14. Aparición

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[2046]

Su corazón casi se detuvo.

La piel se le erizó.

Los cabellos de su nuca parecieron electrizarse.

Un estado de repentina parálisis acompañado de escalofríos esporádicos se apoderó de todo su cuerpo, poniéndolo en estado de alerta.

No había oído esa puerta ser golpeada nunca. Desde el momento en que ambos, él y Emily, habían llegado a habitarla, había quedado concluido que nadie sería capaz de llegar hasta ahí, y quien llegara asumiría que estaba abandonada por su aspecto tenebroso, por lo que no se molestaría en llamar antes de intentar colarse (situación para la que ya tenían un plan que había dado resultado con bastante eficacia en el pasado: un protocolo para espantar a los intrusos).

¿Quién podría ser? ¿Algún vagabundo asegurándose de estar solo para tomar posesión de la casa como refugio? ¿O quizás...?

A Nicholas se le bajó la presión de solo pensarlo.

¿Sería posible que su mayor miedo se hubiera visto realizado? ¿Alguien acaso había reconocido a Emily en sus paseos por el cementerio? Era cierto que la chica iba casi siempre protegida por las sombras, pero no en cada ocasión había sido tan cuidadosa como él debido a su carisma ingenuo y cándido, interactuando con más de uno en el trayecto, la última vez había incluso pasado la noche ahí, la posibilidad de que hubiera sido descubierta había dejado de ser nula, ya no era ni siquiera escasa. Alguien podía haberla seguido. Alguien podía haber alertado a las autoridades. Alguien estaba detrás de la puerta sin señales de querer rendirse.

Nick caminó sin que sus pasos hicieran ruido desde su estudio hasta la sala. Los golpes continuaban, y eran calmos, pero insistentes, no parecían aceptar un "largo de aquí" entre líneas. ¿Cuál era el proceder apropiado? ¿Quedarse en su lugar y no producir sonido alguno hasta que el visitante no deseado desapareciera? ¿O debía... salir y enfrentar lo que fuera que encontrara?

Solo a esas alturas Nick se percató de que había comenzado a sudar y su respiración estaba totalmente descontrolada. Apretó los puños en un reflejo defensivo, girándose por instinto hacia el pasillo, hacia la puerta tras la que Em todavía descansaba, recuperándose de una enfermedad que había podido ser mucho peor de lo que en realidad había terminado siendo. ¿Por qué quien fuera que estuviera afuera no hablaba? De dar señales de su identidad, Nicholas sabría a qué se estaba enfrentando y podría pensar en la mejor forma de proteger a Emily.

Siendo sigiloso y concienzudo para no arriesgar todo, Rogers avanzó los pasos que le faltaban hasta llegar a la puerta, que no había dejado de ser golpeada sin descanso, sin la añadidura de siquiera una palabra que pudiera ayudarle a deducir. Cansado, nervioso y alerta, pero sintiéndose valiente, tomó el picaporte con una mano, dio un hondo suspiro y fue él quien habló por primera vez.

—¿Quién es? —preguntó con cautela, engolando la voz con el suficiente cuidado como para que sonara imponente y hasta amenazante.

—Vengo a ver a Emily —respondió una voz desde el exterior sin ningún tipo de vacilación.

Nick había predicho durante los segundos previos a su pregunta todo acerca del tono firme que de seguro iba a escuchar, pero ninguna de sus predicciones se había siquiera acercado a la realidad. No se trataba de la voz gruesa y curtida de un hombre mayor ordenándole a gritos que se rindiera. No podía ser la voz de un policía.

La voz no sonaba tan gruesa como la de un adulto, pero tampoco tan fina como la de un niño. Era muy probable que fuera un varón joven (o una mujer de registro grave) y aunque el tono demandante había revelado un par de cosas algo ambiguas sobre su personalidad, no dejaba clara ni su procedencia ni sus intenciones. ¿Qué quería? ¿Por qué estaba ahí? ¿Qué tenía que hacer Nick para que se fuera?

Emily Rosie © [RESIDENTES #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora