↝🎸 𖦹 Gato cinco.

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El hecho de pensar en admitir un miedo hace que el estómago de Minho se revuelva, que le falte el aire y simplemente lo hace querer vomitar de nervios.

A veces realmente le es incapaz de comprender como la gente puede resultar tan sincera sin tener miedo de por medio. El simple hecho de querer explicar lo mal que está consigo mismo le produce una ansiedad incapaz de controlar.

Mayormente porque sabe lo horrible que sería si su hermano se diera cuenta de todo lo que pasa por su cabeza recientemente.

Minho tiene muy en claro que es una persona cobarde. Nunca sería capaz de compararse a otros sin sentir que su vida es un asco. Y como siempre lo hace, claro que correrá de los problemas una vez más.

¿Para qué intentarlo? Ni siquiera sabía porque llamaba a su hermano para pedirle ayuda cuando lo único que recibía era algunos gritos y un enojo que no comprendía. Aunque le gustara demasiado la idea, apoyar a Seungmin le traía demasiados problemas, o por lo menos más de los que ya tenía.

No podía aceptar la propuesta, más bien, si quería comenzar a vivir mejor con el resto, debía cambiar las cosas a pesar de que no le gustara la idea.

El silencio de su enorme casa lo ponía en guardia, como si algo malo o fuera de lo normal llegara a suceder en cualquier instante. Que el ruido de la televisión o la radio no estuviera de fondo simplemente lo tenía al pendiente, un sentimiento que no le gustaba.

Con pasos temerosos subió las escaleras, el ruido de sus pisadas eran audibles y eso sólo aumentaba toda la tensión que sentía por dentro. Al ver el pasillo, que ahora lucía más extenso de lo habitual (para él), pudo ver que estaba sentada en la puerta de su habitación una de sus gatas, la cual al verlo se levantó animada con sólo el propósito de seguirlo.

—No estaría mal cepillarte un momento, ¿verdad?—murmuró, los ojos azules del animal lo vieron directamente, provocándole una sonrisa entre toda la tensión que llevaba.—Claro que si.

Minho cargó entre sus brazos el pequeño cuerpo relajado de su gatita, es una de las que más afecto le tenía, simplemente no puede pasar de ella tan fácil.

En busca de algo para distraerse, terminó saliendo al balcón de su hogar, notando como la casa de Seungmin se ve vacía y eso desanimándolo casi al instante. Estaría completamente solo, y definitivamente saber eso no le ayudaría en nada.

El aire frío golpeó su perfil, aunque siendo sincero, nada de esas cosas parecía importar en ese rato.

Dejó al minino en el suelo, sentándose junto a él, para tomar uno de los cepillos que estaba en la mesa de a lado y comenzar a acariciar el cabello blanco del gato. Cada que cuida esa gata en específico, Minho sólo puede sentir que su corazón se estruja terriblemente al notar la cicatriz en el cuerpo de la misma.

Porque incluso con parte de su cola rota y una de sus patas casi destrozada, cuidó a sus pequeños mininos cuando lo necesitaban. Gracias a eso fueron capaces de encontrar a Minho y ser cuidados por él hasta el día de hoy.

—Siempre lo hiciste muy bien. Tan bien...—balbuceó los ojos del chico cristalizados, intentando contenerlo lo mejor posible.

Si a Lee se le preguntaba: "¿Qué te gustaría tener?" Lo más probable es que, de manera sincera, quisiera tener a alguien que fuera capaz de reconfortarlo. Una persona que le dijera que a pesar de todo estar mal, que el lo está haciendo bien. Y a pesar de sentir esa carencia, no quería que nadie más fuera capaz de sentirla.

No importaba si alguien se burlaba de ello, el también le diría lo excelente que es a su gato, ¿qué más da? De todos modos, nadie lo escucharía.

Solamente no quiere que algún ser vivo más se sienta como el lo hace. Aunque, por dentro, el mismo sepa que realmente su vida no mejora en nada si sigue así. Quizás, Felix si que tenía razón.

Minho sentía que poco a poco comenzaba a volverse loco con solo pasar minutos en silencio, la única escapatoria que logró encontrar fue en la música que ahora se niega a escuchar, solo con el propósito de poner a Felix orgulloso de él.

Por dios, definitivamente su madre y padre estarían más que decepcionados de lo mucho que a decaído con el pasar del tiempo. Al punto de considerar que cualquier otro es superior a él. Sencillamente no puede hacer más que lamentarse en su lugar.

¿Siquiera importa seguir intentándolo? No, lo más probable es que no. Y entre más lo piensa, su ambiente termina por opacarse, incapaz de dejarlo ver las posibles cosas buenas que tiene.

No, Minho odia tener todos estos ataques de pánico, y se siente completamente incapaz de soportar uno, sólo uno más. Soltó todo lo que tenía en sus manos a cualquier parte del suelo, la cabeza le dolía y la respiración se le cortaba tanto que ni siquiera puede llegar a sus pulmones.

En su cabeza, no podía haber forma de salir de una situación así, por más común que le resultaran los ataques de ansiedad, no podía manejarlos, cada uno de ellos lo terminaba llevándolo al límite de su capacidad. Sin alguna escapatoria.

Cerró los ojos con fuerza, de repente, el sonido del aire parecía haberse hecho más fuerte, como un constante ambiente que sólo termina por joderlo aún más. Ni siquiera entiende como consideró ser capaz de alejarse de sus únicas distracciones a sus problemas, cuando el mismo sabe que no puede tener control de su propia mente.

El maullido que sonaba distante era claramente el de su gata, pero no podía responder a pesar de que el animal le tocara la piel de su brazo con su pequeña pata.

Minho simplemente se sentía tan atrapado, que su propio cuerpo no parecía responder. Este se abrazó a sí mismo con fuerza, clavando las uñas de sus manos en la piel de su brazo, ni siquiera siendo muy consciente de que eso mismo provocaba cortadas, llegando a dejar que algunas gotas de sangre se asomaran.

—¡Minho! ¿qué sucede?—cuando escuchó su nombre ser mencionado, abrió los ojos en grande buscando quien sea que lo había mencionado, no importaba, sólo necesita algo para salir de ahí.—En serio, ¿pasó algo? No se ve nada bien.

Minho miró como desde la terraza de enfrente, la única persona capaz de preocuparse por él lo estaba mirando. Seungmin, se sentía miserable de sólo pensar en su estado y que alguien lo está viendo así.

Su boca trató de explicar que era lo que sucedía, pero no podía dar algo más que balbuceos estúpidos en medio de todo el jodido ruido del aire a su al rededor, lo odia, suena tan fuerte, que se ve incapaz de hablar por encima de él.

Seungmin no entendía lo que estaba pasando en realidad, sólo podía llegar a razonar que todas las heridas que anteriormente había logrado ver, Minho fue el mismo que las causó. Y eso sólo lograba que todo se sintiera peor.

Pero, eso no importa ahora, sólo debía buscar alguna forma de sacar a Minho de ahí pero ya.

Pero, eso no importa ahora, sólo debía buscar alguna forma de sacar a Minho de ahí pero ya

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