CAPÍTULO 34

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Sunghoon ha venido esta mañana con la pequeña a recogerme a casa de Hyunjin, ahora está en su despacho y yo voy a ir a mi estudio a por unas cosas.

-Me voy a mi estudio–Le comento tras darle un beso.

-Esta noche vendrán a cenar Jeongin y Hyunjin-

-¿Barbacoa?-

Sunghoon se ríe y asiente.

-No tardes-

-No-

Le doy otro beso y me voy sin poder dejar de sentir, sigo temiendo la visita de Heeseung, pero intento pensar que, como todos creen, Heeseung solo quiere dejar a Sunghoon antes que él lo deje, viniendo de Heeseung es muy posible.

No tardo mucho y al bajar del estudio veo una pastelería abierta y compro unos dulces para la cena de esta noche.

Cuando llego a casa de Sunghoon con los pasteles en la mano, veo uno de los coches de mi padre aparcado en la puerta, el chofer me saluda y siento un gran nudo en el estómago. Heeseung ha vuelto, voy hacia la casa y al ir a tocar a la puerta veo que está abierta y entro. Escucho enseguida las voces de Heeseung y Sunghoon en la cocina y no quiero molestarlos. Entorno la puerta y dejo los pasteles en la mesa del salón. Ellos no pueden verme pero yo sí los escucho.

-No quiero seguir contigo Heeseung. Todo ha cambiado...

-Sí, todo ha cambiado-

Me tenso por la voz de mi hermano.

-¿Qué pasa?-

-Yo...–Escucho la voz de mi hermano amortiguada por los llantos, esto no trae nada bueno. Me voy hacia atrás y me llevo la mano al estómago que no deja de retorcerse–Estoy esperando...un hijo tuyo-

Mi mundo se empieza a romper en pedacitos, el aire me falta y todo me da vueltas, apoyo las manos en la mesa y la aprieto con fuerza, esperando que se me pase el pánico. Poco a poco vuelco a la normalidad.

-¿Cómo es posible?-

-Vamos Sunghoon ¿Hace falta que...?-

-No me refiero a eso–Sunghoon está contrariado y casi puedo notar la tristeza en su voz–Tú y yo hace mucho tiempo que no tenemos relaciones.

-Lo sé, pero las cosas pasan-

-Yo nunca me acosté contigo sin protección Heeseung-

Sunghoon quiere buscar una salida, y me llevo la mano a la cara. No me gusta escuchar como habla con su ex, que además es mi hermano, de lo que han hecho juntos en la cama.

-Sí, pero esas cosas pasan. Toma los análisis, por eso me fui, estaba asustado-

Escucho el sonido de unos papeles.

-Estás de más de dos meses-

-¿Me crees ahora?-

Esta vez mi mundo sí se derrumba.

-Sí pero...yo no....

-¿Y vas ha dejar que mi hijo pase por lo mismo que yo? ¿Le vas a privar de su verdadero padre?-

Cierro los ojos y un chorro de lágrimas caen por mi cara.

Sunghoon ahora se encuentra entre la espada y la pared, lo puedo sentir, no quiero dejar a su hijo sin su cuidado, por mucho que ya no sienta nada por Heeseung. Subo las escaleras, tambaleándome, para recoger mis cosas y cuando lo hago entro en el cuarto de Yeji para despedirme de ella. No puedo seguir aquí. No quiero que la decisión de Sunghoon sea aún más difícil de tomar. Al entrar veo a Yeji apoyada en la cuna. Me mira con sus preciosos ojos y extiende los brazos hacia mí. Entro y apago el intercomunicador para que Sunghoon no me escuche y no sepa que estoy aquí.

-Hola mi niña. Me tengo que ir–Me abrazo a ella y trato de sonreír entre lágrimas–Nunca te olvidaré. Te quiero mucho Yeji y me hubiera encantado ser tu padre-

La niña me da un sonoro beso en la cara, de esos que le ha enseñado Jungwon, y sus palabras me dejan paralizadas.

-Papi-

Me quedo mirándola con los ojos abiertos como platos y no puedo evitar las lágrimas.

-No, todo ha cambiado nena-

Le doy un beso y con gran pesar la dejo en su cuna, enciendo el intercomunicador y la niña sigue llamándome mientras me voy. No sabía que había aprendido a hablar, no sabía que había decidido hacerme su padre. Bajo las escaleras corriendo y escucho, cuando llego a la puerta, el llanto de Yeji por el intercomunicador de Sunghoon.

-Pero qué diablos...Lo siento tengo que ocuparme de Yeji-

-Sí, ve con tu hermana–Escucho a Heeseung decir.

-Yeji es algo más que mi hermana, es como una hija para mí, y si vamos a seguir con esta farsa por el bien del niño que esperas, es mejor que te empieces a acostumbrar-

-Aún dudas-

-Sí-

Abro la puerta y me escabullo tras ella cuando escucho los pasos de Sunghoon. Me hubiera gustado verlo por última vez, pero no me sentiría lo bastante fuerte si lo hiciera. Llego hasta mi moto y trato de ponerme el caso.

-¡Jovencito!–El chofer de mi hermano se acerca a mí–No se encuentra bien, ¿Lo llevo a su casa?-

Lo miro y sabiendo que tiene razón asiento.

-Sí. No puedo...

-No pasa nada-

El hombre me sonríe, entro en el coche de mi padre y me alejo de aquí. Me rompo de dolor conforme me alejo y me voy derrumbando cada vez más. Cuando llego a mi casa, mi padre que está cerca de las escaleras, al verme tan destrozado viene hacia mí y lo abrazo fuerte.

-¿Qué te pasa hijo?-

-Nada...no puedo decírtelo-

-Calabaza, ¿no confías en mí?-

-Sí, pero no puedo...-Por el bien de Heeseung debo callar.

-Dime al menos por qué lloras-

-Acabo de perder a la persona que amo, y quiero irme, me quiero ir con Youngeun, no puedo seguir aquí. No puedo...

-Está bien. Prepararemos un coche para que te lleve. Me voy contigo, me vendrá bien el viaje, para pensar mientras en cosas de mi empresa-

-Quiero ir solo papá-

-¿Seguro?-

Asiento y mi padre me ayuda a preparar la maleta, al poco tiempo llega mi madre y al verme así me abraza.

-¿No podemos saber de qué se trata?-

-No-

Me despido de ellos, pues solo he metido lo esencial y parto hacia la casa de Youngeun, no sé cuándo estaré listo para volver, pero intuyo que para poder volver y mirar a Sunghoon a la cara, sin sentir nada y soportarlo, pasará mucho. Tal vez nunca lo consiga, pues no podría venir y ver cómo él es feliz con su hijo, con Heeseung...no podré.

Él nunca fue para mí, esto es lo que pasa cuando te enamoras de alguien que no debes, te vuelves un completo desastre.

Complete mess | Sungjake |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora