Capítulo 13 "Acaríciame"

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¡ADVERTENCIA CONTENIDO +18!

Quería que él supiera lo cómoda que estaba con él, que aún con las claras intenciones del momento, estaba muy dispuesta a ceder, a dejarme envolver por su tacto. Acerqué mis caderas a las suyas, incitaba nuestra unión con movimientos que evidenciaban mi deseo.

-Lia... -dijo en un susurro suplicante

-Tom... -respondí con la misma calidez en mis palabras.

-Tienes que parar, porque yo no puedo hacerlo -pidió esta vez acercando su rostro a mi cuello-. No quiero hacer algo de lo que no estés segura.

-Quiero hacerlo -dije tomando sus manos y colocándolas en mis senos, dejando que los masajeara a su antojo.

No se detuvo, y en cambio apretaba y amasaba con delicadeza mis mamas.

-No me pidas algo que no quieras hacer, por favor... no me perdonaría hacerte daño... -comenzaba a decir entre sutiles gemidos.

Giré en su dirección, lo tome del rostro y le di el beso más apasionado que pude, movíamos nuestras lenguas con tal frenesí que sin darme cuenta en qué momento, Tom ya estaba tumbado sobre su espalda, mientras me movía encima suyo, frotando mi zona sensible en su apretado bulto; no había espacio para la vergüenza, no sentía nada más que mucho deseo. Tom por su parte apretaba con fuerza mis nalgas mientras coordinaba mi roce con sus caderas, haciendo que la fricción fuera aún más cercana y certera.

Cuando paramos en cierto momento de aquel baile de contacto íntimo, para tomar aire de nuestros deliciosos besos asfixiantes, me tumbó en la cama sobre mi espalda.

-Por favor, vuelve a decirme que estás lista -pidió con la respiración agitada.

Sus ojos antes celestes, ahora eran de una tonalidad mayormente oscura, su pupila estaba extendida por todo su iris, la luz de la luna iluminaba un brillo deseoso en su mirada.

-Hazlo... haz que me sienta muy amada -pedí en un tono de voz suplicante.

Sin mayor paciencia, Tom subió el resto de la tela de mi falda que aún cubría mis muslos, y bajaba con delicadeza mis medias junto con mis pantaletas.

-Esto no deja respirar tu piel como debería-comentó dejando asomar una leve sonrisa de lado.

-¿Qué?... -pregunté confundida.

-Tus bragas, esa tela es terrible -dijo terminando de bajar por completo mi ropa interior.

No pude evitar soltar un suspiro que reflejaba diversión. Lo tomé de la cara para darle un casto beso en los labios, que me correspondió con mucha intensidad.

-Deja eso, después me dices que debo usar.

Inició un camino de besos que iban desde mis labios, bajaban a mi mentón, daban un paseo por mi cuello, continuando por mi pecho, mientras desabotonaba mi blusa, e iba acariciando cada parte que sus grandes manos le permitían tomar. Aquel rastro de besos se convirtió en un reflejo de saliva en mis pezones, succionando e intercalando ambas mamas en su boca. Yo mordía con mayor fuerza mis labios, y sostenía la respiración inconscientemente, mientras mis manos jugaban con su despeinado cabello. Hiddleston iba acercándose cada vez más a mi vientre, bajando por el monte de Venus, sentía su respiración más cerca de mi labios, y a medida que iba acercándose a la división, dio una larga lengüetada desde mi entrada hasta mi hinchado clítoris; me estremecí ante aquel húmedo y delicioso contacto de mi intimidad con sus papilas.

-Tom... .- Solté en un gemido.

-Shhh, todavía no -dijo con la boca ocupada.

Con su larga lengua estaba dando un paseo por mis húmedos pliegues, mientras con sus manos apretaba mis pezones de manera perspicaz pero delicada. Era la cosa más deliciosa que podía estar experimentando. Tom no daba tiempo a que la viscosidad entre mis piernas tuviera contacto con el aire, el momento que estaba deseando desde que comenzó a comerme inició, y centró su trabajo en mi hinchado y palpitante botón, daba movimientos circulares y de vez en cuando succionaba mi resbaloso clítoris.

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