capitulo 19 ( sin máscara )

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A la hora de la comida, todos se relajaron y dejaron los libros ya que en las clases de la tarde no había pruebas que hacer. Faltando una hora para su comida, Becky fue al baño de chicas para refrescarse un poco la cabeza y dejar de pensar un rato, Becky solo quería estar a sola en algún sitio apartado de la gente. El baño a esa hora siempre estaba vacío. Era el lugar perfecto para que nadie te encontrara.

La joven se lavó la cara para dejarla empapada, se mojó el cuello, el escote un poco tras aflojarse la camisa y el cabello que lo tenía recogido de forma que el flequillo no la molestará. Esa fría agua la dejó como nueva... más calmada y relajada. Por un momento estuvo en su propio mundo sin oír nada a su alrededor mientras estaba apoyada en el baño ante un enorme espejo.

—Qué paz... Que silencio más agradable y oportuno —vociferó la rubia para sí misma con los ojos cerrando y la cabeza mirando arriba.

—Veo que estás bien, mi querida Becky.

La nombrada abrió los ojos en par quedando de piedra, y al mirar hacia delante, se vio a sí misma en el reflejo del espejo, pero también a otra persona que estaba detrás suyo con los brazos cruzados y apoyada en una de las columnas entre las puertas del baño. Freen estaba ahí con ella y no se había enterado de su llegada. La morena la miraba con una sonrisa amigable y sincera. Mientras, Becky quedó petrificada al verla ahí.

—Freen... —fue lo único que se atrevió a decir en ese momento, no pudiendo disimular el nerviosismo.

—Me tenías preocupada. Has desaparecido de mi casa sin decirme nada, ni siquiera un “adiós” —confesó la morena caminando hacia ella—. Temía que te hubiese pasado algo de camino aquí. No vuelvas a asustarme así, por favor.

—Ah... es verdad. Lo siento mucho. —se disculpó Becky recordando la grotesca escena que había visto y evitó mirarla a la cara.

—En fin, ¿Cómo te preparas para los exámenes? —preguntó con curiosidad y buen humor—, ¿Has estudiado mucho?

—La verdad... no necesito estudiar mucho, yo en las clases aprendí a la primera.

—¡Vaya, como yo!

Becky se sentía muy pequeña en ese momento, incomoda con la charla tan natural y amigable que Freen llevaba, parecía como si nada hubiese pasado. Entendía que Freen no estuviera enterada de que la vio con su hermano anoche, pero también le extrañó que el tal Dorian aun cuando la había visto, no le dijera a Freen. ¿Por qué no le había dicho nada? ¿Acaso fue para no incomodar a su hermana? ¿O fue por capricho suyo? Esas preguntas reinaban en la mente de la rubia, quien ya no escuchaba a la morena que tenía al lado.

—¿Becky?

—¿Eh? ¿Qué?

—¿Estás bien? —preguntó freen viéndola distraída— ¿Te pasa algo?

—Ah, lo siento. Estaba pensando en otra cosa. Siento no haberte escuchado. —se disculpó ella con sinceridad.

—No importa —entendió la morena—, tienes muchas cosas que pensar ahora.

Becky miró a la morena, y vio que está estaba mirándose al espejo mientras se arreglaba un poco el pelo. La rubia tuvo por seguro que Freen no estaba enterada de lo que vio anoche por parte de su hermano. En el fondo agradeció ese detalle.

—Por cierto, quiero hacerte una pregunta. —pidió Freen dejando de tocarse el pelo.

—¿Qué?

—¿Qué te pareció lo de anoche?

—¿Eh?

—Ya sabes —la miró de lado con una sonrisa diferente a la de antes—, lo que viste en mi habitación, con mi hermano mayor.

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