10. Quinto piso

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[2045]

La noticia llegó al hospital (y a oídos de Nick) una mañana del tres de junio. Fue precedida por un sombrío "buenos días" por parte de Marshall que fue un augurio inmediato de malas noticias. Nicholas casi ni siquiera tuvo que preguntar.

—¿Ya te enteraste? —tanteó Jim.

—¿De qué? —instó el doctor Rogers, con el corazón palpitando rápido por la anticipación.

—Es Fred Deluca —contestó Marshall—. Ha muerto.

Nick tuvo la sensación de estar cayendo por un foso infinito y toda la sangre se le fue a los pies. Tardó unos segundos en comprender el significado de la frase y le tomó sólo uno más visualizar el futuro inmediato: la imagen de una niña inocente y hermosa cuya sonrisa estaba a punto de ser arrancada para siempre.

—N-no —titubeó Rogers con el estómago revuelto—. Tiene que ser un error. La prensa publica las muertes falsas de celebridades todo el tiempo...

—Eso mismo pensé yo, por eso me aseguré antes de venir. Me lo han confirmado al menos tres medios y el director del hospital, que dice que la esposa de Deluca es ahora la tutora legal y apoderada de la niña.

Nick negó con la cabeza.

—Sabía que estaba enfermo, pero esto... —Se revolvió el cabello con nerviosismo.

—Lo sé... pero el hombre tenía cirrosis. Fue un fumador asiduo la mayor parte de su vida y ya era tarde cuando quiso dejarlo.

—Lo siento, pero... Jim, ¿cómo se lo voy a decir a Emily?

Eso era casi lo único en lo que Nick podía pensar. Había una parte de sí mismo que sentía remordimiento por no poder darle a la muerte del hombre el lugar prioritario en su mente, pero, por más que lo intentaba, no podía quitarse de la cabeza la imagen de la niña. El hecho de que adoraba a su padre y había pasado las últimas semanas esperando con mucha impaciencia su regreso no era un secreto para nadie, mucho menos para él, que no solo se consideraba el doctor que la trataba, sino también su amigo. Había hecho tantos avances, había aprendido tanto sobre sí misma y sobre su enfermedad apoyándose en su propio optimismo y en su progenitor que un golpe como ese de seguro la devastaría en niveles riesgosos.

El pulso de Nick empezó a tornarse demasiado acelerado con la sola concepción de la idea.

—Va a ser difícil, eso es seguro —dijo Jim.

—Es muy pequeña y ya se sentía abandonada cuando su padre la trajo aquí, no tenía a nadie más que a él...

—Lo sé, no es una situación sencilla, pero ya no es tan pequeña y es fuerte, estoy seguro de que va a salir adelante.

—No, tú no lo entiendes. Emily es diferente, puede que tenga ya doce años, pero por dentro sigue siendo una criatura indefensa y el mundo se la va a tragar si ella se deja ir. Se ha quedado sola en el mundo y no sé cómo voy a ser capaz de decírselo sin temer que eso pase.

—No se ha quedado sola, Nick, todavía queda la esposa de su padre...

—Por favor, Jim, tú y yo sabemos que Jessica es una niña malcriada y cruel que no se preocupa ni un poco por Emily. A ella le conviene que siga aquí para no tener que encargarse de ella y ser libre de gastarse todo el dinero que ahora tiene.

—Nick...

—Y cuando Emily se entere de que en realidad ya no tiene un lugar al que volver cuando termine su tratamiento, va a tener más miedo que nunca, justo ahora que está a punto de lograrlo...

—Rogers, espera...

—¿Quién va a cuidar de ella ahora? Lo haría yo mismo si se pudiera, te juro que la adoptaría y le daría el cuidado y validación que se merece, pero...

Emily Rosie © [RESIDENTES #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora