Al día siguiente, las tres chicas de Slytherin estaban de mejor ánimo. Todavía estaban algo tristes por su problema, pero el regalo de Hermione, aunque a Millicent y Pansy les costara admitirlo, las había hecho sentir maejor, tal y como dijo la castaña. Un poco más animadas, subieron a desayunar.
-Espero que hagan algo de carne-dijo Millicent-. Hoy tengo antojo de carne y patatas.
-Tú siempre tienes antojo de carne y patatas, Millicent-dijo Pansy poniendo los ojos en blanco. Luego volteo hacia Astoria-¿Cómo vas Tori? ¿Qué tal va el estudio de Pociones?
-Mal, muy mal y peor-dijo Astoria negando con la cabeza-. Hay algunas que sí me salen bien. Pero la mayoría no. Estoy realmente condenada.
-¿Por qué no le pedimos ayuda a Granger?-propuso Millicent.
-Vamos, Millicent-dijo Pansy-¿Pedirle ayuda a esa maldita sangre sucia, en serio?
-Sólo digo que estamos desesperadas, y a situaciones desesperadas medidas desesperadas.
-Escúchame bien, Millicent Bulstrode-dijo Pansy levantando un dedo de forma amenazadora-. Nunca, nunca vuelvas a insinuar que necesitamos la ayuda de esa asquerosa leona, o te aventaré al monstruo del Lago Negro. Una cosa es obligar a Granger a que nos haga la tarea, y otra que aceptemos que una hija de muggles nos ayude, ¿entendiste bien?
-Pero Pansy...-Astoria se iba a quejar, ya que le vendría bien la ayuda de Hermione, pero Pansy volteo de forma amenazadora hacia ella.
-Lo mismo va para ti, Astoria Greengrass-Astoria se encogió un poco al oír la ira en la voz de su amiga-. Te lo advierto. Tu madre no parecerá nada comparada a mí si te atreves a pedirle ayuda a Granger, ¿está claro?
Ambas chicas miraron sorprendidas a su amiga. Nunca pensaron que tuviera tanto odio guardado contra Hermione.
-Sí-dijeron ambas.
-Así me gusta-dijo Pansy-. Vamos a desayunar.
En el Gran Comedor, los estudiantes apenas y habían tocado su comida. Algunos seguían leyendo sus libros y moviendo sus varitas y otros estaban tan cansados por el estudio que se habían quedado dormidos sobre los libros.
Aunque ese no era el caso de Ron Weasley, que comía al mismo tiempo que agitaba la varita sobre su cabeza.
-En serio, Ron, no sé como no te has puesto como un cerdo-le reprochó Ginny, quien se había ido a sentar junto a los chicos mientras leía un libro de Cuidado de Criaturas Mágicas-. No comes, tragas. Tragas como si nunca hubieras probado la comida en tu vida.
-Déjame en paz, Gin-se quejó el pelirrojo mientras se metía un buen trozo de carne en la boca-. Como para enfocarme mejor en el estudio.
-¡Te he dicho que no hables con la boca llena!
-¿Cómo va el estudio, Harry?-preguntó Hermione a su amigo azabache.
-Bien, en general-aseguró Harry-. Tengo problemas con Transformaciones, pero nada grave, ya estoy trabajando en ellos. Creo que en las demás estoy bien.
-¿Quieres que te ayude a estudiar Transformaciones?
-No gracias-dijo Harry-. Tú tienes muchas más materias para las cuales estudiar. Cho se ofreció a ayudarme.
Hermione dio un respingo. Cho Chang, la novia de Harry Potter, no le caía nada bien a la castaña. A Hermione le daba la impresión de que a la asiática sólo le importaba la fama de Harry, más que una verdadera relación amorosa. Y cada vez que Hermione intentaba decírselo a Harry, el muchacho salía en defensa de Cho diciendo que ellos realmente se querían y que además Cho necesitaba ayuda de alguien luego de que su antiguo novio, Cedric Diggory, a quien Harry no pudo salvar de Voldemort, muriera durante el Torneo de los Tres Magos el año pasado. Pero a Hermione eso no la convencía.
Y como últimamente la suerte no le sonreía, ¿adivinan quién llegó en ese momento? Acertaron: Cho Chang.
-Hola, Harry-Cho le dio un beso en la mejilla a su novio, quien seguía poniéndose algo rojo en presencia de la asiática-¿Listo para nuestra sesión de estudio?
-Claro-dijo Harry sonriendo-¿En el patio después de clases?
-Si quieres-Cho volteo hacia Hermione-. Ah, hola Herms. Oye, te quería pedir ayuda con...
-Si me disculpan, tengo que irme a buscar unos ingredientes para Pociones-dijo Hermione y se levantó rápidamente de la mesa sin despedirse de sus amigos, mucho menos de Cho. No le gustaba ser la esclava de Pansy, pero prefería irse a hacerle los mandados a la reina serpiente que pasar tiempo con Cho en la misma habitación por menos de cinco minutos.
Mientras caminaba, se topó con Astoria y Millicent, quienes luego de asegurarse de que Pansy no las veía, le hicieron señas a la castaña para que se acercara.
-Chicas-dijo Hermione acercándose-¿Qué quieren?
No quería sonar grosera, pero seguía sin ser capaz de ser cien por ciento amigable con las Slytherin.
-Nosotras...-Millicent volteo una vez más hacia la mesa de Slytherin para asegurarse de que Pansy no las viera. Al comprobar que no, siguió-. Te queremos pedir un favor, Granger.
-¿A mí?-preguntó Hermione sorprendida-¿Cuál?
-Yo... sigo teniendo problemas con Pociones y sólo un milagro puede salvarme de la ira de mi madre-dijo Astoria temblando-¿Me podrías ayudar a estudiar para los TIMOs? Queda muy poco tiempo y estoy desesperada.
-Estamos desesperadas-dijo Millicent-. Mira, Granger. No nos engañemos. Nos odias y nosotras a ti.
-Yo no-aclaró Astoria.
-Pero no recurriríamos a ti si no estuviéramos realmente desesperadas-continuó Millicent-. Tori es mi amiga, y no quiero que su madre le haga daño por un estúpido examen. Por favor, Pansy es muy orgullosa como para pedirte esto y hasta nos amenazó para que no lo hiciéramos.
-¿En serio hizo eso?-preguntó Hermione algo sorprendida de que Pansy fuera capaz de amenazar a sus propias amigas.
-Nos quiere y nostras a ella-explicó Astoria-. Pero su ego puede ser demasiado grande de vez en cuando, más que nuestra amistad.
-Te lo suplico, Granger-Hermione nunca creyó escuchar esas palabras salir de la boca de Millicent Bulstrode-. Sólo por esta vez, ayúdanos de verdad. No volveremos a pedirte nada nunca. Ni siquiera las tareas.
Al ver a las chicas tan desesperadas, Hermione accedió.
-Muy bien, pero no esperen que haga trampa por ustedes-dijo la castaña dirigiéndose a Astoria-. Si apruebas o repruebas, será por tu propio esfuerzo. Yo sólo te ayudaré a estudiar.
-Gracias, Hermione-dijo Astoria estrechándole rápidamente la mano a Hermione-. Gracias... es más de lo que merezco...
-Tampoco es para tanto, Tori-dijo Millicent. Volteo hacia la leona-. Pero en parte tiene razón. Te debemos la vida, Granger.
-Nunca creí escuchar algo así de Millicent Bulstrode.
-Nunca creí que le diría algo así a Hermione Granger.
Las chicas no pudieron evitar reír. Es que de verdad, parecía el comienzo de un chiste: "Estaban tres chicas, una de Gryffindor y otras dos de Slytherin, conversando como si nada, ¿va?..."
Pero por increíble que pareciera no era chiste. Y eso se confirmó unos segundos después.
-¡¿Qué demonios significa esto?!
Las chicas voltearon asustadas por el grito. Harry y Cho estaban parados atrás de ellas, viendo a las chicas riendo entre sí. El más impactado era Harry, no podía dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo.

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Por accidente.
Fiksi Penggemar¿Qué tienen en común una Slytherin y una Gryffindor? ¡Acertaron! Nada. Hermione Granger y Pansy Parkinson están lejos de detestarse: se odian a muerte. Desde el primer día, Pansy le ha hecho la vida imposible a la princesa de Gryffindor por ser una...