Capítulo 2

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Narra Jake

Cuando bajo de la moto, veo la casa de dos plantas que tengo ante mí y compruebo la dirección que anoté en el papel, y es la correcta. Me guardo el papel y voy hacia la casa tras dejar el casco en la moto y arreglarme el cabello. Tal vez tendría que haberme dejado el pelo más corto o haberme maquillado un poco, pero salí casi corriendo de mi estudio de pintura y no tuve tiempo para más. Y ahora sin un espejo delante prefiero no arriesgarme a peinar mi cabello de otra forma y quedar aún peor. Me toco la cara para comprobar, una vez más, que no me he dejado restos de pintura en ella, no hay nada.

Llego a la puerta y toco sin dudar más. Le pedí a mi padre si podía dejar un cartel mío en su empresa, tuve suerte de que no tardaron mucho en llamarme para ofrecerme mi primer trabajo como niñero.

Cuidé a un nene unos meses, pero se trasladaron a vivir a otro país y me tocó volver a poner otro cartel en la empresa de mi padre para ver si volvía a tener suerte y me salía de nuevo trabajo. Siempre me han gustado los niños, y con este trabajo puedo costear mis cosas. Mi padre lo ve bien y yo me siento más útil. Lo cierto es que siempre me apoya en todo, sé que se alegra que quiera ganar mi propio dinero, y yo me siento mejor, No me gusta que me lo den todo hecho.

Bajo la vista al tiempo que se abre la puerta y veo horrorizado que mis zapatillas blancas tienen una marca roja de pintura en ellas.

-Buenas tardes, por la hora me imagino que debes ser Jake-

La voz profunda del joven me atraviesa, al alzar la vista para mirarlo me quedo asombrado. Me aparto el flequillo largo de los ojos y trato de sonreír. Pero hasta eso me he olvidado de hacer, he visto chicos guapos, muchos, pero nunca uno me ha impactado tanto. Sus ojos mieles me observan alegres y su pelo rubio le cae sobre las cejas. Su sonrisa hace que sus rasgos se vean aún más hermosos y yo, mientras lo observo, recuerdo mortificado que me he quedado con la boca casi abierta mirándolo descaradamente.

-Sí, ese soy yo-

Le tiendo la mano y él me la coge divertido.

-Soy Sunghoon, pasa te estábamos esperando-

Pienso enseguida que me espera con su novia y parte del cosquilleo que se ha instalado en mi estómago mengua. Es normal, un chico así no debe estar libre. Entro en la sala y enseguida reparo en lo acogedora que es. Veo sobre la encimera la foto de un niño de ojos mieles y sé que es él, pues ya de niño tenía esa sonrisa arrebatadora.

Escucho una sonrisa infantil y giro mi cabeza hacia ella.

Me encuentro con una pequeña de poco más de un año mirándome con unos ojos idénticos al joven.

-Tu debes ser Yeji-

Voy hacia la niña dejando mi mochila en una silla, la niña enseguida alza los brazos, la cojo y sonrío con ella.

-¿Te gusta mi mullet?- La pequeña tira de un puñado de mi cabello y yo me río.

-Veo que le gustas-

Me sobresalto al escuchar la voz de Sunghoon tan cerca y lo miro. Me dijo, cuando me llamó, que estaba interesado en contratar un cuidador para su pequeña hermana, que él ahora era su hermano y padre.

-Sí, eso parece-

Dejo a la pequeña en el corral y miro a Sunghoon, esperando que no note como me pongo nervioso con su presencia.

-Necesito que cuides de ella por las mañanas y algunas tardes-

-¿No necesitas preguntarme nada más? No sé, tal vez podría ser un asesino de niños-

Sunghoon ríe y yo le sonrío.

-No creo, pero por si acaso activaré la cámara de video- Agrando los ojos y Sunghoon se ríe- Es broma, me fío de quién te ha recomendado, sabe lo importante que es mi hermana para mí y sé que si te ha recomendado es porque eres de fiar.

Complete mess | Sungjake |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora