10: La Jirafa En Llamas

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POV JOSEPH

Avisé a Brusse y a mis demás hombres que se encargaran de Burton y me olvidé de él para bajar de nuevo al salón. Claramente la reunión era para poder llevar mi plan al cabo, pero supongo que un poco más de fiesta no me haría mal. Llevaba mucho estrés en mi vida últimamente y eso me aliviaría.

Cuando llegué hasta donde todos estaban, me acoplé a la conversación que Griffin y Stella Arwen, una antigua conocida que estaba invitada.  

-¿Cómo ha ido?-Susurró discretamente mi colega. Sabía que se refería a lo de Briony.

-Fase uno completada.-Dije con tono de burla.

-¿De qué habláis?-Preguntó Stella con los ojos entrecerrados.

-Tal vez le hayamos hecho alguna cosa al señorito Burton Briony.-Mi socio se anticipó.

-Oh, ya era hora. Pero... No le habéis hecho nada todavía, ¿No?-Ella quería saber más, pues tan solo sabía lo justo y necesario.

-Tú lo has dicho, todavía.-Dije yo seriamente.

Stella y Griffin siguieron hablando. Yo también iba a hacerlo, pero me fijé en una cabellera negra que estaba recogida con un moño. Vinyl. Ella estaba fumando mirando a la nada, o eso parecía. Se notaba que su enfado seguía presente. Se veía en la postura, o a lo mejor, solamente la conozco un mínimo para saberlo.

"Si una mujer está cabreada, lo mejor es dejarle su espacio."

Solía decir mi padre. Esa frase la encuentro muy correcta, suele ser lo mejor que puedes hacer en esa situación, pero después de haber sido un cafre con Black, creo que se merecía al menos una pequeña y tranquila charla dada por mi parte.

La verdad es que también tenía algo de ganas de fumar. Tampoco encontraba mis cigarrillos y Vinyl tenía una caja en la mano, así que, ¿Por qué no? Salí sin pensármelo demasiado más y la mujer que tenía delante ni siquiera giró su cuello para saber quien estaba tras ella.

-¿Tienes un cigarro?-Pregunté cuando llegué a su lado. No tuve respuesta alguna de su parte, tan solo se redimió a agarrar lo que le había pedido para plasmar su rojizo labial en él y dármelo. En ningún momento me miró, parecía un movimiento automático. Por alguna razón, ese gesto me fascinó demasiado, pero eso no quería decir absolutamente nada.

-Gracias.-Seguí hablando yo solo y comencé a fumarme el pitillo.
-Oye, de veras que lo siento, no debí decir eso.-Me disculpé y por fin su mirada se posó en la mía.

-No debiste.-Afirmó seria.

-Disculpa.-Me volví a arrepentir de mis palabras.

-Disculpado.-Me sacó una sonrisa, pero ella seguía con su característica mueca de seriedad. Ojos felinos, mirada asesina, cabeza en alto y labios con volumen. Aunque llevara una máscara, eso se diferenciaba.

-Has hecho un gran trabajo.-Admití con sinceridad.

-Lo sé.-Volvió a mirar hacia la nada.

-¿Cómo te ha ido en la fiesta?-Intenté romper el hielo, pero lo que se iba a romper era mi cerebro para intentar adivinar como hacerle mantener la conversación a flote.

-¿Te has tomado las pastillas que le he puesto a Briony en la bebida?-Estaba sorprendida por mi comportamiento. No la culpo. 

-Muy graciosa.-Sonreí y por fin en su boca relucía una muy pequeña sonrisa.
-Te he hecho reír.-Chuleé con gracia en tono de broma.

El Misterioso Señor Jota | Joseph QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora