¡¿Que es?! Ves el mal aspecto que le está dando a mi empresa ¿Lo ves, Marion?

Oh, oh.

—Ella es Camila Cabello - La señora gruñona reviro los ojos con fastidio.

—Debí saberlo... - Su cara enserio era un culo —Háblale a Alejandro, yo no voy a permitir que esta niña manche el nombre de mi empresa como su apellido.

Ok, me ofendí.

Me veía como si tuviese alguna enfermedad asquerosa o alguna mierda parecida.

—Pero señora Jauregui... el señor Cabello - La señora solo gruñó y se metió a la oficina que quedaba frente a mi —Espero estés contenta con lo que acabas de ocasionar - Marion tenía dagas por mirada —Si mi culo está en peligro lo vas a lamentar ¿Entiendes niñata de mierda? - La mire ofendida.

—Claro está que mi padre tiene más poder que ella y tú - La mire con desprecio —¿Sabías que estudie un poco de actuación? - Alzó una ceja mirándome como si estuviese loca —Un par de lagrimas a papá agregándole que me has atacado y ya está, tu vida se irá a la mierda ¿Entiendes, mierda? - Sonrió irónicamente.

—Jamás te he atacado, ingenua - Me acerqué a ella y tomé sus manos rápidamente logrando que pareciera que estábamos forcejando —No lo vas a conseguir, niña.

Y entonces dejé caerme golpeándome contra el escritorio que bien aquello no estaba en mis planes, chillé cuando caí al suelo. Marion estaba atónita cuando la señora dueña de esto salió de su oficina.

—¿Que carajo te pasa, Marion? - Bingo. Yo estaba hipando y sollozando como si me acabara de ocurrir lo peor del mundo —¡Es una niña, por dios!

—¡Yo no le hice nada! - La señora se había colocado de rodillas a mi altura y yo solo me aferré a ella en busca de protección. Olía delicioso.

—Ella comenzó.. a gritarme... a decirme que... entonces ella comenzó a estrujarme y me empujó - Hablé entre sollozos mientras la señora "Jauregui" asesinaba con la mirada a Marion y yo le sonreía con malicia.

—¡Está mintiendo!

—Vea las cámaras si no me cree... - Susurré y el rostro de Marion se desencajó.

—Hija de perra... - Quiso caminar hacia mi pero la señora se interpuso en su camino —Lauren... está mintiendo - Lauren... que bonito nombre, como ella. Ladee mi cabeza mirando su trasero, era grande y redondo.

—Entra a mi oficina Camila - Habló sin verme. Me puse de pie torpemente alisé mi vestido y camine lentamente a su oficina.

Escuchaba la discusión mientras observaba los detalles de su linda oficina, era espaciosa y aquellos sofás se miraban muy cómodos como para follar en distintas posiciones.

Luego de un rato Lauren entró.

—¿Estás bien? - Asentí mientras me mordía el labio inferior, vi su mirada clavada en mis labios.

—Si gracias, lamento haber ocasionado problemas...

—Nada de eso, ¿Segura que estás bien? - Se acercó con preocupación.

—Me duele un poco la espalda por el golpe que me lleve... - Hablé tímida —No despida a Marion... yo le provoqué...


—Aunque tu hubieses comenzado eso no le daba el derecho a maltratarte... nadie debe hacerlo - Ella acariciaba mi rostro como si fuese de cristal —Y no voy a permitir ese tipo de conductas agresivas en mi empresa... ya está despedida.  - Quería reírme de la tonta Marion.

—Gracias... es usted muy amable y protectora... - Susurré apenada, ¿Dónde está mi Oscar? —Su esposo e hijos deben ser muy afortunados... - Ella se tensó y dejó de acariciarme. Sonrió forzosamente.

—No tengo esposo mucho menos hijos... en realidad me gustan las mujeres por obvias razones.


—¿Obvias razones? - Curiosee.


—Preguntas mucho Camila - Me sonroje —Soy una mujer intersexual ósea... tengo un pene - Mi coño palpitó —Y antes de que lo preguntes no, tampoco tengo una esposa.


—Que predecible soy, ¿No? - Sonrió.

—Revisemos tu espalda, Camila - Por un momento me perdí en su intensa mirada —¿Camila?


—Si... si lo siento - Me di la vuelta echando mi largo cabello a un lado dándole acceso al cierre de mi vestido. Vi como entraba a lo que supuse era su baño privado y salía con un pequeño botiquín.


—Aquí debe haber algo para el golpe... - Aclaró su garganta y fue bajando con lentitud el zipper —Eso... eso dejará un gran hematoma, Camila... - La mire por encima de mi hombro —Pondré esto... - Me mostró el tubo de ungüento. Asentí.


Lauren me llevo hasta el sofá indicándome que me sentara dándole la espalda, ella me trataba como si fuese lo más frágil del mundo.

Eso me ponía caliente.

Sus suaves manos hicieron contacto con mi piel haciéndola erizarse, involuntariamente solté un gemido sintiendo como Lauren se tensaba pero después retomó su delicado masaje. No creía que esto fuese posible cuando me contaban mis amigas que con un solo toque se mojaban ahora, ahora lo comprobaba.

Estaba jodidamente húmeda, mis bragas estaban pegadas a mi coño haciendo una fricción de tortura.

—Se siente tan bien, señora Jauregui - Ronronee.

—¿Si? ¿Te gusta? - Preguntó como si le doliera —No soy buena con esto... - Rió nerviosa.

—Mucho... me gusta mucho... - Susurré, de pronto sentí a Lauren sentarse detrás, sus dedos recorrían mi cintura y suavemente llegaba a tocarme el abdomen. Caray, podía sentir su respiración pesada en mi nuca.

—Tienes una piel muy suave, Camila - Ella se acercó a mi y dejó un pequeño beso en mi hombro.


Gemí.

Levanté un poco mi trasero y me eché hacia atrás sentándome de golpe sobre su entrepierna, joder ella ya estaba tan excitada como yo. Lauren enterró sus dedos en mi cintura cuando intenté moverme sobre su dura polla, encajaba tan bien su pedazo de carne entre mis nalgas.

—Camila no... - Reviré los ojos pero no me importó continué moviéndome sobre ella —Camila - Gruñó. Hizo fuerza para separarme, ella me levantó tan fácil que me humedecí más al imaginarla tomándome contra la pared —Eso estuvo muy mal... tu padre es uno de mis mejores amigos... eres una niña además... - Trataba de recordarse eso a sí misma. Ignorando sus reproches me puse de pie para quitarme por completo el vestido y quedar frente a ella en ropa interior negra y unos bonitos tacones.

Notaba como estaba luchando desesperada-mente por no tomarme aquí mismo.

—Vístete.

—No - Sonreí con burla.

—Camila... - Advirtió.

Me acerqué un poco hasta que su rostro quedó cerca de mis tetas, eran pequeñas pero sabía darles buen uso. Tome su mano y pase sus dedos desde mi cuello pasando la curva de mis senos para después recorrer mi abdomen y terminar en mi coño, le hice pasar sus dedos por encima de mis bragas para que notara lo arruinada que me tenía, de pronto alejó su mano como si mi coño le quemara la mano, su ceño estaba fruncido, sus ojos desprendían ira.


—Estás en serios problemas, Camila - Me tome el atrevimiento de sentarme sobre ella pero sin llegar a tocar su polla.

—¿Si? - Divertida pregunté. Quería llevarla al borde de la locura.

Quite mi sostén dejando libres mis erectos pezones, su mirada verde se clavó en ellos con hambre. Puse mis senos a su altura y con una mano tomé uno mientras la otra iba a su cabello azabache jalándola hacia mi, jadeé cuando su húmeda lengua hizo contacto con mi pequeño botón. Podría correrme si tan solo me chupara las tetas.

