MECHANIC

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Camila y Lauren.

Lauren y Camila.


Con casi veintisiete años habían estado juntas desde que tenían uso de razón. Su relación era completamente extraña no eran totalmente oficiales pero todo el mundo sabía que estaban juntas. Cada jueves mientras corrían en las calles clandestinamente ambas se aseguraban de sacar mucho dinero para el pequeño taller mecánico que tenían, cada jueves por las noches Lauren tenía que dejarle en claro al menos a un par de zorras que Camila tenía dueña. Ethan, el hermano menor de Camila se encargaba de las cuentas del negocio oh, y de cuidar de Lauren cuando Camila tenía un trabajo fuera de la ciudad, lo que odiaba Lauren pues sabía perfectamente que aquellos "trabajos" no eran legales.





LAUREN.


—¿Nuevamente? - Pregunte ya sabiendo la respuesta —Dijiste que sería el último.

—Este es el último, esos autos no se van a equipar solos - Soltó Camila sin siquiera mírame, estaba muy concentrada ajustando el cinturón de sus viejos pantalones.

—Con lo de las carreras podemos comprar todas las piezas...

—Sabes que no es así, Lauren - Bufé mientras me colocaba una camiseta vieja la cual esperaba que estuviera limpia —Cuida de Ethan... ese pequeño estúpido siempre creé que está a cargo pero no es así... no dejes que cometa otra tontería - Asentí para después amarrar mi cabello en una coleta alta.

Camila colocó su top deportivo negro y luego una musculosa del mismo color dejando ver sus brazos tatuados. Amaba a esa mujer inclusive más que a mi misma, podría jurarlo. La amaba más que ella a mi, nunca me pidió ser su chica pero siempre estábamos follando y besándonos cada que teníamos oportunidad, ni siquiera recuerdo que hubiese otras personas para ella o un chico para mi, tampoco recuerdo cómo fue que surgió esto realmente. A ella no le gustan las etiquetas pero es una mujer celosa y posesiva lo demostró una vez en el instituto cuando lleve un vestido rojo a la graduación, fue la única vez que utilicé uno, a decir verdad nunca un hombre posa sus ojos en mí por qué jodidamente parezco un chico, jamás me visto femenina mucho menos me maquillo, ni hablar de comportarme como una mujer.


—Perra a la vista - Murmuró Evan debajo de un auto. Mire hacia todos lados y sí, allí estaba.

Ariana Grande, la tipa que quería acostarse con Camila.

Ella estaba con su pulcro vestido blanco murmurándole algunas cosas a Camila mientras tocaba sus tatuajes, malditamente Camila reía y se dejaba tocar por esa mujer.

—Entonces estaba pensando que si yo me dirijo hacia allá podría llevarte - Le escuche decir —Podríamos ahorrar en hospedaje... - Camila sonrió.

—Largo de aquí zorra - Jale a mi morena quien tensó su mandíbula.

—No es tu novia ni nada parecido, es tu mejor amiga si no me equivoco ¿No?

—Sí, es mi mejor amiga - Camila respondió antes que yo.

Aquello apestaba, no dije nada simplemente salí del taller mecánico me monté en mi auto y fui a buscar un bar que estuviese abierto a esta hora, no creo que fuese la única persona que le apetecía perderse en el alcohol por la mañana.

Unas cuantas botellas de cerveza y un montón de llamadas perdidas de Ethan y Camila después yo ya estaba un poco ebria, mi estómago rugía y no tenía ni puta idea si era por que quería vomitar o tenía hambre, no soy una chica que sepa beber si soy sincera. Suspiré con pesadez y decidí que necesitaba conseguir una hamburguesa realmente grasosa.

No sabía cuantos altos me había pasado pero lo que importaba era que había llegado sin destrozar mi bonito auto. Me deje caer en uno de los duros sofás del establecimiento y espere a que me atendieran, mi teléfono seguía sonando y ahora hasta Evan me llamaba.

—Te ves cómo la mierda, ¿Quién esta ebrio a las dos de la tarde?

—Ugh... no sé tal vez ¿Yo? - Me giré hacia Lucia, la única mujer que era algo así como mi amiga —Haz tu maldito trabajo y trae aquí una hamburguesa - Ella reviró los ojos.


—Levántate y sígueme.


Lo hice mientras me tambaleaba un poco, ahora realmente quería vomitar.

"Si está bien" "Yo la tengo" "Lo averiguaré"

Fue lo que escuché decir al teléfono mientras nos metíamos a una pequeña oficina.

Perra traicionera.

—Creí que eras mi amiga - Ella sonrió.

—Lo soy... es sólo que yo no quiero meterme en problemas con C y ella estaba realmente histérica preocupada por ti.

—Se preocupaba mientras tenía su pene en la vagina de esa zorra o cuando seguramente se la estaba chupando, ¿Cuándo? - La rabia me invadía, pero realmente no podía culpar a Camila digo, no eramos oficiales y tal vez ella ya se dio cuenta que no quiere estar al lado de una chica-chico.

—C jamás se metería con Ariana ni con otra chica - Se arrodillo frente a mi.

—Tú no viste cómo Camila sonreía con ella...

—Lo único que yo veo es cómo C babea por ti cuando estás empinada arreglando un motor, lo único que veo es cómo te mira cómo si fueras lo más hermoso de la tierra -Quería creerlo, realmente lo quería.

Iba a responder cuando mi teléfono volvió a sonar, rechazaría la llamada pero vi que era Steve el organizador de las carreras, tome la llamada y confirmé mi asistencia a pesar de las miradas de advertencia de Lucia. Ella estaba preocupada por que continuara bebiendo y me hiciera daño mientras corría.

Una genial idea cruzo por mi mente y Camila se arrepentiría de haberme mandado al carajo frente a esa perra.

—Estás loca pero está bien... te ayudaré.

Fue la respuesta de Lucia antes de poner en marcha mi plan. No era un grandioso plan pero al menos Camila sabría que había cometido un error.

Unas horas más tarde llegue al taller mecánico que tenía con Camila, sonreí al recordar cuando lo inauguramos, esa noche creí que Camila me pediría ser su novia pero me equivoque, ella simplemente me había follado hasta el amanecer, "Celebrando" nuestro logro.

Caminé hacia la oficina donde guardaba el dinero que apostábamos en las carreras, claramente escuche a alguien jadear y sonreí internamente. Daría frutos este atuendo.

Pantalones de cuero a la cadera.

Un simple top negro.

Cabello suelto.

Había arreglado el desastre que tenía por uñas.

Y un poco de maquillaje.

No era la más femenina pero no era estúpida, sabía que atributos tenía y ya era tiempo de utilizarlos.

Mis pechos querían salirse de este estúpido top y mi trasero se veía redondo y enorme con estos pantalones.

—No puedes pasar para allá pero con gusto te abro y la puerta también...  - Escuché a Evan decirme detrás y quise reír.


—No sabía que no podía entrar a mi propia oficina, Evan - Me di la vuelta y la cara de Evan era digna de una fotografía.


—Carajo... maldito infierno Lauren... - Estrujó un mechón de su cabello —Se me ha puesto dura al verte... cómo es que... - Realmente la tenía dura, me hizo sentir... halagada —Con un demonio... no le digas esto a C...

—Te daré una ventaja de diez segundos antes de cortar tu puto cuerpo en pedazos, Evan - La voz furiosa de Camila retumbó en todo el taller. Y antes de que siquiera pudiese pestañear Evan había desaparecido.

La mirada de Camila daba escalofríos pero no le tome importancia, era su turno de sentirse desplazada. Me metí a la oficina y abrí la caja fuerte.

—No vas a correr.


—No eres mi madre - Golpeó la mesa estruendosamente —Deja de ser ridícula, sólo voy a divertirme un rato.


—No vas a ir a un lugar lleno de hombres vestida así - Alcé una ceja.


—Hasta dónde sé no tengo por que pedirte permiso - Me puse de pie y Camila me siguió de cerca mientras salía —Además me están esperando... hemos hecho una cita doble Lucy y yo.


Tres segundos conté, tres miseros segundos y Camila ya me tenía contra una mesa grasienta de trabajo.

—¡Camila!


Jadee cuando ella sólo alzó mi top dejando mis pechos libres.

—Ves la facilidad con la que cualquiera puede tomarte... ¿Estás buscando una polla? - Sus dientes marcaban mis pechos y a su alrededor —La única polla para ti es la mía, ¿Entiendes? - Escuché cómo sus pantalones se abrían.

Su boca mamaba con fuerza mis tetas.

—Mi pene será lo único que montarás esta noche, cariño.

Sonreí mientras enredaba mis manos en su cabello desordenado, sus manos trataban de bajar mis pantalones de cuero pero malditamente se abrazaban a mi cómo un guante. Bruscamente me bajo de la mesa para luego tirar de mis pantalones obteniendo por fin mi coño al casi desnudo, un pequeño tanga trataba de cubrir mi vagina. Ella simplemente me giro obligándome a colocar mi torso sobre la mesa.

—Camila... - solté un gemido cuando su áspera mano chocó contra mis nalgas. Sentí la punta de su dura polla rozar contra mis nalgas, la quería tan mal... estaba ansiosa por que se hundiera en mi —Camila... por favor...

Disfrutaba verme loca por ella, raramente Camila me torturaba con juegos previos.

Ella sólo estaba dura y ya se encontraba enterrada muy en el fondo de mi coño.

—Creo que no te ha quedado claro de quien eres... -Sus manos amasaban mis nalgas tan bien —Tendré que darte una lección.


Su gruesa polla se deslizó en mi canal estrecho tan malditamente lento, sentía cómo me abría con cada pulgada que entraba hasta que las siete estuvieron dentro. Camila sacaba y metía solo la mitad esperando a que me acostumbrara a ella y ya me tenía completamente caliente por ella, por que me follara duro y rápido, un par de minutos después sacó su polla haciéndome jadear en queja, me apoye sobre mis brazos para girar mi cabeza hacia ella y ver cómo sonreía sin descaro mientras se pajeaba.

—Estás muy ansiosa por que te folle, Lern.


—Si - Hable decidida, realmente cuando se trataba del sexo no tenía mucha sabiduría —Pero si no eres tú, Evan estaba muy dispuesto - Ella no sería la única que jugaría aquí. Su sonrisa se convirtió en una línea recta. Impactó sus caderas contra mi trasero con brusquedad justo cuando iba a retirarme.

Su musculosa salió volando quedando sólo en el sostén deportivo, su cuerpo lleno de tinta me ponía aún más cachonda, quería lamer cada centímetro marcado, amaba ver el contraste de nuestros cuerpos unidos cuándo me follaba en la oficina. Camila escupió sus dedos bajo mi atenta mirada y luego embarró de saliva mi entrada trasera.

Jadee cuando sentí la humedad en mi anillo apretado.

—Tal vez necesito tomarte por todas tus entradas para que entiendas - Espetó. Nunca me había tomado por el culo.

Lejos estaba de sentirme asustada. Lo deseaba, deseaba sentir su polla dura entrar por ahí.

—Voy a dejarte tan cogida que no podrás sentarte mañana, mi amor... ¿Lo quieres verdad? - Susurraba mientras lamia mi espalda —Me quieres aquí, ¿Verdad? - Uno de sus dedos hacía presión en mi entrada logrando entrar poco a poco. Mi cuerpo se estremeció.


—Si... tómame...

Su mano se aferró a mi barbilla para tomarme en un beso posesivo, su lengua follaba mi boca justo cómo su dedo me follaba el culo, yo era un desastre de gemidos y jadeos. Cuando me encontraba lo suficiente dilatada y relajada para tomarla remplazó sus dedos por su polla gorda, cuando la punta entró mis piernas quisieron cerrarse en automático pero la mano de Camila se posó sobre mi espalda  baja haciendo presión para inmovilizarme mientras murmuraba entre besos que no me moviera, fue entrando poco a poco haciéndome delirar con las sensaciones que me brindaba con cada pulgada que me enterraba. Mi respiración era pesada cuando sentí que me la había metido por completo, estábamos completamente unidas, Camila comenzó con un vaivén de caderas brusco, mientras se sostenía con sus brazos a los costados de mi torso. Su mirada era perdida, ella sólo veía la unión de nuestros cuerpos con deseo, tenía una sonrisilla perversa en su rostro, si no la conociera tan bien me daría temor, ahora mismo podía apostar cómo Camila estaba originando un plan o alguna idea para mantenerme con ella.




CAMILA.




Sentir el pequeño anillo de Lauren asfixiándome la polla era lo mejor del puto mundo. Necesitaba mantener a Lauren conmigo de cualquier forma, ver al imbécil de Evan desear a mi mujer me hizo ver en rojo, sobretodo me hizo darme cuenta que podía perderla tan fácilmente y eso era algo a lo que no estaba dispuesta. Esta mañana pude ver el destello de celos en sus ojos cuando Ariana estaba prácticamente encima de mi, pequeña tonta, esa mujer realmente creía que podía competir con mi Lauren, jamás, nunca nadie podría ser mejor que Lauren, ella es mi mujer perfecta en todos los sentidos, amaba follarla hasta saciarme un poco de ella, amaba ver cómo su rostro se sonrojaba luego de gemir mi nombre mientras llegaba al orgasmo.

Arremetí con un poco más de fuerza sobre su trasero haciendo que la mesa de trabajo se moviera un poco, estaba molesta, muy jodidamente molesta y malditamente celosa, instintos primitivos me gritaban que la marcara cómo mía en muchos sentidos, necesitaba llenar su pequeño agujero de mi semen, luego llenar su coño de tanta leche hasta que se le desbordara, oh sí, mañana destruiría todas sus putas pastillas anticonceptivas y después la volvería a llenar de mi semilla, para mañana a esta hora ella va a estar embarazada de mi bebé y no podrá huir de mi.

Enterré mis dedos en su coño mientras mi palma cepillaba su clítoris, su pequeño culo estaba ejerciendo mucha presión sobre mi verga, no duraría más así que necesitaba que se corriera ya. Además, la vista de su culo blanco rebotando contra mi cuerpo no ayudaba, su cabello alborotado extendido como cascada tampoco ayudaba, mucho menos ayudaba su boquita en una perfecta O. Los sonidos agudos que emitía con cada empalada me volvía una completa animal, estaba loca por hacerla explotar de placer.

—Vamos nena... córrete sobre mis dedos - Siseé —Para que me pueda venir en tu culo... - Ella apretó su culo haciéndome jadear y perder el ritmo de mis empaladas.


—Camz... - Jadeó y tembló mientras guiaba su mirada al frente hacia la entrada del taller. Seguí su mirada cuando noté lo tensa que se había puesto.


Allí estaba viéndonos con sorpresa mientras yo follaba el culo de mi mujer. Ariana tenía sus ojos completamente abiertos mientras retrocedía torpemente. Instintivamente eché mi cuerpo hacía adelante enrollando uno de mis brazos sobre el cuello de Lauren tratando de cubrir su pecho desnudo, no detuve mis embestidas. A todo el mundo le quedaría claro que Lauren es mía y yo soy suya.

Lauren se corrió sobre mis dedos en un par de minutos.

—Te puso al borde que alguien estuviera viendo cómo te la meto... ¿Verdad? - Susurré cerca de su oído mientras follaba su entrada trasera con más rapidez —¿Sientes mi polla punzante? - Murmuraba mientras chupaba su cuello dejando pequeñas marcas —Laur... - Gruñí mientras me corría en su apretado canal.

Una mirada rápida hacia la entrada y ya no había nadie. Salí con cuidado de su interior y guarde mi polla en los pantalones, seguía tan dura cómo cuando la vi de pie con esos pantalones apretando su culo y ese mísero trapo queriendo cubrir sus deliciosas tetas, dejando de lado mis instintos primitivos me apresuré a cerrar el gran portón de la entrada, no estaba dispuesta a que alguien más viese algo de lo que me pertenecía.

Cuando regrese a Lauren ella estaba completamente desnuda abierta de piernas esperando por mi en nuestro viejo sofá, no sé cómo rayos no me corrí con esa vista, tampoco sé cómo me desnude tan rápido y ya estaba sobre ella tratándola de devorar.

—Déjame chuparte... - Dije. Lauren no pudo negarse, me empujó lejos para luego acomodarse sobre la orilla del sofá —Toma tus rodillas, mantente abierta para mi... - Lauren obedeció y yo me hundí en ella.

Mamaba su rico coño mientras mis manos se aferraban a sus tetas pellizcando sus duros pezones rosados, Lauren temblaba cuando mi lengua se paseaba desde su clítoris hasta su entrada trasera, malditamente mi semen aún escurría, mi lengua penetraba su coño, su maldito coño sabía increíble, tan dulce cómo lo era ella por las mañanas.

Gruñí y chupe sus labios con fuerza en protesta, en mi contra.

Sé que era una completa estúpida que tenía la suerte de haber encontrado una mujer perfecta, Lauren amaba los autos y las carreras tanto cómo yo, Lauren me amaba y yo no podía ser capaz de pedirle que fuera mía, no sabía que era necesario creía que Lauren sabía que nos pertenecíamos desde que eramos pequeñas, tal parecía que no, Lauren necesitaba escuchar cómo la reclamaba para mi.

Sus piernas se cerraron sobre mi cabeza cuando intensifique mis lamidas, pellizque sus pezones y Lauren volvió a correrse, esta vez sobre mi lengua, sus fluidos eran lo más rico que probé jamás.

Subí con desesperación besando cada centímetro de su cuerpo en mi camino deteniéndome en sus pechos, me aferré a sus pezones con ansias, me fascinaban sus tetas, adoraba ver cómo se desbordaban entre mis dedos. Cuando llegue a su boca la asalté con mi lengua, Lauren pudo probarse a sí misma en mi boca, aquello la ponía aún más mojada, la conocía tan bien.

—Me duele... - Murmuró entre besos.


—¿Dónde? - Me separé un poco de su rostro.


—Aquí - Ella tocó su coño arqueando sus caderas cuando sus dedos acariciaron su clítoris —Necesito tu polla aquí... - Suplicaba. No permitiría que rogara mas.


Tome la base de mi verga dolorida y la coloque en su pequeño coño cachondo, de una sola me enterré en ella, jodidamente mi vista se nubló, ella estaba tan apretada cómo nuestra primera vez juntas. Lleve mis brazos a los costados de su cabeza enterrando mis dedos en la vieja tela del sofá mientras Lauren enterraba sus uñas en mi trasero, las piernas de Lauren se cerraban y se movían sin control sabía que le gustaba que mi polla saliera casi por completo para después enterrarla con fuerza, sabía que su coño se apretaba cada vez que mi polla se tallaba contra su clítoris.

—Oh... Laur... - Sisee cuando ella chupó uno de mis pezones. Me hizo estremecer la manera en la que sus dientes se aferraban a mis puntas y sus labios absorbían todo lo que podían —Carajo...  - Gotas de pre-semen salieron de mi verga cuando nuestras miradas se cruzaron y ella con una sonrisilla chupaba mis pezones.


—Amo tu piel marcada... - Lamió los tatuajes en mis pechos luego los de mi cuello.

Jadee cuando su coño se apretó sobre la base de mi polla dejándome inmóvil. Cambie nuestras posiciones dejándola al control, echó su cabello hacia un lado haciéndome maldecir, ella no sabía realmente el poder que tenía sobre mi, ella era tan sexy, tan malditamente hermosa, tan perfecta.

—Muévete mi amor... - Mis manos llegaron a su cadera instalado a moverse de adelante hacia atrás —Cabalga mi verga, mi amor... - Gimió. Dio pequeños saltos para después mover sólo sus caderas en movimientos circulares y aquello me volvió completamente una desquiciada.

—Así... ¿Te gusta? - Pregunto nublada en el placer. Ella sollozaba de lo rico que estaba sintiendo pero yo estaba desesperada por más, di golpes a sus grandes nalgas dejando marcas estaba segura, quería marcar todo su maldito delicioso cuerpo.


Tomando el control nuevamente hice que saltara sobre mi verga con velocidad, echó sus manos hacia atrás apoyándose en mis rodillas dándome el completo acceso a follar su coño cómo quisiera. Mi polla comenzó a hincharse en su interior y no pude soportar más, me corrí soltando mi semen al fondo de su coño, cuando la segunda cuerda de semen salió el cuerpo de Lauren comenzó a estremecerse, sus piernas perdieron temblaban perdiendo fuerza al igual que sus brazos, instintivamente abrace su torso jalándola hacia mí.

—Aah... Camz... - Los últimos espasmos de su cuerpo desaparecían poco a poco.

Largos minutos de silencio se presentaron entre nosotras, mi polla seguía parada queriendo continuar follando el coño estrecho de Lauren. Ella se separó de mi con lentitud, sus mejillas estaban un poco rosadas al igual que su pecho y cuello bueno, estaban llenos de mis mordiscos.

—Podemos ir a correr si quieres - Dije.

—Me veo muy follada.

—Por eso - Ella me golpeó cuando sonreí con sorna. Tomé sus manos para llevarlas a mis labios y besar su dorso. Alcé una ceja cuando vi que las tenía en un tono rojo.

—¿Te gustan?

—No, me gustan tus manos sucias por el trabajo de los motores... me gustan tus camisas holgadas, me gusta tu rostro sin maquillaje - Ella sólo me veía sin expresión —Bien, también me gustas así... pero es porque me gustas tú, Lauren. Sólo tú, mi amor... no hay ninguna otra persona que yo quiera mirar sólo tú... y deja de pensar que no me excitas siendo así sí, me lo dijo Lucia - Me apresuré a decirle —Me tienes por completo vistiéndote así por que no sabes lo dura que me pongo viéndote empinada en un cofre o tirada en el suelo bajo un auto - Mi polla se removió dentro de su coño.

Sonrió para luego enterrarse en mi cuello, escuche cómo susurraba un "Te amo".

—Te amo, Lauren...

One Shots - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora