Llevaron a Astoria en brazos hasta la Enfermería donde la señora Pomfrey se apresuró a atenderla. Unos diez minutos después, la enfermera salió.
-¿Cómo está, señora Pomfrey?-preguntó Millicent. Ella parecía más preocupada que Pansy.
-Está mejor-dijo la señora Pomfrey-. Parece que tuvo un ataque de nervios.
-¿Nervios?-preguntó Pansy extrañada-¿Por qué?
-Si quieren, le pueden preguntar ustedes mismas-la señora Pomfrey se hizo a un lado-. Ya se encuentra despierta. Está débil, pero puede hablar.
Pansy y Millicent pasaron y encontraron a Astoria acostada en una de las camas. Todavía se veía un poco pálida.
-Ah, chicas, que bueno que las veo-dijo cuando se sentaron junto a ella-. No me lo van a creer, tuve una pesadilla horrible. Soñé que estábamos en el Gran Comedor y que la profesora McGonagall pasaba a avisarnos que tendríamos los TIMOs dentro de tres semanas.
Pansy y Millicent se miraron confundidas.
-Tori, eso no fue una pesadilla-dijo Pansy-. Sucedió hace por lo menos media hora.
Astoria se puso aún más pálida y las chicas temieron que se volviera a desmayar.
-No... eso no puede ser... esto no me puede estar pasando...
-¿Tori? ¿Qué te sucede?-preguntó Millicent.
-Mi madre me va a desheredar... me va a sepultar viva...
Millicent y Pansy se veían una a la otra, sin entender nada.
-¿De qué demonios hablas, Tori?-preguntó Pansy.
Finalmente, Astoria fue capaz de articular una frase coherente, pero todavía temblando.
-Mi madre siempre quiso que yo fuera sanadora como tú, Millicent. Desde niña me presionó para convertirme en sanadora y luego ser directora de San Mungo. Pero necesito un Extraordinaro en varias materias, entre ellas Pociones... ¡Y yo apenas he podido pasar la materia con un Aceptable en estos cinco años!
-Demonios...-Pansy al fin se veía preocupada por su amiga. Las chicas conocían muy bien a la señora Greengrass y sabían que a nadie le convenía ver enojada a aquel monstruo, mucho menos ser quien la haga enojar.
-Chicas, tenemos que hacer algo-dijo Millicent angustiada.
-No hay nada que podamos hacer-dijo Astoria resignada-. Voy a tener que escribirle una carta a mi madre pidiéndole perdón por tener una hija que es una inútil en Pociones. Luego voy a tener que hacer las maletas y huir del país.
-Una carta...
Pansy tocó el pergamino que tenía en el bolsillo. Sonrió aliviada. Ya se le había ocurrido algo.
-No te preocupes, Tori-le dijo-. Yo me encargo de que apruebes Pociones. Y la sangre sucia nos va a ayudar.
Millicent y Astoria la miraron confundidas.
-¿Granger?-preguntó Millicent-¿Cómo demonios esperas que nos ayude si le hemos hecho la vida imposible desde el primer año?
-No se preocupen. Tengo un plan.
En el colegio, todos los que eran de quinto y no se llamaran Pansy Parkinson o Hermione Granger estaban alterados. Todos corrían de un lado a otro practicando hechizos y leyendo párrafos enteros en voz muy alta como para memorizarlos. Y no se diga de la Biblioteca, donde se habían reunido los que estaban al borde del colapso.
Para escapar del caos dentro de la escuela, Hermione y sus amigos salieron al patio para repasar aprovechando la hora muerta que tenían antes de Pociones.

ESTÁS LEYENDO
Por accidente.
Fanfiction¿Qué tienen en común una Slytherin y una Gryffindor? ¡Acertaron! Nada. Hermione Granger y Pansy Parkinson están lejos de detestarse: se odian a muerte. Desde el primer día, Pansy le ha hecho la vida imposible a la princesa de Gryffindor por ser una...