POV JOSEPH
No sé lo que Vinyl sentía por mí, pero yo tenía muy claro lo que sentía por ella. Había vendido mi alma a diablo para nada, los sacrificios no habían servido en absoluto, porque llegó ella. Solamente me uní a aquella maldita secta para mandar a la mierda el amor, para no volver a confiar en él, y aquí estoy ahora, enamorado perdidamente de alguien que seguramente no sienta lo mismo.
No quiero que ella me responda a los "te quiero", no quiero que ella solo me tome como una etiqueta, simplemente quiero disfrutarla.
Mi pasado amoroso es horroroso. Stella Arwen, quien me destrozó hasta dejarme en cenizas tenía la culpa de ello. La conocí a los diecinueve años, en una cena con gente importante. Ella lucía un precioso vestido amarillento con toques dorados, ahora entendía el porqué el color amarillo en la vestimenta daba mala suerte.
No tardé en enamorarme, no fue difícil, ella me encantaba, pero supongo que yo a ella no. No nos gustaba decir que teníamos algo formal, pero estuvimos unos diez años así, yendo y viniendo, éramos la típica pareja que todo el mundo conocía.
Nuestro romance terminó cuando por fin pudimos formalizar nuestra relación, pues ella me fue infiel a las dos semanas de hacerlo, es me mató.
¿A caso yo no era suficiente para ella?
¿A caso soy suficiente para alguien?
¿A caso el amor existe?
¿O es tan solo una absurda creencia?
Le tenía tanto rencor a Stella, pero al final el rencor se fue deteriorando hasta llegar a la ignorancia. Pero, claro, el daño ya estaba hecho. Fue así como pedí el objetivo para mis sacrificios; no volver a enamorarme.
Pero lo había hecho, claro que lo había hecho. Le tengo un gran amor-odio a Vinyl, la amo tanto, pero tanto, de una manera inimaginable. Tan solo la conocía de un mes, o tal vez menos, pero lo que me había hecho aquella bandida era imperdonable, sentía que si no estaba con ella podía morir. ¿Por qué? Era algo que me preguntaba pero no conseguía darle respuesta. Pero eso era el amor, algo tan desconocido que se nos hace tan atractivo hasta llegar al punto de que nos enamore.
Tenía miedo de pronunciar las palabras "Te amo", solo lo hice un par de veces, pero se las dije a otro corazón, a alguien que no las merecía.
Stella te odio y te odiaré siempre.
Y aún y así, yo tenía la cara de decir que la había olvidado, a ella, a Arwen.
No, Joseph, no lo has hecho, que tu corazón la haya matado no significa que tu mente lo haya hecho.
Pero ahora estaba Vinyl, mi muñeca, mi preciosidad. Aunque lo más probable es que ella no sintiera lo mismo y eso hacía que me quisiese morir. La necesitaba, era mi elixir. Yo solamente quería estar siempre a su lado, respirar su mismo aire, acariciar su fina piel y que su caluroso afecto hiciera hervir mi sangre. Eso provocaba en mí; deseo, atracción, amor, emoción, felicidad...
Todas esas cosas que no quería volver a sentir por nadie me las estaba recordando aquella mujer.Cuando Stella habló mal de Vinyl, MI Vinyl, solamente quería explotar de la rabia. ¿Cómo se atrevía a destrozarme el alma y después cuando conseguía repararla quería volverla a aniquilar? Ella era cruel, era posesiva y lo que había sido suyo, seguiría siéndolo pasaran los años que pasaran. Pero yo jamás fui suyo, no cuando ella prefirió a cincuenta hombres diferentes antes que a un que la amaba de verdad.
Ahora sabía que los malditos sacrificios no servían, pues si no mi chica no estaría ahora rodeada por mis brazos mientras se tapa con una fina sábana en la cual se transparentan sus preciosos pezones, se le marca su elegante perforación del ombligo...
Perdón, me voy por las ramas cuando se trata de ella.
Lo que decía, mi próxima decisión iba a ser la definitiva, iba a ser difícil e iba a ser muy cuestionada; Saldría de aquella secta.
Ella estaba tumbada en mi cama con los ojos cerrados disfrutando de la tranquilidad, yo estaba tocando "Can't Help Falling In Love" del mítico Elvis Presley. En el trozo del estribillo ella se levantó del colchón para bailar... Desnuda. Repasé todas las perforaciones y tatuajes que tenía, le quedaban perfectamente. Me gustaba mucho uno en especial, el de su costilla. Era una palabra escrita en horizontal, pero no alcanzaba a leerla, pues su baile me tenía hipnotizando. Tan solo meneaba sus caderas, brazos y piernas, pero para mí eso ya era una gran bendición.
-Muñeca, ven aquí.-Hizo lo que le ordené, yo le agarré de la cintura y la puse lo suficiente cerca de mi boca para poder besar su espléndido abdomen.
-Eres tan preciosa.-No podía dejar de dejar besos en su barriga. Ella acariciaba mis rizos y eso me ponía mucho más. La perfección no existía, pero ella era perfecta para mí.Pude leer la palabra de su tatuaje, VORÁGINE, esa era, pero desconocía su significado.
-Cariño, ¿Qué significa?-Señalé a la piel manchada de tinta.
-Una vorágine es como un tipo de remolino de gran intensidad, pero también puede utilizarse para expresar sentimientos.-Explicó calmada, parecía que yo era un niño y ella mi profesora enseñándome cosas nuevas... No suena como una mala fantasía. Joder, ya me he desviado del tema.
-¿Cómo?-Comencé a pasar mi nariz por la línea central que marcaba su abdomen.
-También puede ser una mezcla de sentimientos muy intensos que se manifiestan de manera incontenible.
-¿Y por qué te lo tatuaste? Aunque lo puedo intuir.-Le sonreí.
-Porque yo soy una vorágine.-Respondió con obviedad, me lo imaginaba.
-Lo eres, mi amor, lo eres.-Me levanté del taburete del piano para darle un gran beso con lengua.
-Te amo, te amo demasiado.-Y lo solté, así, como si fueran dos simples palabras. Sentí un gran alivio.-Joe...-Se separó, pero yo no quería que ella contestara a eso. Si quería que tan sólo tuviésemos sexo, así sería, y si quería tener una familia con hijos y un gato conmigo, también pasaría. A este punto, con tan solo tenerla cerca yo ya estaba contento. Retomé el beso, pero ella volvió a apartarse.
-No, cariño, me da igual si no sientes lo mismo, pero déjame disfrutarte.-Le supliqué mirándola a los ojos.
-Joe, rey, no es eso, es que esto está siendo muy rápido.-Frunció un poco las cejas.
-Lo sé, preciosa, lo sé, perdón, pero de verdad que te necesito.-Junté mi nariz con la suya y ella me dio un pequeño pico.
-Necesito pensar.-Susurró.
-Tienes todo el tiempo del mundo, soy paciente.-Le di un beso de gnomos, que prácticamente era juntar nuestras narices y frotarlas, ella me siguió el juego y los dos reímos.
-Yo también te quiero.-Mi día se alegró por completo. Tal vez no era un "te amo", pero si eso era lo que ella realmente sentía, yo me conformaría con lo que fuese.
Ay, Joseph, ¿En qué momento te habías convertido en un tonto enamorado?
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...............................................................Capítulo un poco revelador. No hay demasiada acción, pero sí nueva información👀
Ya sabemos el porqué Joseph se unió a aquella secta...
Obra de hoy: La Persistencia De La Memoria de Salvador Dalí.
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Muchos besos💋
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El Misterioso Señor Jota | Joseph Quinn
FanfictionSurreal Realm era un club para gente asquerosamente rica en Nueva York. Vinyl trabajaba de bailarina exótica en este lugar. Su trabajo siempre le había parecido algo peligroso, pero nunca le había ocasionado ningún grave problema. Nunca, hasta que...