18: El Asesino Amenzado

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POV VINYL

-Bonito nombre.-Alagué yo.

-Gracias, me lo pusieron por mi bisabuelo, Joseph, él murió el día antes de que yo naciera y me llamaron así en su honor.

-Tiene un buen origen. ¿Te puedo interrogar?-Estaba bastante aburrida.

-No hay nada mejor que hacer, estamos atados a una silla y encerrados.

-¿Cómo te adentraste en esa secta?

-Bueno, los Quinn siempre hemos sido gente de bastante poder. Mis bisabuelos vivían a las afueras de Londres y fueron creando un imperio hasta llegar aquí, a Nueva York.

-¿Y de qué trabajaban para lograr todo eso?

-De por sí ya tenían dinero, pero siempre formaron parte de grandes empresas y de grandes proyectos involucrados con la Élite.

-Así que ahí entras tú, ¿Cierto?

-Exacto, si creces en un lugar y en una familia que está en eso, es difícil no caer. Y si caes ahí, ya no te vuelves a levantar.

-¿Pero por qué no simplemente sales de todo esta mierda? Jura por tu vida que no dirás nada, ellos te conocen, saben que hablarás.

-Ojalá fuera tan fácil, muñeca, pero no lo es. Además, los sacrificios están conectados con cosas extrañas que no siquiera entiendo yo, así que no me apetece tener que discutirme con Satanás.

-¿Hay algún motivo en especial para esos rituales?

-Lo hay, cada uno tiene el suyo. Puedes intencionar tu pedido al sacrificio.

-¿Cuál fue el tuyo?

-Una tontería.

-Si tan tonto es, ¿Por qué no me lo dices?

-Ya he hablado demasiado, muñeca. Ahora hablarás tú.

-Adelante.

-¿Cómo acabaste trabajando en Surreal Realm?

-Pensé que lo sabías.

-Tengo una idea, pero lo quiero con detalles.

-Mis padres no tenían dinero para pagarme unos buenos estudios. Me mandaron a estudiar estética, pero no era lo mío, yo quería algo diferente. Vi que en el club se podría ganar un buen sueldo y así podría pagarme la universidad o que lo fuese, así que presenté mi currículum. Unos días más tarde, me llegó una carta de admisión en Surreal Realm, pero no fui yo quien primero la recibió. Mi madre fue la primera en verla, así que cuando llegué a casa mi madre me echó de ella.-Las lágrimas comenzaron a amenazar con salir, algo de mí todavía no superaba este acontecimiento. No había sido fácil para mí todo esto.

Puta, zorra, guarra, fulana, fresca, perra, pecadora, furcia, promiscua, golfa, buscona... Esos eran algunos adjetivos que mamá me dedicó aquella tarde, y ninguno de ellos era cierto. Lo único que intentaba era ganar algo de dinero para mí, para mis padres, pero su supuesta moral les importaba más que sobrevivir. Bailar en menos ropa de lo normal por dinero no era haber matado a alguien. Y pues claro que lo que más te gustaría es saber que tu hija le baila a unos viejos verdes en un ambiente de pelea, drogas y alcohol, ¿Pero era necesario echarme fuera de mi hogar?

-Y... bueno, durante ese tiempo me hospedé en un horrendo motel que Lorvil me ayudó a pagar, le debo mucho a ese hombre.

-Lamento mucho tu situación, de verdad, nadie merece pasar por eso, tú no tienes la culpa.

El Misterioso Señor Jota | Joseph QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora