Capitulo 23 "Soluciones"

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Mis pendientes eran de mucho cuidado; a ver, sí me urgía ver a Davina, porque aún me sentía extraña por su forma de comportarse, lo cierto es que Aaron dirigía aspectos muy importantes de mi vida, y debía hacerle frente a eso primero.

Me vestí lo más pronto que pude, tomé mi bolso con lo indispensable para ir al consultorio, y volver enseguida, sin que Tom se asustara o enojara por ir sola. Entendí el punto en el que intenta cuidar cada centímetro de mí, pero él también podía tener sus preocupaciones, y no era justo que cargara con tanta responsabilidad, además, estaba dispuesta a oír de la misma boca del doctor qué pretendía con todo lo que estaba haciendo.

Mi estado de salud físico era mucho mejor que hace unos días, ya no tenía mareos al caminar, y las náuseas ya no eran tan insoportables, debo aceptar que mucho de ese progreso se lo debo a Tom y a Zawe; si me lo preguntan es muy inadecuado haberme acostado con Tom tantas veces, y que Zawe sea la pareja pública, por supuesto es una patada en el culo, y sí, definitivamente soy una maldita mierda de persona por traicionar la confianza de Zawe tanto tiempo, en especial cuando ella solo se ha comportado como una gran amiga, pero quiero suponer que en algún momento enmendare mi error.

Como era de suponer, Bill estaba en el consultorio, despidiendo a alguno de sus pacientes.

-Por cierto, me gustaría recordarle que esta es nuestra penúltima sesión antes de mis vacaciones, las siguientes sesiones serán en otra locación que le haré saber cuándo sea tiempo.

-Gracias por el aviso, doctor.

Terminó de decir aquella señora que rondaba los 50 años de edad. Lo cual era incorrecto, pues Bill no era doctor, sin embargo, es algo que ocurre muchas veces con las personas que desconocen que nuestro puesto sigue siendo de una licenciatura, tal vez asemejan el bienestar que podemos brindarles en la salud mental, con el bienestar físico que un médico puede ofrecer.

Cuando Bill centro su atención en mí, me dio una sonrisa para enseguida caminar en mi dirección. Por supuesto lo paré, la palma de mi mano estaba firme en su pecho.

- Supongo que estás molesta.

- Supones bien -respondí seria.

- Tienes toda la razón -dijo con el entrecejo fruncido-, mira, no suelo ser impulsivo para persuadir a alguien, pero, debes entender que cuando te decía que te metías en terreno peligroso, estaba siendo totalmente sincero.

-Eso no justifica que te hayas puesto tan violento.

-Entré en pánico.

-Sigue sin ser suficiente.

-Bien, tienes toda la razón, y lo estoy diciendo de corazón, es que...

El sonido de la puerta abriéndose, inundó la sala de espera, y claro, interrumpió la charla que teníamos Bill y yo.

-Te demoraste demasiado en venir -dijo Aaron dirigiéndose a mí.

- Estaba ocupada recuperándome después de ir al hospital.

-Ya veo -me vio de arriba a abajo-. Te espero en mi oficina -dijo caminando a prisa en dirección a esta.

Bill me miraba como queriendo respuestas a lo extraño de la situación.

-¿En el hospital?

-Es una larga historia, pero luego te lo contaré, necesito hablar con Aaron.

-Claro. Entonces... suerte.

-Gracias, pero no la necesito, ese imbécil me va a escuchar.

Sin esperar la reacción de Bill, caminé decidida a la oficina de Aaron. Entre directo cerrando la puerta tras de mí. El semblante de Aaron era severo pero relajado, como si no tuviera nada de que preocuparse.

If You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora