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POV VINYL
-Sí, Joe, te amo.-Pronuncié aquellas palabras con total sinceridad, al fin sabía que sí era enamoramiento.
Él me miró conmovido, por poco lágrimas se desbordan de sus ojos. Sin pensarlo me besó. Era un beso salvaje y apasionado, pero a la vez derrochaba añoranza y deseo. Yo paré de llorar de inmediato.
Sus manos se posicionaron en mi cintura y mis brazos rodearon su cuello, mientras, el beso cada vez se profundizaba más y más. Llegó un punto el cual yo ya estaba agarrada con mis piernas a él, no tardaríamos demasiado en llegar más lejos.
-¿Sabes? Me has puesto muy celoso.-Dijo entre besos.
-¿Por qué, cariño?-Jadeé.
-Estabas tan cerca de ese chico...-Habló enfurruñado.
-¿Moisés?-Pregunté con una risa, era obvio que tan solo teníamos una amistad.
-No digas su nombre.-Apretó mi trasero en tono de regaño.
-¿No te gusta que esté con él?-Fingí inocencia.
-No, tú eres mía y de nadie más.-Volvió a apretar en el mismo sitio pero esta vez por más tiempo.
-No lo sé... ¿Lo soy?-Lo miré desafiante.
-Te lo demostraré.-Me agarró y me puso en su hombro para llevarme hasta su habitación.
Cruzamos la sala para poder subir y ahí seguía Dominick Briony.
-Dom, lamento irme de esta manera tan inoportuna, pero tengo trabajo.-Me señaló a mí y el otro hombre rió mientras negaba con la cabeza.
Llegamos a su cuarto y en un santiamén yo ya estaba en lencería, pues tan solo llevaba una bata encima.
-Te he echado tanto de menos, preciosa.-Comenzó a dejar besos por todo mi abdomen después de tumbarme en la cama con delicadeza.
-Yo también, guapo.-No podía parar de jadear, había deseado demasiado esto últimamente.
Puse mi mano en su cabeza y empecé a masajear sus rizos. Él bajó hasta mis muslos y también dejó besos entre ellos, se estaba acercando mucho a mi zona más privada. Pasó su lengua suavemente por la tela que aún cubría mis partes, yo me estremecí de tan solo pensar lo que iba a suceder.
-¿Estás lista para quitártelo, mi amor?-Se refirió a mi ropa interior, yo asentí.
Posicionó sus dedos sobre las tiras de la prenda y las deslizó hasta abajo, después las tiró por algún lugar de la habitación.
-Joder, cariño...-Se relamió los labios para acercarse lo suficiente y empezar con su labor.
Lo que estaba sintiendo era increíble, el placer era tan grande que parecía que estaba bajo el efecto de una droga muy potente. Mis gemidos, maldiciones y los gritos con su nombre envolvían toda la sala.
Succionó mi punto más sensible, yo ya no masajeaba sus rizos, los estaba apretando. Estuve a punto de llegar, pero él se apartó y yo me quejé en respuesta.
-Todavía no, muñeca.-Sonrió perverso.
-Ven aquí.-Me movió a su antojo, como si fuese su juguete. Yo estaba bocabajo aguantándome con tan solo mi barbilla y mis rodillas contra la cama, pues mis manos me obligó a dejarlas en mi espalda.
-Esto fuera.-Desabrochó mi sujetador y lo lanzó fuera de mi alcance. Mis pechos cayeron al no estar sujetados, pero él los agarró con fuerza y me atrajo cerca de él mientras los apretaba.
-Cuando te llamo muñeca no es casualidad, preciosa, esta noche vas a serlo para mí, ¿De acuerdo?-Susurró con un tono dominante en mi oreja, me encantaba este Joseph.-Sí.-Respondí en un pequeño gemido, realmente su agarre estaba doliendo un poco, pero a estas alturas ya nada me podía molestar de él.
-Así me gusta.-Me soltó y me dio una nalgada para después ponerse un preservativo.
Y comenzó la acción...
Sus manos se posicionaban en mis glúteos y sus embestidas eran duras. Sus gemidos eran una perfecta armonía para mis oídos y los míos eran muy fuertes.
Me volvió a acercar hasta su cuello mientras con una mano sostenía un pecho y la otra mi cintura para que los dos podamos acabar a la vez.
-Joe... Voy a...-Cerré los ojos con fuerza.
-Yo también, mi amor, hazlo conmigo, ¿Sí?-Asentí y eso hicimos.
Cuando los dos por fin acabamos él besó mi mejilla y me soltó. Me desplomé entre las sábanas de la cama y él se tumbó encima mío para besarme, yo le seguí el beso.
-Espérate aquí un momento.-Depositó un beso en mi sien y se fue al lavabo que tenía en su cuarto.
Volvió con una bata de terciopelo puesta después de unos minutos que me sirvieron para poder descansar un poco.
-Señorita, el baño está listo.-Habló como si fuera mi sirviente y se acercó a mí para ayudarme a levantarme delicadamente.
-¿Me has preparado un baño, cariño?-Lo miré con ternura.
-He preparado lo mejor para la mejor, reina mía.-Lo besé sin dudarlo.
Me subí a caballito en su espalda y nos fuimos al baño. Allí nos sumergimos en el agua caliente los dos juntos. Solo nos iluminaban las luces de las velas que él había puesto, era tan romántico.
-Quiero que esto jamás se acabe.-Escondió su cabeza en mi hombro.
-No tiene porqué acabarse.-Lo calmé con voz dulce, creo que jamás había utilizado ese tono con ningún humano, tan solo con mi gato.
-Vinyl, mi vida, no puedo estar luchando contra una Élite entera y esperar salir ileso de ello.-Me miró con ojos de cachorro.
-Puedes con eso y más, cariño.-Acaricié sus preciosos rizos.
-Tal vez pueda, pero lo que no puedo es estar sin ti.-Dio un beso en mi cuello.
-Estaré contigo en todo momento.
-No, no lo harás, no lo permitiré. Tú, Vinyl Black, no vas a correr ningún riesgo más por culpa mía.-Se puso tozudo.
-Joe, no me pienso separar de ti.-Fruncí el ceño.
-Preciosa, no queda de otra.-Agarró mis manos por debajo del agua.
-Sí, sí que queda.-Afirmé yo.
Tal vez lo que había pensado era muy complicado y tal vez algo imposible, pero era la única opción que sabía que podía ser factible.
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..............................................................Hoy un capítulo... interesante😏
A no ser de que haya algún contratiempo...👀 No queda demasiado para el final :')
Obra de hoy: El Pescador Y La Sirena de Frederic Leighton (una de las pinturas que más me gustan ❤️)
No olvides votar y dejar tus comentarios, ¡Me encanta leeros y os lo agradezco demasiado! <3
Muchos besos💋
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El Misterioso Señor Jota | Joseph Quinn
FanficSurreal Realm era un club para gente asquerosamente rica en Nueva York. Vinyl trabajaba de bailarina exótica en este lugar. Su trabajo siempre le había parecido algo peligroso, pero nunca le había ocasionado ningún grave problema. Nunca, hasta que...