Capítulo 8.

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-¿No hay esperanza?-preguntó Pansy cuando estuvieron a solas.

-Los sanadores dicen que no le queda mucho tiempo-dijo Millicent en un hilo de voz-. Ya han probado con todos los remedios posibles. Nada ha funcionado.

-¿Cuánto?-preguntó Astoria triste.

-Un año, como máximo-dijo Millicent mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos nuevamente-. No es justo. De todas las personas que conocemos, ustedes y yo sabemos que ella no se lo merece.

-No hay nada que podamos hacer-dijo Pansy-, excepto acompañarla todo el tiempo que podamos.

Millicent abrazó a sus amigas.

-Gracias chicas, por su apoyo.

Ni siquiera Pansy tuvo corazón para intentar escapar del abrazo. Dada la situación, incluso ella lo necesitaba.

-Aquí estamos Millicent-le dijo entre sollozos-, y aquí vamos a seguir. Eso tenlo por seguro.

Millicent se secó las lágrimas. 

-Lo sé. De verdad se los agradezco.

-Bueno-Astoria suspiró con desgana-. Tenemos que irnos. Hay clase de Pociones.

-Las veré allá-dijo Pansy-. Tengo que ir a la Biblioteca a buscar algo.

-Bueno, nos vemos.

Millicent y Astoria se dirigieron al salón de Pociones, pero iban tan distraídas que casi se chocan con Hermione.

-Fíjate por donde vas, sangre sucia-dijo Millicent, aunque sin el típico tono de desprecio.

-Esperen-pidió la castaña-. Las estaba buscando.

Por primera vez en varios días, Astoria y Millicent se olvidaron de sus problemas y voltearon a ver a la leona con curiosidad.

-¿A nosotras?-preguntó Astoria-¿Por qué?

-Bueno...

Hermione estaba algo nerviosa. No estaba acostumbrada a tener atenciones con las Slytherin, pero haría el intento.

-Tengan esto.

Las chicas se sorprendieron más. Hermione les estaba ofreciendo varios dulces y chocolates salidos de Honeydukes, una tienda de dulces de Hogsmeade.

-¿Qué es esto?-preguntó Millicent.

-Mis padres son dentistas en el mundo muggle, cuidan la salud dental de las personas-explicó Hermione-. Pero también dicen que a veces es justificable comer un poco de dulce. En especial cuando tienes problemas, te ayuda a olvidarlos.

-¿Tú crees esas cosas?-preguntó Millicent.

-Sólo ténganlos y ya-Hermione se los puso en las manos-. Yo sé lo que es estar en problemas y no ver la luz al final del túnel. Pero la hay, les prometo que la encontrarán. Sea cual sea su problema, se arreglará.

Millicent y Astoria miraron a Hermione, sin saber qué decir.

-Bueno, ¿dónde está Pansy? También le traje a ella.

-Se fue a la Biblioteca-dijo Astoria.

-Gracias-dijo Hermione agarrando los dulces que le había traído a la pelinegra-. Bueno, las veré después supongo.

Hermione se empezó a ir.

-Espera, Granger.

Hermione volteo hacia Millicent.

-Yo...-a ella también le costaba hacer eso después de años de enemistad con la castaña-. Gracias. No debiste, pero gracias.

-Sí debía-Hermione le sonrió un poco-. Nos vemos luego.

Por accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora