ACADEMIA YOUKAI

capitulo 44 ( con quién elige quedarte Becky )

En aquellos momentos, cuando todos ya deberían estar acostados para la despedida de mañana, Irin estaba sentada en el borde de su cama en la habitación que compartía con Becky. Había terminado de recoger sus cosas y ahora solo tenía que esperar a mañana. En vez de dormir, se había quedado ensimismada mirando una fotografía donde salía ella junto a Becky, riendo felices.

Esa fotografía se la habían hecho el primer día en que llegaron a la Academia Youkai.

Los años siguientes fueron maravillosos, hasta ese año. Entonces todo cambio.

Tras lo ocurrido con Karmila, Irin quiso hacer las paces con Becky y olvidarlo todo. Quería escapar de esa academia con ella, pero era imposible al estar en las garras de Baeng, el hermano menor de Freen, quién además de torturarla psicológica y sexualmente, le había contado todo lo que le había pasado a Becky, incluido lo de la herida que estuvo a punto de matarla.

Esa información hizo que Irin cayera en un profundo agujero de culpa y sufrimiento, y por ello, dejó de ser la que era incluso delante de Becky, a quien se cruzó más tarde en la academia. Por aquel entonces, Baeng dejó de ir a buscarla para torturarla. Había desaparecido sin más. Esa era su oportunidad para irse y olvidarse de esos monstruos un tiempo; ya encontraría la forma de apartar a Becky de esa "Reina de la sombra" de los vampiros.

Con esa determinación en mente guardó la fotografía bajo la almohada.

―¿Irin?

Al oír esa voz quedó petrificada, pillada por sorpresa. Volteando la cintura se fue girando poco a poco hasta que finalmente vio a Becky en el umbral de la puerta, pero no estaba sola. Freen Sarocha estaba también, se encontraba a su lado abrazándola por la cintura, lo cual no dejó de hacer al verla allí.

Irin y Becky se miraron a los ojos sin decir nada. Irin bajó la mirada al percatarse de que la camisa blanca de Becky estaba desabrochada de par en par. Entonces pudo ver unas marchas rojizas que cruzaban su torso. Al ver aquello hizo que palideciera de espanto. Al percatarse de lo que estaba viendo Irin, Becky se apresuró a cubrirse rápidamente. Irin tuvo deseos de acercarse a ella y ver mejor esas marcas sufridas, pero se contuvo con mucha fuerza.

―Veo que sigues aquí ―dijo Freen, claramente nada contenta de verla.

Al oírla hablar, Irin hirvió de odio y rencor al ver que Becky estuviera herida también; era por su culpa al estar cerca de su mejor amiga y amor no correspondido.

―Es también mi dormitorio, por si no lo recuerdas ―gruñó Irin sin miramientos.

―Tenía entendido de que habías pedido otra habitación ―dijo Freen con el ceño fruncido.

―¿Cómo? ―exclamó Becky al escucharla. Miró a Freen y luego de nuevo a Irin―. ¿Es eso cierto? ¿Te... cambias de habitación?

―Así es ―confirmó Irin―. Cuando regrese tras las vacaciones me darán una nueva ―hizo una pausa, dubitativa―. ¿Te encuentras bien?

―Está bien ―respondió Freen en lugar de Becky. La apretó contra sí con el brazo rodeando su cintura―. Y no es gracias a ti.

―! Freen! ―la llamó Becky recriminándole su actitud. Esta calló. Becky miró a Irin―. Estoy bien. Gracias por preguntar...

―Siento no haberte ido a ver ―se disculpó Irin―. No creía que quisieras verme.

Becky se sorprendió al escucharla. Quiso contradecirla, pero Freen se le adelantó:

―Di la verdad, Irin; no quisiste verla porque no querías ver lo que le había hecho Karmila ―al momento de terminar de hablar, Freen agarró a Becky para que se pusiera delante suyo, de espalda y de cara a Irin, entonces apartó las manos de Becky que sujetaban la abertura de la camisa del uniforme para así abrirlo y dejar a la vista su pecho, mostrando la cicatriz que aún estaba hinchada―. Es por esto que no querías verla, ¡¿no es así?!