Ella continuaba mamando y mordiendo mi pezón, mi coño dolía por lo excitada que estaba así que me dejé caer lento sobre su polla y comencé a hacer fricción entre nosotras. Lauren gruñó cuando hice presión sobre su duro pedazo, sus manos fueron a mis pechos estrujándolos con furia mientras turnaba su boca entre ambos, mis manos se aferraban a su nuca acercándola lo mas que podía, mi coño pulsaba con más fuerza sobre ella, estaba segura que ya había dejado una gran mancha de mis jugos sobre su pantalón.


—Lo quieres tan mal... - Su ronca voz me hizo temblar. La bese en respuesta, metí mi lengua en su boca gimiendo cuando sentí el sabor a menta de su lengua.

Deseaba a Lauren Jauregui.

No saldría de esta oficina hasta obtener un poco de su polla. La señora Jauregui luchaba por liberar su miembro sin romper nuestro beso, se notaba lo ansiosa que estaba por follarme pues sus movimientos eran torpes y sus besos bruscos, después de unos minutos consiguió bajar un poco sus pantalones y sacar su polla, mordiendo su labio interior me separe para verla.

La tenía hinchada y larga, su cabeza era rosada y estaba brillante por su pre-semen, mi boca se aguó. Quise tocarla pero me separó de un golpeteo en la mano.

Lauren me tumbó sobre el sofá y se echó encima de mi, realmente ella era un poco más grande que yo así que su cuerpo cubría por completo el mío. Con sus dedos hizo a un lado la tela arruinada de mis bragas mientras erguía su torso entonces ella tomó su gran polla blanca desde la base y comenzó a pasar su cabeza rosada por toda la extensión húmeda de mi vagina, su polla acariciaba mi botón sensible con furia como si aún estuviese luchando por no follarme. Nuestros ojos se conectaron mientras Lauren se abría camino dentro de mi pequeño coño, ella hundió solo la cabeza de su polla en mi interior, nada más.

—Métela toda... - Jadeé —Quiero que me abras con tu polla - Lauren gruñó mientras negaba solo con la cabeza.

Se movió un poco hacia adelante y hacia atrás sólo metiendo la punta, me apoyé sobre mis codos para ver nuestra unión y joder, solo estaba metiéndome un poco pero se sentía tan bien, su polla era enorme ninguna polla tan grande como la suya había entrado en mi antes y deseaba con todas mis fuerzas sentir cada pedazo de su pene dentro, muy dentro de mi.

—Por favor... - Jamás había rogado por algo.

—No - Sentenció con su mandíbula tensa.


Alargué mi mano hasta tocar su caliente polla, ella jadeó cuando mi mano se cerró sobre su eje, la jale un poco queriendo meterla más en mi pero Lauren continuaba resistiéndose, frustrada traté de desafiarla con la mirada pero su vista estaba clavada en mi mano sobre su pene. Masturbé su pedazo de carne bajo su intensa mirada ella tenía sus labios secos, seguía sin entender por que mierda no quería entrar por completo en mi cuando prácticamente estaba entregándome a ella como una cualquiera. Continué masturbando su polla con fuerza hasta que Lauren sustituyó mi mano por la suya.

La oficina de Lauren eran solo jadeos, gemidos, gruñidos y olor a excitación.

Su rostro estaba enrojecido, su respiración era errática como la mía, me ponía muy cachonda ver como sacudía su polla en su mano con la punta adentro de mi coño, era tan...

—Es tan enfermo esto... - Eso, era un poco enfermo —Está tan mal esto... - Siseaba pero no dejaba de jalarse el pene.

De un momento a otro ella solo se apartó y comenzó a masturbarse con más rapidez y estoy segura que con más fuerza, hice lo mismo. Lleve una mano a mi coño y comencé a darme el placer que Lauren me negó, me había dejado caliente y con ganas de montar su polla así que no tarde mucho en correrme mientras me acariciaba mi hinchado clítoris. Eché mi cabeza hacia atrás dejándome llevar por las olas de placer que llegaban a mi coño mientras gemía su nombre, al fondo de mi orgasmo escuchaba los gruñidos y palabrotas que soltaba Lauren corriéndose también.

—Aah... - Jadee cuando quite mis dedos, sintiendo lo pegajosos que habían quedado.

—Maldita sea... - Soltó Lauren molesta. Ella se puso de pie acercándose a su bonito y grande escritorio, yo seguía con la mirada atenta cada uno de sus movimientos aún tumbada en el sofá —Sólo... sólo pasará esta vez... - Decía mientras rasgaba la envoltura de un condón —Después de hoy no quiero volverte a ver aquí.

Debía sentirme mal por ser tratada como una prostituta.

Debería.

Aquello me calentaba muchísimo más, no me importaba si era solo una vez o diez más yo obtendría su polla dentro de mi coño por completo.

—Lo que digas... - Me burlé mientras me quitaba con rapidez las bragas y abría mis piernas para ella. Lauren apretó los puños por unos segundos pero no detuvo su camino, cuando llegó a la orilla del sofá su pene ya estaba enfundado y listo para mi.


Como una pequeña muñeca me tomo en sus brazos y me colocó en su regazo, mis labios se abrieron soltando un gemido chillón cuando Lauren se enterró en mi de una sola estocada, sonreí cuando sentí cada centímetro de ella muy dentro de mi, estiraba mi vagina tan bien. Ella puso los ojos en blanco cuando empecé a saltar sobre su dura polla.

—Me aprietas tan malditamente delicioso, Camila - Espetó. Me apoyé de sus hombros para cabalgar su pene con ritmo, la volvería loca. Sería ella quien deseara que esta no fuese la única vez. Sus calientes manos fueron a mi trasero amasándolo sin cuidado alguno ella me acariciaba las nalgas y espalda como si quisiera grabarse cada centímetro de mi cuerpo en sus manos, su boca hizo lo mismo con mi cuello cuando paré de saltar sobre ella y solo me movía en pequeños círculos —Eres la jodida perfección... - Siseó para luego mordisquear mi cuello.

Lauren me tomó de la cintura obligándome a saltar de nuevo sobre su pene, Lauren levantaba sus caderas con fuerza logrando un choque delicioso entre nuestras intimidades aquello era tan sucio pero me encantaba, unió sus labios a los míos en un beso torpe tratando de acallar mis gemidos pero era imposible pues su polla me estaba haciendo sentir tan llena me estaba haciendo sentir tanto placer como nunca antes, sentí como una de sus manos se perdía en mi cabello cerrándose en el con descuido con tanta fuerza que enviaba vibraciones a mi coño.

—Más...  dame más - Exigí en sus labios para después morder su labio inferior.

La señora Jauregui cumplió con mis ordenes cogiéndome con ímpetu.

—¡Lauren! - Gemía su nombre cerca de su oído mientras rebotaba sobre su polla gruesa.


—Camila... - Susurraba una y otra vez mi nombre.


Entonces llegué, me entregué al orgasmo tan delicioso que Lauren acaba de regalarme, la energía que desprendíamos mientras nos corríamos juntas era inexplicable y no era como si quisiera saber que había ocurrido.

Lauren soltaba pequeños jadeos mientras se seguía corriendo en el condón, continuaba con una mano enredada en mi cabello y la otra abrazada a mi espalda.

Y así como me tomó con facilidad para colocarme sobre ella con esa misma facilidad me sacó de encima, tirándome al sofá para luego ponerse de pie, quitarse el condón y subirse los pantalones acomodando su aspecto lo más que podía.

Yo continuaba tumbada en el sofá recuperándome del orgasmo sin preocuparme de que alguien entrara y me viese recién y muy follada.

—Vístete y vete de aquí - Habló sin verme —Cuando regrese no quiero verte acá, Camila - Y sin más salió de su oficina dejándome ahí como idiota.

—Estúpida... - Susurré.


Ya me las pagaría como Marion lo hizo.

One Shots - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora