Kink

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Camila g!p.




⚠️Para que pongo una advertencia, ¿verdad? (Contenido un poco explícito)⚠️


Aquí estaba yo, stalkeando el perfil de Camila Cabello.

Estaba tan enferma por ella.

Mataría por su polla en mi coño.

Deseaba sentir su semen muy dentro de mi.

Camila Cabello era una chica mayor sin vergüenza alguna, todo el tiempo compartía pornografía y a mi me encantaba. Algunas personas del pueblo la detestaban y la tachaban de enferma sexual, yo no. Yo tenía la dicha de tenerla en Facebook, según decían no a cualquier persona aceptaba, era una jodida afortunada.


———————
¿Chat?


——————————


Y por supuesto que yo quería una conversación caliente con ella pero era tan cobarde como para enviar un simple mensaje. Las zorras no tardaron en aparecer, descaradamente comentaban que ellas querían esa charla inclusive que ellas preferían ir a su casa. Me anime un poco dándole me gusta a su publicación, siendo honesta jamás había reaccionado a nada, mi coño reaccionaba a ella.

Mi piel se estremeció cuando mi teléfono vibró en señal de un mensaje.


Camila Cabello
Hey...


Joder. Mis manos temblaban mientras sostenía el aparato, respondí con un simple "Hey".



Camila Cabello
Eres linda, Lauren.

Yo: Gracias, tú también lo eres.



Ok, creo que no estuvo nada bien responder aquello.



Camila Cabello
Gracias, nena.
Iré al punto, ¿Quieres tener una conversación divertida?

Yo: Deseaba que preguntaras eso hace mucho tiempo.

Camila Cabello
¿Que edad tienes, Lauren?

Yo: ¿Importa?

Camila Cabello
Sí, te ves joven y me puedo meter en problemas

Yo: Tengo 18, recién cumplidos.

Aquello era una rotunda mentira pero no podía desperdiciar esta oportunidad.

Camila Cabello
Te creeré, ¿Lauren?

Yo: ¿Sí?

Camila Cabello:
Tengo la polla como roca, me puse dura viendo tus fotos.

Yo: Estoy húmeda y caliente por ti, Camila.

Camila Cabello
Traviesa ¿Eh?

Yo: Sólo para ti...

Camila Cabello:
¿Estás tocándote?

Yo: Tengo mis piernas cerradas haciendo presión en mi clítoris, estoy sintiendo la humedad salir de mis labios...

Camila Cabello
¿Estás depilada?

Yo: Completamente... ¿Quieres que hagamos videollamada?

Camila Cabello
Por qué mejor no vienes a mi casa Lauren, sería más divertido cogerte que imaginar hacerlo.

Yo: Me gustaría...

Camila Cabello
Dime dónde vives, pasaré por ti.




Tendría que estar asustada por que Camila resulte una asesina serial o algún tipo haciéndose pasar por mujer con polla mierda sí, debería estar asustada por que pasa de la media noche, debería.

Pero estoy caliente y estoy segura de que Camila es real.

La he visto.

Sé quién es, que hace y dónde trabaja.

Sé que es mayor que yo por varios años pero, necesito de esa mujer madura, alguien que me enseñe, alguien que sepa cómo tomarme, estoy impaciente por cabalgar su enorme polla por que sí, también le he visto la polla.

Carajo, me tiene enferma.

Enferma sexual.

—Hey... - Si no estuviesen mis padres ahora mismo metía a esta mujer a mi casa y le rogaría por que me follara bien duro por todos lados en toda la casa. Debe ser pecado ser tan hermosa como Camila Cabello.

—Hola, Camila - Desvié la mirada.

—Por qué esa timidez si hace un rato deseabas ver mi polla en videollamada ¿Eh? - Preguntó sin descaro.

—¿Dónde está tu auto?

—Estamos a solo un par de calles cruzando el parque, vamos... - Sí ya lo sabía, sé donde vive. Camine en silencio a su lado, estaba nerviosa y cachonda. Mi piel ardía en necesidad de su toque, había una especie de burbuja con nosotras dentro, una burbuja de tensión sexual y deseo.

—¿Cuántos años tienes, Camila? - Sonrió sin verme.

—Muchos más que tú, pequeña - Se giró clavando su mirada en mi acorralándome entre un enorme árbol en medio de la nada —Eres una jodida belleza, nena - Susurró como si le doliera. Ella acariciaba mi mejilla como si fuese de porcelana.

Su deliciosa boca absorbió la mía, sus labios gruesos sabían a gloria. Camila me besaba con hambre, sus manos ahuecaron mi trasero acercándome a ella haciéndome sentir su verga dura en mi vientre, gemí.

—¿Te gusta? - Asentí sin despegar mis labios de los suyos. Chupé su lengua arrancándole jadeos —Podría follarte aquí... aquí mismo - Su mano fue directo a mi coño sobando por encima de mis jeans, podría jurar que mis fluidos traspasaban mis pantalones...

No traía bragas.

Sentir sus jadeos en mi boca era maravilloso tanto que dolía, su aliento cálido golpeaba mis papilas gustativas.

—Necesito sentirte un poco... - Desabotonó mis pantalones y metió su mano rápido no me dio tiempo de asimilar nada. Camila soltó una pequeña risa cuando notó mi falta de bragas —¡Jesús! Pequeña traviesa... ¿Realmente quieres esto, cierto? - Asentí —¿Si, qué?

—Sí Daddy... - Gruñó —Estoy ansiosa por obtener tu polla gruesa - Estaba jugando con fuego, lo sabía y me encantaba. Acaricié su bulto con mis uñas.

Con su mano libre bajo sus pantalones deportivos dejando libre su polla. Camila seguía jugando con mi clítoris, acariciaba mi botón con fuerza y de vez en cuando metía sus dedos a mi coño tanto como se lo permitían mis jeans, tomé su polla con mi mano derecha y comencé a pajearla, sentía lo gruesa que era, las venas palpitaban en mi palma mientras sentía la viscosidad de sus jugos entre mis dedos. Jalé su polla al mismo ritmo que ella me masturbaba, mis sentidos estaban nublados mientras mi coño se contraía.

—Si... así... - Camila no dejaba de repetir aquello en mi oído. Sus dedos trabajaban mi vagina con movimientos exquisitos, su pulgar era el mejor, su pulgar acariciaba mi clítoris en círculos con fervor. Ella movía sus caderas mientras yo tomaba su polla con fuerza —Voy a correrme - Jadeó en mis labios para después meter su lengua a mi boca —Córrete, baby

—Mmh... - Chille por lo bajo mientras me estremecía, llené de crema sus dedos mientras ella llenaba de leche mi mano. Ante su mirada lleve su mano y mi mano a mi boca, chupé nuestros fluidos juntos.

Que delicia.

La morena no dejó que terminara de saborear nuestros fluidos cuando subió sus pantalones y tomó mi mano arrastrándome a su casa.

Unos minutos más tarde llegamos jadeantes por la caminata. Camila me observaba como depredador su sonrisa era torcida, a cualquiera le daría temor. A mi me excitaba, me ponía cachonda su mirada oscurecida.

—Vamos a jugar, baby - Sentenció —Nos vamos a divertir mucho.

—Si Daddy - Tomó mi mano y me guió a su habitación, mi corazón saltaba de emoción, el cosquilleo en mi coño aumentaba con cada paso que dábamos.

Una vez que estuvimos en su bonita y oscura habitación ella pidió que me desvistiera, lo hice bajo su atenta mirada. Gemí cuando ella se desnudó y su verga flácida se balanceaba mientras ella caminaba a un extremo de su habitación, quería comerme su polla quería comerme su cuerpo entero. La boca se me secó cuando vi como ella colocaba un cockring en la base de su pene abrazándolo junto con sus bolas


—Joder... - Susurré.

—Tienes una boca muy sucia, pequeña. Tendremos que hacer algo con eso ¿No lo crees?

—Acuéstate en la cama - Ordenó —Obediente... me gusta.

Camila hizo que colocara mis manos por encima de mi cabeza y luego las ató con una soga delgada. Me beso mientras pasaba sus dedos por toda mi humedad, ella mordió mi labio inferior hasta hacerlo sangrar.

—Cierra los ojos, baby - Hice lo que pidió —Si los abres tu coño cachondo sufrirá las consecuencias ¿Entiendes? - Asentí. Golpeteó mi coño —¿Entiendes?

—Si Daddy, si...

Me retorcía bajo las vibraciones que me daban sus pequeñas palmadas en mi coño, de pronto ya no escuché ni sentí nada, abrí los ojos.

Mala elección.

—¡Cierra los ojos! - Abofeteó mi coño sin piedad haciéndome gritar.

Sus labios y manos acariciaban mis piernas suavemente como si me estuviese estudiando, mi piel se erizaba completamente ante su toque, su lengua se paseó por la planta de mi pie enviándome cosquillas al coño, sus manos abrían camino entre mis piernas, sus largos dedos sobaban mis muslos, segundos de silencio otra vez entonces sentí su lengua lamerme desde mi pelvis, mi abdomen hasta mi cuello donde chupó con fuerza.

—Cam...

Volvió a abofetearme el coño pero con más fuerza.

Mi coñito húmedo hormigueaba.

—Te has portado mal, baby - Me estremecí por su tono de voz después sentí la ausencia de su cuerpo —Me has obligado a callarte la puta boca - Aquello me obligó a abrir los ojos solo para encontrarme con Camila llevando una pequeña tela negra a mi boca, hizo un nudo por mi nuca con fuerza.

Ella se alejó de mi para colocarse a un lado de la cama donde sólo se dedicó a sacudirse la polla bajo mi mirada, quería castigarme pues lo estaba logrando. No había peor tortura que estar jodidamente caliente y no poder hacer nada. Sus facciones eran duras, su ceño estaba fruncido y su boca semi-abierta, estaba disfrutando darse placer mientras yo la veía. Estiraba mis manos inútilmente pues la soga estaba muy apretada justo como yo apretaba mis piernas en busca de consolación para mi clítoris, el amarre en mis muñecas me hacía daño, me excitaba sentir aquel dolor en ellas.

Me dedicó una de sus sonrisas torcidas para después caminar al rincón de su habitación donde al parecer ahí guardaba sus juguetes, cerré mis piernas con más fuerza cuando vi un fuete de cuero negro entre sus manos, mi vagina pedía a gritos liberación, necesitaba sentir algo en ella ya o me volvería loca.

—Dieciocho años, ¿Eh Lauren? - Ronroneaba mientras pasaba el fuete entre mis pechos —Pequeña mentirosa... - Susurró.

Golpeó mis pezones con el fuete.

—Mmmh... - Gemía con desesperación. El fuete paró sobre mi pelvis, Camila separó mis piernas con brusquedad, mis ojos estaban atentos a sus movimientos.

—No vuelvas a mentirme, baby.

Golpe.

Alzó un poco su brazo y golpeó mi coño con el cuero negro. Arquee mi espalda mientras mis gritos eran ahogados por la tela.

Ella se llevó mis piernas a sus hombros y acercó su polla a mi coño, su cara no tenía expresión alguna. Dejó caer un hilo de saliva sobre mis pliegues y la cabeza rosada de su polla, sus ojos marrones estaban clavados en los míos mientras se deslizaba en mi interior, su mandíbula se tensó cuando nuestras pieles chocaron, su verga gruesa estaba completamente en mi interior, había llegado muy lejos. Cerré mis ojos cuando Camila comenzó a penetrarme, sus estocadas eran cortas pero precisas, sentía cómo tocaba mi punto esponjoso logrando que chillara de puro placer, su polla era larga y gorda me sentía muy llena. Echó su cuerpo encima del mío logrando que sus penetraciones fueran más profundas.

—Eres... eres perfecta, baby - Su endurecida mirada estaba sobre la mía —Tu coño es tan... apretado... estás tomando mi verga tan bien, baby... - Camila cruzó el mango del fuete por mi cuello donde sus fuertes manos tomaron sus extremidades e hizo presión —Me has vuelto loca baby Lo... - Hablaba entre dientes, seguía follándome —No tienes... una puta idea... de cuantas noches me toqué pensando en ti - Sus estocadas se hacían más bruscas —Me sedujiste... - Gruñó molesta mientras hacía más presión en mi cuello.

La adrenalina corría por mis venas, mi respiración era cortada, sus empaladas eran duras y violentas, mis gemidos y lloriqueo inundaban la habitación. Camila llevó su boca a mis pezones chupándolos con fervor, metió todo lo que pudo de mi teta izquierda a su boca y mordió.

Mordió mis pezones como bestia.

Mordió tan fuerte que me hizo correr.

Mi coño sensible se contraía al rededor de su polla mientras eyaculaba.

—Mmh... ¡Mmmh! - Me quejaba.

—¡CÁLLATE! - Apretó con más fuerza el fuete en mi cuello —Cállate...

—Mmh... - Lanzó el fuete hacia un lado y lo remplazó con una de sus manos mientras la otra la colocaba sobre mi boca.

—Calla... tú lo buscaste... - Siseaba mientras cerraba su mano sobre mi cuello.

Un nuevo orgasmo me golpeaba mientras Camila continuaba follándome sin control, me retorcía debajo de ella, el éxtasis que sentía me enloquecía. De pronto ella dejó de ahorcarme quitándome la tela de la boca. Su rostro estaba enrojecido, una pequeña vena sobresaltaba de su frente.

Iba a correrse.

Se tiró encima de mi poniendo su cuello en mi boca.

La mordí con todas las fuerzas que tenía.

La mordí como ella lo había hecho conmigo.

—¡Aagh! - Gruñía como bestia, sus penetraciones eran profundas sentía el cockring chocar con mis labios húmedos —¡Sí! Si... si oh así... - Ella chillaba, gemía y jadeaba o gruñía. No tenía ni puta idea pero se dejó ir en mi interior mientras yo me separaba de su cuello cuando un sabor metálico llego a mi lengua.

Mi cuerpo se estremecía aún cuando se separó de mi para quitarse el cockring.

Jodidamente estaba semi-dura de nuevo cuando se sentó sobre mis tetas. No tenía que ser adivina para saber lo que buscaba, abrí mi boca gustosa logrando que sonriera. Ella había metido solo su glande mientras aferraba una mano a mi cabello, chupé su cabeza mientras mi lengua jugaba con su frenillo aquello logró ponerla dura en cuestión de segundos, haló mi cabeza hacia adelante al mismo tiempo que echaba sus caderas hacia mi boca y tiraba el resto de su cuerpo para atrás, dos de sus dedos se ensartaron en mi coño haciendo una rica fricción con mi botón duro. Relajé mi boca lo más que pude permitiendo que su polla llegara hasta mi garganta, me estaba tragando su verga por completo.

Nuestros cuerpos estaban enrojecidos y sudados, no había mejor panorama que aquel, tenía a Camila Cabello para mi sola. Luego de un rato en la misma posición ella llevó sus estocadas mas rápido.

—Dame... dame un orgasmo más, baby... - Su jodida voz... Sus jodidos dedos se movían furiosos sobre mi clítoris.

Mi coño estaba adolorido, pero no saciado.

Me atragante con su polla cuando me sacudí corriéndome nuevamente.


—¡Daddy!


Sin darme tiempo para reponerme del orgasmo ella se coló a un lado moviendo mi cuerpo de espaldas a ella, metiendo una de sus piernas entre las mías para abrirme.

—Daddy... Daddy por favor.

—Vas a tomar tomar todo de mi, baby... todo - Susurró mientras chupaba mi lóbulo —Aah... joder - Se enterró de una sola empalada. 

Sus manos ahuecaban mis tetas ferozmente pero sus labios besaban mi mejilla con suavidad, su aliento caliente erizaba todo mi cuerpo.

—¿Sientes esto? - Siseaba. Sus dedos abrían mis pliegues para poder tomar más su verga —¿Sientes mi polla?

—Si Daddy... me pone cachonda sentirte muy dentro de mi coño - Gruñó —¡Más rápido! por favor...

Rogaba por que me destrozara el coño, sabía que Camila sería la única que podía darme lo que mi caliente cuerpo necesitaba, sólo ella con su verga venosa podía llenarme el coño como lo quería, sólo ella podría lograr que mañana mi vagina sintiera escozor, que mañana no pudiese caminar siquiera.

Estaba obsesionada con Camila, la chica con polla más deseada de Forks.

Estaba enferma por ella, pero por fin la había conseguido.

No era la única enferma aquí.

Había notado cómo se tocaba la polla detrás del mostrador mientras anotaba mi pedido o cuando me veía el culo mientras ayudaba a mamá a subir las cosas a la camioneta.

—¡CAMILA! - Mi vista se nubló, mis ojos lagrimearon.

Ella mordió en el hueco de mi cuello y mi hombro. Se sentía delicioso. No había nivel de comparación con la excitación que estaba sintiendo con sus dientes clavados ahí.

Eyaculé.

Estoy segura que salía de mi coño crema espesa y pegajosa.

Su semen se desbordaba en mis pliegues, su verga latía lanzando hilos de semen dentro de mi útero.

Mi cuerpo se sentía levitando.

Mis muñecas ardían cuando por fin soltó la soga.

La sonrisa en mi rostro era enorme.

Camila y su pedazo de carne eran magníficos.

Eran míos.

—Gracias Daddy... - Susurré inocentemente mientras débilmente me colocaba sus pantalones deportivos y mi sudadera. Su rostro estaba como siempre, sin expresión alguna y mirándome molesta.

—Apaga la luz de la entrada cuando salgas - Dijo.

Lancé un beso para ella logrando que se cabreara más, salí de su habitación y de su casa.

Pero no de su vida.

Me aseguraría de ello.

Sonreí de medio lado mientras tarareaba una canción camino a mi casa.

One Shots - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora