Devil in the details

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Cuando acepte ser novia de Samantha jamás imagine que su hermana me volvería loca y enserio, está volviéndome loca. La hermanita de mi novia es la jodida cosa más sexy que he visto en mi corta vida. Nunca en mis veintiséis años me había puesto dura sólo con ver a alguien, hasta que conocí a Lauren la hermana de dieciséis años de mi maldita novia.

Lauren llegaba del instituto presumiendo su atuendo de porrista siempre, a ella le gustaba provocar, lo sabía, pues esas miradas sólo gritaban "Follame", ella no se da cuenta que con cada sonrisa traviesa que me lanza un trozo más de mi paciencia se rompe.

Debería de enfocarme en cómo hacer que mi relación con Samantha funcione pero estoy segura que mi polla no descansará hasta que Lauren sea mía.

Aunque sea una sola vez.

Ella había tomado una actitud de "Inocente", se hace la desentendida cuando me acercó un poco más a ella de lo que es debido, me mira incluso ofendida a veces la muy hija de puta.

Ella está jugando conmigo, está jugando con fuego.

—Eres la mejor novia - Samantha me sacó de mis pensamientos —Mis padres van a amarte aún más - Sonreí incomoda.


Había aceptado hacerla de niñera de la pequeña Lauren. No sabía si era una especie de castigo o buena suerte. Estar cerca de Lauren era una pequeña tortura pues aún teniendo pensamientos enfermos hacia ella no me atrevía a ir más allá, era prohibido.

Jueves, viernes y probablemente el sábado serían los días que estaría a cargo de supervisar a Lauren, intuía que sus padres sabían cuán traviesa podría ser su hija menor.

—Diles que no puedes "Cuidarme" - Fue lo primero que me dijo Lauren apenas le anunciaron la noticia —¡Puedo cuidarme sola!

—¿Con este berrinche? No lo creo - Aquella había sido Samantha entrando a la cocina dónde nosotras nos encontrábamos. Lauren me dio una mirada de muerte para luego correr a su habitación cómo la pequeña caprichosa que era.


Un par de días después estábamos Lauren y yo en la puerta despidiendo a sus padres junto a Samantha quien estaba tratando de comerse mi lengua frente a sus padres. Estando separadas por fin, ellos partieron a no sé dónde si era sincera, no puse atención, mi mente estaba tratando de convencerme cuán mala era la idea de probar a Lauren.

—Nos vemos, Camz - Ella tomó su bolso.


—¿A dónde vas? - Me miró cómo si fuera obvio.


—Al instituto, boba.


—Yo te llevaré.


No deje que peleara por aquello, tomándola del brazo la lleve a mi camioneta haciendo que se subiera para después yo hacer lo mismo, todo el camino pude sentir cómo Lauren me miraba descaradamente y por increíble que pareciera me ponía muy nerviosa no del modo que intimidaba del modo me pongo dura.

Honestamente sabía que Lauren me torturaría cómo plan de venganza por aceptar "cuidarla".

No importaba, yo era el adulto, yo le haría saber quién tenía el control.

La primera noche fue la más difícil sin duda alguna, estaba en la que era la habitación de Samantha a unos miserables pasos de la habitación de Lauren y el pensamiento maldito de pararme e irrumpir en su habitación no me dejó dormir ningún solo segundo, mis calzoncillos parecían una carpa de circo, mi polla estaba dura con sólo saber que podría hundirme en su coño y nadie sabría.

La mañana del viernes me lleve una sorpresa al ver a Lauren en un diminuto pijama, se suponía que ella ya tendría que estar en el instituto, ella estaba descalza con una musculosa blanca y una mierda de short que apenas cubría su trasero.

Dios me ayude.

—¿No tendrías que estar en clases ya? - Ella ni siquiera se giró, continuó cortando no sé que mierda.


—Me he levantado tarde además, sólo tendría una clase.


—No seas mentirosa - Recargué mi cuerpo en la barra para esconder mi erección —Les dijiste a tus padres que hoy era día de un examen importante.


—Yo no te mentí a ti - Me miró por encima del hombro para volverse a voltear —Les mentí a ellos - Su tonó juguetón me puso aún más.


Ella se colocó de puntillas para alcanzar un tazón de cereal fracasando en el intento. Mi mente gritaba que no me acercara a ella, mi mente me suplicaba que saliera de la cocina inclusive de la maldita casa pero tal parecía que mi polla tenía otros planes.

Enserio, pensé con la cabeza de abajo.

Me acerqué a ella tomándola de la cintura para alzarla un poco y que pudiese alcanzar el tazón, sentí su suave piel erizarse, la sentí estremecerse cuando al momento de bajarla rocé mi dura polla contra su gran trasero dejándola sentir lo mucho que la deseaba, a esta altura estaba segura que tenía las bolas azules.

—¿Qué haces?  - Murmuró. Mi verga encajaba tan bien entre sus nalgas.


Acerqué mi cadera a ella un poco más haciéndola gemir, sabía que ella me deseaba de igual manera. Lauren llevó una mano hacia atrás tocando mi miembro, aquello hizo que una gota de semen manchara mis bóxers. Su mano me tocaba con curiosidad mientras yo besaba su hombro expuesto. Su piel se sentía malditamente bien bajo mis labios era suave y cálida, no podía esperar para comprobar si su coño era igual de suave y delicioso, casi podía estar segura que sería así que su pequeño coño rosado sería cómo un anillo ajustado al rededor de mi pene.

Espero ser la primer polla que ella esté sintiendo o perderé la cabeza.

De pronto mi teléfono comenzó a sonar sacándonos de nuestra pequeña burbuja caliente. Las mejillas de Lauren estaban sonrojadas cuando retiró su mano de mi verga girándose para salir huyendo de la cocina. Maldije internamente por quien interrumpió nuestro momento.

Era Samantha.

"Mi amor" Un poco de culpa sentí cuando me llamó así "Te extraño mucho" Mi mirada se dirigió a mi polla punzante bajo mi ropa interior.

"También yo" Respondí.

"¿Cómo se ha portado Lauren?"

"Bien, realmente deberían confiar más en ella y dejarla sola el resto de los días... no es como si fuera una niña"

"Que no te engañe con esa carita inocente, cariño" Imagine su carita mientras le metía toda mi polla en su boquita "Lauren es audaz y una completa chica traviesa" Ya lo creía.

"Bien, me quedare acá"

"Regresaremos el domingo por la mañana"

Un par de cosas comentando más y terminé la llamada.

¿Que mierda estaba a punto de hacer?

El resto del día me mantuve alejada de Lauren pues temía que con sólo verla me lanzaría encima de ella cómo un animal reclamando lo suyo, estuve trabajando en el patio limpiando la piscina y reparando el desastre que la señora Jauregui tenía por rosales. Mantuve mi mente alejada de Lauren y lo bien que se sentía su mano al rededor de mi dura polla.

Compartí un par de palabras con Lauren únicamente para saber si quería cenar conmigo, ella se excusó diciendo que tenía un trabajo pendiente que le dejase la comida para después, sabía que era mentira pero no quise presionarla, ahora con la cabeza fría me daba cuenta lo terrible que era esta situación, lo lejos que había ido acorralando a Lauren de aquella manera esta mañana. Sólo esperaba que no contara nada a sus padres o estaría en serios problemas.

—¿Camila? - Me llamó tras la puerta de la habitación de Samantha.

—¡Un momento! - Acostumbraba a dormir en ropa interior. Me coloqué unos shorts deportivos y abrí la puerta —¿Que ocu... ¿Qué haces?

Lauren estaba en su uniforme de porrista. Estaba segura que era del curso anterior pues parecía que la tela reventaría y sus tetas saldrían en liberación.

—Sólo quería saber si te gustaba mi uniforme - Se dio una vuelta parando su culo mostrándome cómo no llegaba a cubrir sus grandes nalgas del todo —¿Te gusta? - Pregunto por encima del hombro.

—Escucha Lauren... - Aparté mi vista de su trasero —Eres muy bonita, eres jodidamente hermosa...


—¿Más que Samantha?


—Sí - Ella sonrió mordiéndose el labio inferior —Lo que pasó esta mañana fue un error, no puede suceder nuevamente, es terriblemente malo.


Ella me encaró y se acercó a mi.

—Nadie se enterará - Acarició mi abdomen con sus apenas crecientes uñas —Será nuestro pequeño secreto - Enganchó uno de sus dedos al dobladillo de mis shorts y terminó con nuestra distancia besándome.

Lauren apenas unió nuestros labios, sus cálidos labios tocaron los míos unos segundos y maldita sea, eso fue el detonante. Hundí mi lengua lo más profundo que pude en su boca, mis manos se aferraron a su trasero acercándola a mi entrepierna, me encantaba que jadeara sintiendo lo dura que me tenía, mi polla no se había calmado desde esta mañana y ahora ya no habría marcha atrás. Nos separamos unos minutos sólo para subir un poco su pequeña falda, mi mirada estaba atenta a cada centímetro que descubría.

—Carajo - Solté.


Ella tenía unas pequeñas bragas blancas con pequeños corazones rosados. Lauren iba a volverme loca. Pase mis dedos por su vagina sintiendo de inmediato lo mojada que estaba, tuve que tomar mi polla unos segundos tratando de no correrme sólo con mi imaginación; sus mejillas estaban sonrosadas, sus labios entreabiertos y sus ojos estaban clavados en los míos, no había imagen más erótica que aquella. Aparté un poco sus bragas sólo para pasar uno de mis dedos sobre sus labios, sonreí cuando su cuerpo se estremeció. Cuando intenté llevarla a la cama ella me detuvo.

—Quiero que me folles en mi cama - Susurró. Llevó el dedo que había estado en su coño a su boca chupándolo bajo mi mirada —Aunque me encantaría comerme tu polla en su cama - Sentenció.


Devoré sus labios llevándola a su habitación entre tropiezos, mi deseo por Lauren incrementaba con cada gemido o jadeo que salía de su pequeña sucia boca.

Mierda maldita.

Su habitación era completamente rosa, su cama con dosel llena de almohadas blancas carajo, no podía esperar para joderla.

Me desnude completamente para luego montarme sobre Lauren quien ya estaba sobre las sabanas sólo con sus braguitas puestas. Besé su cuello, sus hombros, sus clavículas descendiendo hasta el valle de sus pechos ahí me detuve besando al rededor de sus aureolas rosadas, sus dedos se mantenían sobre mi cabello ejerciendo fuerza para llevarme directo a sus duros pezones.

No la hice esperar más.

Mamé y mordisqueé a mi antojo sus dos pechos, los uní con mis manos para tener mejor deleite. Mi cabeza subía y bajaba mientras chupaba sus pechos, por un instante nuestras miradas se unieron sin que yo dejara de mamar, sentía las caderas de Lauren chocar con las mías en busca de fricción, la cabeza de mi verga se encajaba perfectamente en el comienzo de su coño y me hacía sentir fenomenal cada que Lauren hacía fricción entre nosotras. Lauren estiró mi cabello llevándome hasta sus labios nuevamente mientras seguía frotando mi polla sobre sus bragas, sus gemidos se ahogaban entre besos. Ella me empujó girando nuestros cuerpos hasta quedar sentada encima de mi, me dedicó una sonrisa traviesa y después hizo sus bragas a un lado para llevar su coño húmedo sobre mi polla comenzando a moverse sobre toda mi gorda polla.


—Eres tan grande... - Jadeó llevándose mis manos a sus pechos.

Mi chica ojiverde continuaba masturbándose con mi polla, me tenia totalmente a su disposición, ella podía hacer conmigo lo que quisiera.

Acaricié con brutalidad sus pezones, podría ser un maldito sueño erótico y debía aprovechar. Sus caderas se movían con rapidez y aquello me iba a hacer acabar, la opresión y sus labios mojados me tenían al borde, ver sus facciones llenas de lujuria me hacían sentir con poder y mucho muy caliente. Me senté como pude y la detuve, la necesidad de follarla era más que las ganas de jugar previamente con ella.

Sabía cómo manejar una polla evidentemente, no era virgen.


—Vas a montarme Lauren, vas a dejar que me hunda en ti y no le hablaras de esto a nadie - Hable mientras abría sus labios vaginales y alineaba mi polla —Este será nuestro sucio secreto, bebé - Susurré mientras me metía en su estrecho coño. Lauren gimió cuando de una sola se dejó caer sobre mi falo —Muéstrale a mommy lo bien que te mueves.

Sonrió con sorna.

Sus manos se unieron detrás de mi nuca para impulsarse sobre mi, sus nalgas rebotaban tan delicioso sobre mi, su coño tomaba tan rico mi pene. Su largo cabello azabache me tenía hipnotizada, verlo tan desordenado mientras montaba mi polla me hacía endurecer un poco más.

Invertí nuestras posiciones jodiendo su coño con fuerza, le mostraría a Lauren lo increíble que cuidaría de su dulce coño rosado, lo mantendría lleno siempre que quisiera, la haría humedecerse incluso en el instituto con sólo pensar en mi jodiendole el coño en muchas posiciones.


—¿Te gusta, Lauren? - Sisee la pregunta —¿Sientes lo dura que me tienes? - Bese y chupe el pulso en su cuello.

—¡Más! - Chilló mientras enrollaba sus piernas en mi cadera, aquello me daba más acceso a su estrecho coño.

Lleve mis manos a los barrotes de la cama, follaba su coño con rapidez y un poco de fuerza queriéndole meter hasta mis bolas, nuestros cuerpos sudaban cada vez más, la cama digna de una princesa se movía mientras ella arañaba mi espalda y nalgas aún pidiéndome más. Sentía su coño cerrarse sobre mi, ella estaba muy cerca. Salí de ella escuchando cómo se quejaba por ello, sin perder el tiempo y completamente temblando de deseo lleve mis dedos a su coño acariciando su botón rosado con ahínco, mi otra mano se encargaba de mi verga completamente palpitante, nunca había estado tan hinchada como hoy que con un par de jalones me corrí sobre el vientre pálido de Lauren que parecía que al verme eyaculando sobre ella la ponía más cachonda pues se corrió sobre mis dedos gritando tan alto que seguramente su voz enronquecería.

Recogí un poco de su orgasmo y la probé, de más está decir que sabía jodidamente increíble; su sonrisa ladina era satisfecha pero yo no lo estaba, quería más de Lauren. Usando los mismos dedos tomé un poco más de sus fluidos para después pasar a su vientre y recoger algo de mi semen, los llevé a su boca. Los chupó cómo una profesional, su garganta emitía sonidos de satisfacción cuando tragó nuestras esencias mezcladas.

—Limpia un poco este desastre, Lo - Señalé mi polla mientras me acomodaba encima de ella en posiciones invertidas —Que yo me ocuparé del tuyo - Susurré haciéndola temblar cuando comencé a lamer su coño —Mmh... - Murmuré en su coño cuando Lauren chupó mis bolas, luego sentí cómo chupaba la cabeza de mi polla que poco a poco se estaba endureciendo nuevamente.

Era deliciosa, follaba su coño con mi lengua y a ratos chupaba su clítoris mientras ella se encargaba de mi polla, sentía cómo Lauren se metía mi hinchada verga hasta su garganta, lo estaba trabajando tan bien que podría estar dentro de su boca todos los malditos días. Besaba su coño cómo si fuera su boca, con mis manos le hice que moviera sus caderas sobre mi cara, hacía muchísimo tiempo que quería practicar esta posición y que mejor que con un pequeño coño joven. Mis manos amasaban sus nalgas acercándola todo lo que podía a mi boca, quería hacerla correrse con mi boca, Lauren gemía teniéndome en su boca mandando vibraciones a toda mi columna vertebral.

Comencé a follar su boca al mismo tiempo que le penetraba el coño con mi lengua, mi dedo pulgar viajo hasta su coño e hice presión ahí, dando pequeños movimientos en círculos sobre su botón me corrí en su boca, no soportaba un minuto más sin disparar mi crema en su dulce boca, cuando chupé su clítoris ella se corrió dejándome probar su delicia desde la raíz.

Me dejé caer a un lado de ella tratando de recuperar el aliento pero Lauren tenía otros planes.

Tomó mi polla entre sus manos y la jaló perezosamente hasta que se me paró de nuevo, joder, nunca estaría satisfecha de ella y por lo visto Lauren tampoco.

Se colocó de lado dándome la espalda abriendo un poco las piernas invitándome a entrar en ella nuevamente, metiendo una de mis piernas entre las de ella me abrí camino a su coño donde me metí fácilmente gracias a su orgasmo reciente.

Colé uno de mis brazos bajo su cabeza apoyándome sobre el codo para hacer girar su rostro y poder besarla mientras mi mano libre acariciaba sus pechos enrojecidos, una de sus delicadas manos estaba sobre la mía incitándome a tocar con más fervor sus pechos mientras jadeaba cerca de mis labios.

—Camila... por favor...


Reduje la velocidad de mis embestidas queriendo sentir cada centímetro de su interior, sentía cómo el coño apretado de Lauren se estiraba recibiendo de manera perfecta mi polla, podía sentir su punto esponjoso rozarse con la cabeza de mi miembro, mi pequeña Lauren se retorcía entre mis brazos, nuestros cuerpos sudorosos estaban enrojecidos y completamente agotados cuando sentí su coño apretarse un poco más.

—Así... así... justo así, ahí... - Lauren murmuraba totalmente perdida en el orgasmo.

Aún en contra de mi voluntad salí de ella justo cuando el primer disparo de semen salió de mi polla dando directo sobre su abertura.

—Aah... - Gruñí-Jadeé.


Otro hilo de semen salió de mi verga manchando su pequeño culo rosado que obviamente me follaría este fin de semana, lo dejaría tan abierto cómo su coño y lleno de mi semen, su culo por supuesto que lo podía marcar llenándolo de mi crema.

—Mis padres deberían irse a la mierda más seguido - Reí mientras besaba perezosamente su hombro.


—Sí, deberían irse a la mierda junto con Samantha.


Deseaba que las conferencias del señor Jauregui fueran más seguido y pronto.

One Shots - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora