Capítulo 10.

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La tensión que se acababa de formar en el ambiente se podía cortar con unas tijeras. Harry miraba furioso de Hermione hacia las serpientes y de regreso hacia Hermione. Tuvieron suerte de que no hubiera ningún estudiante o profesor cerca. Hubieran sido el tema central de los chismes en Hogwarts por un buen rato.

La única que no parecía alterada era Cho. Miró hacia Astoria y sonrió.

-Hola Tori, ¿cómo te va?

Harry volteó impactado a ver a su novia.

-¡¿Desde cuándo te hablas con ésta?!-le preguntó Harry. 

-Tori y yo hemos sido amigas desde segundo año, Harry-dijo la asiática encogiéndose de hombros-. Le he ayudado con Transformaciones un par de veces.

-¿Es eso cierto, Tori?-preguntó Millicent enojada-¿Le pides ayuda a esta idiota y no a tus mejores amigas?

-Oh, vamos Millicent-dijo Astoria rodando los ojos-¿Qué no le acabamos de pedir ayuda a Hermione para que pueda pasar el TIMO de Pociones?

Astoria se tapó la boca. ¿Lo dijo o lo pensó?

-¡¿Que ellas qué?!

Lo dijo.

-¡Hermione!-Harry volteo hacia la castaña. Estaba rojo de ira y respiraba con dificultad-¡Dime que no le vas a ayudar a estas serpientes!

-Claro que les voy a ayudar, Harry-dijo Hermione-. Dame una razón para no hacerlo.

-¡Te voy a dar tres razones!-Harry se acercó a Hermione. En sus ojos verdes se notaba la ira que lo embargaba en ese momento-Uno, ellas son amigas de tu peor enemiga, Pansy Parkinson. Dos, por el simple hecho de ser de Slytherin no deberías ayudarlas, Herms, ¡son el enemigo! Y tres, ¿no has visto a Astoria en clase de Pociones? Es peor que Neville, y eso es decir mucho. Vas a necesitar un milagro para hacer que pase el examen.

A pesar de que se había puesto nerviosa por la situación en la que se hallaba, Astoria miró a Harry indignada.

-¿Entonces no crees que pueda pasar el TIMO de Pociones?

-Por favor-dijo el azabache-. Es más fácil que Neville se enfrente a un colacuerno húngaro y lo derrote a que pases el TIMO de Pociones, Greengrass. Hasta los retratos lo saben.

Astoria se puso frente a Harry. Era la primera vez que se le veía a la defensiva.

-Ahora entiendo a que se refiere el profesor Snape cada vez que dice que te pareces a tu padre, Potter-dijo Astoria fulminándolo con la mirada-. Igual de prejuicioso que el grandísimo James Potter. No me importa a quien hayas salvado, realmente puedes ser peor que Malfoy si te lo propones.

Astoria sonrió.

-Lo cual es bueno, porque también es cierto que heredaste el cerebro de chicharo que James Potter tenía para Pociones, entonces te superaré en el TIMO de Pociones hasta con los ojos cerrados.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Harry sacó la varita.

-¡Harry!-dijo Cho, sorprendida por la reacción de su novio.

-Vuelve a insultar a mi padre, Greengrass-dijo Harry con furia-, y me aseguraré de enviarte a San Mungo en una caja de cerillos.

Astoria sacó su varita.

-Veamos quien manda a quien a San Mungo, Potter.

-¡Suficiente!-Hermione se puso entre los dos-. Hablaremos de esto después, Harry. Ahora, te guste o no, me voy con ellas para estudiar. Y Chang-Hermione miró a la asiática-, controla a tu novio.

Cho no le dijo nada a Hermione. Simplemente tomó a Harry de la mano.

-Vamos, Harry-le dijo con tono de preocupación-. Necesitas calmarte.

Mientras ambos chicos se iban, Hermione se volteo hacia las chicas. Astoria todavía se veía furiosa.

-¡Maldito Potter!-miró hacia Hermione-. Lo siento, Hermione, pero esta vez tenía que alzar la voz. Ya me estoy cansando de que todo el mundo me trate como se le da la gana.

-Tienes razón, Tori-Millicent abrazó a su amiga por el hombro para que se calmara-. Y tú, Granger, más te vale que logres que Tori pase el TIMO de Pociones con un Extraordinario. Si Potter demuestra que tenía razón...

Millicent apretó los puños furiosa. 

-No te preocupes, Millicent-dijo Hermione para calmarla-. Hice una promesa y yo nunca falto a mi palabra.

-¡Además, no importa si tengo ayuda o no!-dijo Astoria dando un pisotón en el suelo-¡Voy a demostrar que todos se equivocan conmigo! ¡Aprobaré con un Extraordinario así sea lo último que haga!

Con esa actitud tan firme Astoria se dirigió hacia la Biblioteca. Hermione y Millicent estaban tan impresionadas con su actitud que no dudaron en seguirla.

Llegaron a la Biblioteca y sacaron sus cosas.

-Muy bien, última oportunidad-dijo Hermione-. No te lo voy a poner sencillo. ¿Segura que quieres seguir con esto?

-¿Por dónde empezamos?-preguntó Astoria abriendo su libro.

Mientras tanto, Cho había logrado calmar a Harry. Aunque a él seguía sin agradarle la idea de que Hermione ayudara a Astoria.

-Es que no lo entiendes, Cho-intentó explicar el azabache-. No sabes como son esas Slytherin, como le han hecho la vida imposible a Hermione.

-Claro que lo sé, Harry-dijo Cho-. Todo el castillo lo sabe. Pero Astoria no es como ellas. No pasará nada si le ayuda. No creo que Bulstrode sea capaz de actuar en contra de Hermione mientras tenga que asesorar a Tori. Va a estar bien.

-En realidad, no es Bulstrode la que me preocupa-dijo Harry llevándose la mano a la barbilla-. La que me preocupa es Parkinson. Comparada con ella, Millicent Bulstrode es una chica amable, dulce y bondadosa.

-Bueno, en eso tienes razón-asintió Cho-. No me imagino a Parkinson pidiéndole algo a una hija de muggles. Mucho menos a Hermione. Pobre de ella si se entera.

Harry sonrió un poco. Cho siempre se estaba preocupando por Hermione, la veía como a otra amiga. Pero Hermione siempre la trataba con la punta del pie.

-Lamento la actitud de Hermione, por cierto-dijo Harry-. Ya he hablado con ella muchas veces, pero sigue sin entender que...

-No le des tanta importancia, Harry-dijo la asiática sonriendo-. Yo seguiré ofreciéndole mi amistad a Hermione y ella tendrá que decidir si quiere aceptarme como su amiga o no. No hay nada que podamos hacer al respecto. Espero que ella se dé cuenta que sólo quiero ser su amiga y que voy en serio contigo.

-¿Sabes que una de las cosas que más adoro de ti es lo optimista que eres?-preguntó el azabache sonriéndole.

-¿Sólo eso?

Se besaron y emprendieron el camino hacia el patio. Tenían mucho que estudiar.

-Además, hoy logré un avance-dijo Cho.

-¿Sí? ¿Cuál?

-Hoy me llamó por mi nombre-dijo Cho encogiéndose de hombros-. Se está ablandando.

Mientras se iban, Pansy surgió de entre las sombras del corredor. Apretaba los puños con enojo. No podía creer lo que acababa de escuchar. Creyó haber sido tan clara esa mañana antes del desayuno. Era obvio que no.

-Se los advertí, chicas-dijo furiosa. Sacó la carta de su túnica-. En cuanto a ti, sangre sucia inmunda, esto es la guerra.

Por accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora