capitulo 34( desesperación, ansiedad y miedo )

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Apenas era medianoche. En la academia a esa hora todo el mundo estaba retirado a punto de irse a dormir, todo el mundo humano. Los vampiros, tanto estudiantes como profesores, circulaban silenciosa y sigilosamente por todo el campus buscando algún rastro de Nicole Van Karmila, o de  Becky armstrong por orden del director Víctor y de su hija Freen.

Llevaban un par de horas buscando y ningún rastro encontrado. Karmila y Becky habían desaparecido del lugar sin dejar rastro de su camino. Algo insólito para Víctor y su esposa.

La falta de rastro estaba poniendo nerviosa a la joven vampiresa que por orden de su madre se había retirado a su habitación junto a Dorian. La falta de noticias de Becky hacía que temiera lo peor y esto era, que Karmila se la hubiese llevado lejos, que la hubiese violado hasta dejarla medio muerta, o que...

―Freen, trata de calmarte, por favor ―pidió Dorian, quien está a su lado abrazándola e intentando calmarla―. Debes ser fuerte.

―No puedo, Dorian. ¡No puedo! ―gritó ella apartándose bruscamente. Él la soltó y al momento ella se puso en pie, temblando de rabia―. Esa arpía tiene a Becky, a mi Becky...

―Freen...

―Si le llega a pasar algo por mi culpa... yo... ¡No sé qué voy a hacer sin ella, Dorian!

Dorian pudo ver claramente su dolor y sufrimiento. Freen padecía de auténtica agonía por la falta de esa humana. Pudo ver que la amaba en verdad, él solo se sentía frustrado por ser incapaz de ayudarla a encontrar en el acto o calmarla hasta que la encuentren.

Finalmente, Freen se derrumba cayendo de rodillas al suelo, abrazándose a sí misma intentando detener los temblores que sufría su cuerpo. Dorian al momento se arrodilló y la abraza intentando consolarla sin éxito.

En la puerta entreabierta de su habitación se encontraban sus padres y Baeng que habían regresado de la búsqueda. El ver a Freen en ese estado les preocupaba mucho, incluso a Baeng. Temían que ese tormento acabara del todo con su cordura. Tenían que hacer algo pronto.

―Ten fe, hermana ―le murmuró Dorian sobre su cabeza, sonando convencido y seguro―. Becky es fuerte, sabrá resistir hasta que la rescatemos de Karmila.

Al escucharle, Freen alzó la cabeza y lo miró. Él cogió su rostro con ambas manos.

―Ella es la chica que amas, la humana que te ama por igual… confía en ella y sé fuerte. Eres la futura Reina de los Vampiros, actúa como tal y demuestra que eres mucho más fuerte que ella.

Tanto Freen como el resto de la familia quedaron sorprendidos por las palabras de Dorian. Le dio ánimos para no rendirse ante su enemiga.

Freen se secó las lágrimas y se puso en pie con ayuda de su hermano. Ahora se mostraba con fuerzas para buscar a Becky y eliminar del todo a Karmila para vengarse de ella y proteger a quienes ella amaba. Sin esperar más, ella y su familia salieron de la mansión a seguir buscando.

«Becky, aguanta. ¡Te encontraré!»

* * *

«Becky...»

Al escuchar su nombre en su mente, ella volvió en sí. Abrió los ojos de sopetón y ve que todo a su alrededor estaba a oscuras. Al momento notó su cuerpo dolorido y paralizado; algo duro y rasposo mantenía sujetos sus manos y pies. Pudo notar que estaba atada contra unas barras horizontales. No tardó mucho en deducir dónde se encontraba.

―Parece que mi pequeño y hermoso ángel se ha unido a la búsqueda de su querido juguete ―dijo una voz de mujer en la oscuridad, haciendo eco en el lugar―. ¿Estás contenta, putita? Freen ya viene a buscarte... Eso si llega a encontrarnos, claro ―dijo aquello antes de reírse.

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