Capítulo 16.

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Llegó el tan temido día. Los TIMOs ya estaban a punto de comenzar. Toda la ansiedad, todo el estrés de los días pasados, se manifestó el lunes por la mañana con más fuerza que nunca. La Biblioteca estaba desbordada de estudiantes, las varitas se agitaban en los pasillos, en el patio y hasta en el Gran Comedor, donde los alumnos apenas habían probado bocado. Estaban muy nerviosos como para tener apetito, incluso Ron estaba más concentrado en repasar los encantamientos de locomoción con Harry que en comer.

Era raro ver a alguien que no estuviera nervioso por los exámenes de ese día, pero si había algunos estudiantes que parecían muy seguros de si mismos. Particularmente tres chicas de Slytherin, dos de Ravenclaw y una de Gryffindor, parecían ser de las pocas que no estaban a punto de desmayarse.

Como les quedaba una hora para repasar antes de rendir sus primeros exámenes, decidieron dirigirse al único lugar aparte del Bosque Prohibido en el que los estudiantes no se habían amontonado para dar una última revisión a sus notas, el campo de entrenamiento de quidditch. Hermione ayudaba a las Slytherin a estudiar la poción crecepelo, mientras Cho y Luna practicaban el encantamiento levitatorio haciando volar sus pergaminos. Ninguno de los dos grupos le prestaba atención al otro, por lo que nuevamente no hubo confrontación entre Hermione y Cho, algo que hasta hace una semana, parecía imposible.

Pansy y sus amigas contestaron bien todas las preguntas de Hermione y la pluma de Luna levitó mucho más alto que la de la asiática, aunque ésta última tampoco lo hizo mal. Se sentían listas. Y ya era hora. Regresaron al castillo. Aunque ninguna estaba realmente nerviosa, Hermione juraría haber escuchado a Luna recitar los conjuros en voz baja mientras agitaba la varita.

-Buena suerte, chicas-dijo Cho mientras ella y Luna se desviaban para dirigirse al salón de Encantamientos.

-Igual para ustedes, Cho-dijo Hermione cortésmente mientras se dirigía con las serpientes hacia las mazmorras.

-Algo muy raro le sucede a Hermione-susurró Millicent a Astoria-¿Desde cuando le desea suerte a Cho Chang? Antes ni siquiera podía escuchar ese nombre sin enojarse.

-Lo sé-dijo Astoria-. Algo muy raro les está pasando a ella y a Pansy desde hace unos días.

-Desde el día de la bofetada, diría yo.

Se miraron.

-¿Será que...?

-Ya llegamos-Hermione las sacó de sus conjeturas-¿Decían algo?

-¿Qué? Nada-dijo Astoria mientras entraban-. Le estaba preguntando a Millicent la diferencia entre acónito y luparia.

-Y yo le decía que son exactamente lo mismo, ¿verdad Hermione?

-Así es-se dirigió hacia su mesa-. Suerte, chicas.

-Igual, Granger-dijo Pansy-. Aunque no la necesitas.

Hermione se sonrojó un poco al escuchar eso último.

Como todos los demás TIMOs, aquella mañana tenían que responder la parte teórica y luego la parte práctica durante la tarde. Snape escaneaba el salón con la mirada caminando lentamente, en espera de que alguien hiciera trampa para poder reprobarlo de inmediato. A Hermione le parecía increíble que aún hubiera alumnos que trataran de hacer trampa cada año en los TIMOs.

El examen duro cerca de dos horas, aunque para algunos fueron muchas más. A Hermione se le complicaron algunas preguntas, pero estaba segura de haber respondido todas las preguntas correctamente. Fue de las primeras en salir y las siguientes fueron el grupo de Pansy.

-Tuve dudas sobre la poción multijugos-dijo Astoria mientras caminaban hacia el Gran Comedor aprovechando que todos seguían en exámenes y así poder almorzar en paz-. Pero creo que respondí correctamente. Aún tengo esperanzas.

Por accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora