El director Víctor estaba a solas con su mujer en el despacho. Los demás vampiros habían salido, dando por terminada esa reunión de momento. La pareja estuvo cara a cara, él en su silla de despacho y ella en una de las dos sillas.
-Sinceramente, no pensaba que nos reencontraríamos estando en una situación así -confesó Víctor con humor-. ¿Dónde está Dorian? ¿No estaba contigo?
-Ha venido aquí conmigo también, pero... se ha ido a verla. -contestó ella cabizbaja y elegante.
-Ah... ya veo. Supongo que no podía esperar mucho más. Bueno, imagino que ella tampoco la verdad.
-Ya sabes cómo son... a pesar de ser familia, se aman como dos enamorados de cuento.
-Sí... y para mi está bien, siempre y cuando no sufran por ello.
-No hay que preocuparse. Saben cuidarse el uno al otro -aseguró ella. Después se puso seria-. En cuanto a lo de antes...
-Sí, lo sé. -afirmó él sonando serio también-, será bastante difícil ocultarles esto... y más si la gente empieza a ver que esa pobre muchacha a desaparecido sin más.
-Eres el director, puedes solucionarlo ¿no?
-No siempre es tal sencillo, Amanda -dijo él poniéndose en pie para estar de espaldas a la mesa con las manos en la espalda-. Tal vez podamos ocultar la verdad de los demás alumnos y profesores humanos, pero... ¿a su familia?, ¿cómo podríamos ocultar este acto tan vil de su familia?
-Sí, -coincidió ella apenada por ese punto doloroso. -no es un plató de buen gusto, pero no hay más remedio que buscar la forma de ocultarles esto.
-No serás tú quien tenga que hacerlo, sino yo -dijo Víctor sin disimular su malestar. Amanda no le reprochó eso-. ¿Hasta cuándo piensas dejarla campar a sus anchas? ¿Hasta que se repita lo que pasó aquella noche?
-Víctor, por favor -pidió ella viendo que el cabreo iba a peor. Se puso en pie y rodeo la mesa para estar con él y calmarlo-. Entiende que esa mujer se hace cada vez más astuta e impredecible. Aprendió a ocultarse para evitar que la atraparan.
-¡Debiste asegurarte de haberla eliminado entonces! -exclamó Víctor cabreado, apartándola de su brazo- De haberlo hecho, nuestra hija no...
Amanda vio cómo su marido inmortal caía en la rabia de nuevo apoyando las manos contra el muro de la ventana para apretar los dedos y agrietar la pared como si nada. Ella entendía como se sentía, pero no debía dejarse llevar por ese odio que podría perjudicarle más adelante. Debía aprender a controlar sus impulsos, y él lo sabía muy bien. Aun así, tenía momentos de debilidad.
-Lo siento -se disculpó ella sincera. Él la miró de reojo-, aunque no lo hayas dicho nunca... sé que me culpas por lo que ocurrió.
-No es verdad...
-Sí que lo es, Víctor -insistió ella dándose la vuelta para no mirarle a la cara-. Yo... también me culpo. Por eso evito ver a Freen a la cara. Porqué al hacerlo... ya no veo a esa niña alegre que solía ser con sus primeros años.
-Amanda...
La nombrada quedó de piedra ya que Víctor se giró a ella y la abrazó por la espalda con sus fuerte y musculosos brazos, envolviéndola entera mientras tenía el rostro girado tras su hombro. La morena estaba sorprendida, pero agradecida. Ese abrazo la reconfortó y calmó, tanto que puso una mano suya sobre el brazo de su marido al mismo tiempo que echaba su cabeza hacía atrás.
-Lo que le pasó es irreparable, Amanda... eso lo sabemos muy bien -le dijo Víctor por detrás-. Pero Dorian hace que ella vuelva a ser aquella niña que tanto querías.
-Lo sé, pero solo cuando está con él -le corrigió ella resignada-. Al separarse de Dorian, regresa aquella chica cruel y calculadora que solo piensa en divertirse a base de hacer sufrir a otros.
-Puede que no esté todo perdido.
-¿Cómo? -preguntó ella girando la cabeza para verle. -¿Qué quieres decir?
-Creo... que muy pronto Freen dejará de ser así. Y todo... gracias a una niña humana.
-¿Qué?
Amanda no entendió nada de lo que decía su marido, pero por la expresión que vio en él entendió que algo inesperado había pasado recientemente en esa academia, específicamente con Freen. Confiando en la palabra de su marido, Amanda le sonrió.
Entonces, para sorpresa de ella, Víctor la besó en los labios con los ojos cerrados, un beso apasionado mientras la abrazaba en esa posición. Poco a poco, la mujer fue correspondiendo al beso, entregándose a su marido. Dándose la vuelta para quedar cara a cara, ambos se besaron con pasión y placer. Estando los dos solos allí sin que nadie les molestará, se entregaron mutuamente, sin olvidar el problema que tenían ahora.
«Víctor... sé que te has dado cuenta con solo verme» pensaba ella sin dejar de besarlo.
«Esta muerte es solo el principio. Ella está aquí, y viene para coger lo que desea tener; a nuestra hija. Solo espero que esta vez Freen sea capaz de defenderse de ella» Pensaba Víctor mientras besaba a Amanda
El vampiro escuchó claramente los pensamientos de su esposa, pero no quiso cortar la pasión que se había creado entre ellos. Cogiéndola por las piernas la tumbó sobre la mesa tras apartar todos los objetos con el brazo. Allí la hizo suya sin tregua quitándole ese temor que tenía por la responsabilidad de aquella muerte, y las que seguramente seguirán ocurriendo en academia. Víctor consiguió hacer disfrutar a su esposa en ese momento, y confiaba en su hijo mayor, que podría guiar y proteger a su hermana. Amanda y el director Víctor hicieron el amor hasta hartarse, mientras, una figura de negro los espiaba fuera.
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ACADEMIA YOUKAI
VampirosLa Academia Youkai acepta a todo estudiante que sea popular e inteligente. Su objetivo es la coexistencia pacífica entre vampiros y humanos con la ayuda de los jóvenes. Becky es una de las más inteligentes, pero también la más tímida. Lo que ella no...