Al día siguiente, cuando Pansy se levantó, recordó todo lo que había pasado la noche anterior. Furiosa, lanzó la almohada hacia la cama que estaba a su lado, la de Astoria. Pero ni ella ni Millicent se encontraban en el dormitorio. De hecho, no había nadie en todo el dormitorio, ni en la sala común.
-¡¿Dónde se metieron ese par de idiotas?!
Miró su reloj y empalideció. Se había quedado dormida y ya iba muy tarde a clases.
-¡Carajo!
Se puso lo primero que encontró y se arregló el pelo a toda velocidad para salir corriendo directo hacia clase de Pociones. Una vez ahí, buscó con la mirada por todo el salón y encontró a Millicent y Astoria, sentadas en su banca habitual. Estaba a punto de acercarse a ellas para reñirlas, cuando una mano firme como el acero la tomó por el hombro y la detuvo.
-¿Sabe que llega una hora tarde a mi clase, señorita Parkinson?
Aquella fue de esas pocas veces en que Pansy sintió miedo. Al voltear, vio al profesor Snape, parado ahí mirándola enojado por su tardanza.
-Disculpe, profesor-dijo en un hilo de voz, ya que Severus Snape era de esas pocas personas además de sus padres que la podían intimidar-. Me quedé dormida.
-¿Sabe que acaba de costarle veinte puntos a Slytherin, señorita Parkinson?
Era obvio que Snape no quería quitarle puntos a su propia casa, pero no tenía más opción.
-No se volverá a repetir.
-Más le vale-señaló una mesa-. Ahora váyase a sentar junto a Granger. Hoy repasaremos el filtro de confusión. Y espero buenos resultados, o la enviaré a detención por el resto de la semana, ¿entendió?
-Sí, profesor.
Pansy fue a sentarse junto a Hermione. Al verla, notó que la castaña hacía un esfuerzo muy grande para no reírse.
-¿Qué pasó, Parkinson?-dijo Hermione en tono burlón-¿Dejaste de ser la favorita de Snape?
Pansy recuperó su carácter habitual al escuchar a la leona.
-No le veo lo gracioso, Granger-dijo mientras echaba coclearia en su caldero y empezaba a calentar.
-Lo es, Parkinson-dijo Hermione mientras la veía divertida-, porque nunca creí ver a Snape quitarle puntos a su casa, mucho menos por tu culpa. Ojalá hubiera tenido una cámara para haber capturado el momento. Te veías aterrada.
-¡Cállate!-Snape volteo a verlas, por lo que Pansy se acercó hacia Hermione para susurrar-¿Se puede saber que sucede contigo el día de hoy, sangre sucia inmunda?
-Pimero, para ti soy Granger, no sangre sucia-dijo Hermione cambiando su semblante burlón a uno serio-. Y dos, me pasa que no voy a seguir aguantando tus chantajes y amenazas, Parkinson.
-¡Jo! de seguro esa pelirroja estúpida te aconsejó que agarraras valor para enfrentarme, ¿no?-dijo Parkinson mientras ponía un puño sobre la mesa-. Si a la comadreja menor le dieran un centavo por todas las estupideces que hace y dice, ella y su familia pobretona podrían irse a vivir a una mejor casa.
-¡No hables así de Ginny!
-¿Y qué me vas a hacer, sangre sucia?-escupió Pansy-¿Quieres que te recuerde que con una lechuza puedo arruinar tu vida?
-¿Sabes qué? Ya me cansaste-dijo Hermione mirándola a los ojos-. Haz lo que quieras con la maldita carta. Ya encontraré una solución si la divulgas.
Pansy se quedó sorprendida. Ella siempre era capaz de asustar a Hermione e intimidarla hasta el punto de hacerla llorar. ¿Qué estaba pasando? ¿Quién era esta chica y qué le había hecho a Hermione Granger? Ahora la desafiaba sin siquiera inmutarse ante sus insultos y amenazas. ¿Qué seguía? ¿Que un Hufflepuff se burlara de ella?
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Por accidente.
Fiksi Penggemar¿Qué tienen en común una Slytherin y una Gryffindor? ¡Acertaron! Nada. Hermione Granger y Pansy Parkinson están lejos de detestarse: se odian a muerte. Desde el primer día, Pansy le ha hecho la vida imposible a la princesa de Gryffindor por ser una...