capitulo 13 (la obsesión)

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La sensación de sus colmillos en el cuello era dolorosa, pero segundos después, la chica sintió inexplicablemente, un placer más profundo que el sexo. Tal y como él dijo, aquello era mucho mejor que el sexo. El cuerpo se relajó y empezó a sentir como orgasmos por cada fibra de su ser... Enseguida le dio igual que la mordiera y se desangrara por doquier. Se entregó a él de nuevo, moviendo un poco las caderas, sintiendo el miembro del profesor aún dentro de ella, y lamiendo la palma de la mano que tapaba su boca. Miraba al infinito con lágrimas en los ojos.

Era como un sueño de terror y placer. Ella siendo poseída y mordida por un vampiro a quien conocía como profesor de la Academia Youkai. Creyó que era un sueño, pero en el fondo sabía que no era así, lo sentía por todo el cuerpo. Sentía que se iba muriendo poco a poco por la falta de sangre, la misma que era succionada a sorbos, y la que se escapaba por los labios del vampiro, lentamente se deslizaba el fluido rojo por el cuerpo de la joven, manchando su espalda, brazo, pecho, cintura, pierna, hasta gotear, dejando un pequeño charco de sangre.

Dio por sentado que iba a morir, pero de repente, sintió que él dejaba de morderla y beber su sangre, separándose de ella. Jessy dio un suspiro de alivio, y él la dejo caer al suelo sin más, la vista le era borrosa y difusa. Intentando darse la vuelta con las manos, usando las pocas fuerzas que le quedaba, se fue girando al profesor. Pero, antes de poder girarse a él, este la incorporó sin hacer mucho esfuerzo. La tomó por los brazos y la tumbo en la mesa más cercana de nuevo, mirándola cara a cara con los labios, la barbilla y el cuello manchados de sangre, la sangre de la joven moribunda de quién disfrutó sexual e intensamente.

-Lo siento... puede que me haya pasado un poco. -se disculpó él limpiándose con el brazo, dejando ver sus afiliados y blancos colmillos, y sus rojizos ojos. -Supongo que... tanto ejercicio te ha debilitado bastante. No debí exhibirme tanto contigo, lo siento.

Jessy quedo confusa. Ahora, la voz del profesor era distinta. No era de hombre, sino de mujer.

Ese pensamiento fue escuchado claramente por ese vampiro, y con una sonrisa divertida y sarcástica, mostró a la joven algo que la petrificó del asombro. Su profesor de física estaba cambiando su aspecto por completo en pocos segundos. El pelo corto creció desmesuradamente hasta ser más largo que el suyo propio, y también cambio de color, de castaño oscuro a rojo oscuro. El cuerpo del hombre cambio al de una mujer atractiva con buenos pechos a la vista, el rostro del profesor Nicolás desapareció, dejando ver a una mujer que Jessy no conocía de nada, pero que le daba miedo con esa palidez y esos labios rojos carmín, sonriendo maliciosa y endemoniadamente. Las ropas que esa desconocida había usado como hombre también cambiaron, la bata blanca ahora era una capucha negra que se puso encima sin ponerse el resto, quedando de pie ante la chica desangrada y petrificada de la mesa.

-Per- ¿Qu-?

-¿Sorprendida? -dijo la mujer de pelo rojo. Su voz no era del todo femenina, era una mezcla de voz de hombre hablando como una mujer. Como solían hacer los travestís. -Sí, lo sé. Mi voz es un asco, pero es mi verdadera voz.

-¿Quién... es usted... en verdad? -pudo preguntar Jessy. No era capaz de moverse por el miedo- ¿Quién es?

-¿Yo? Mmm... Bueno, aparté de tu "profesor" de física, también puedes llamarme Nicole -contestó ella disimulando naturalidad. Actualmente no puedo ir por ahí con este aspecto, así que... me hago pasar por hombre todo el tiempo, al menos en público. -Jessy no daba crédito a lo que estaba pasando ahora, estaba impactada y confundida-. Me lo he pasado muy bien. La verdad, nunca pensé disfrutar tanto con una humana tan joven, y menos con mi disfraz de hombre, eres una verdadera diosa del amor, por ello... te he dado un regalo muy especial.

-¿Un regalo... especial? -repitió Jessy confusa-¿Qué quieres decir?

-Lo que oyes. Cumplo con lo que he dicho antes -contestó ella acercándose más a ella-. Te quiero toda para mí, sin que nada ni nadie sea capaz de separarnos jamás. Quiero que seas mía para toda la eternidad.

Con eso, Jessy se imaginó que la había liado, y se tocó asustada la mordida en su cuello manchado de sangre. No la mordió sólo para alimentarse, lo hizo también para convertirla, transformándola en una vampiresa bajo su mando. Nicole lo confirmó con una sonrisa. Estaba asustada, aterrorizada por el destino que le había tocado en pocas horas, y todo por un lío repentino con un profesor.

-No te asustes... enseguida serás como yo. Y estaremos siempre juntas, como amantes de la oscuridad.

-No... ¡No...! ¡No quiero vivir así...! -gritó ella.

Jessy intentó ir hacía ella, pero antes de hacer eso sintió una corazonada que la paralizó, y de golpe, vomitó repentinamente una sustancia espumosa de color gris amarillento. La recién convertida vampiresa, cayo de rodillas al suelo tosiendo entre vómitos. Nicole se apartó ante eso, quedando de piedra. La chica enseguida vomitó sangre sin parar, asfixiándose. Entonces, la vampira suspiró.

-Mierda, joder... tu tampoco eres apta -comentó para su desagrado... La chica la miró confusa-, Tu cuerpo no tolera mi veneno. Yo pensando que había encontrado a una compañera al fin. Menuda mierda.

-¿Qué no... soy apta? ¿Qué significa eso? ¡¿Qué va a pasarme ahora?!

-Pues... que a este paso... tendrás una muerte lenta y desagradable -contestó la vampira como si nada, impasible de lo que le pasaba a la humana. Jessy la miró horrorizada-. Es lo que hay. No todos soportan nuestro veneno, y menos si somos del mismo sexo.

-¡¿Entonces por qué lo has hecho?! ¡Me has condenado sin más! - acusó Jessy llorando de miedo y dolor.

-Como te he dicho, hay excepciones. Una vampira puede cruzarse con humanas que son capaces de tolerar el veneno. Lo difícil es saber cómo encontrarlos -explicó la vampira sentándose en la mesa de delante de Jessy-. Tenía la esperanza de que fueras una de ellas... deseaba que fuera así por las horas de pasión y deseo que hemos tenido juntas... Pero veo que no será así, simplemente morirás, pero mira que la hemos pasado bien juntas.

Jessy vio que la vampira no estaba en la labor de querer ayudarla, aun así, ella se arrastró hacía la pelirroja, vomitando sangre por el camino hasta alcanzar una de las piernas desnudas de la vampira, aferrándose entre lágrimas y sangre.

-Sálveme... ¡Sálveme!, ¡por favor! -suplicó abrazándole la pierna. Nicole la miró desde arriba-, ¿Me ayudará? ¡No puedo morir así! ¡Soy demasiado joven todavía!, ¡por favor!, No quiero morir ahora.

Ante eso, Nicole no dijo nada, y vio como la chica bajaba la cabeza llorando en alto asustada y dolorida. En verdad no deseaba la muerte. La pelirroja bajó de la mesa y se puso de rodillas ante la chica, cogiéndola del rostro para mirarla a los ojos, casi tocándose con la punta de la nariz. Jessy la miró confusa entre lágrimas. Entonces, Nicole mostró una sonrisa sarcástica y calculadora.

-Haz actuado muy bien, princesa.

Sin dudarlo un instante, Nicole atravesó a la chica el pecho con el brazo, matándola al instante sin hacerla sufrir. Tras sacar el brazo ensangrentado, dejo caer el cuerpo a un lado sin más mientras se ponía en pie, sacudiéndose el brazo manchado de sangre.

-Al fin... no eras más que una entre muchas otras. Me has engañado y eso no lo soporto. -dijo Nicole seriamente, mirando sin emoción el cuerpo. Entonces, alzó la mirada con una sonrisa-. Solo tú... eres digna de ser mi amante eterna, Freen...

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