Aquel maldito accidente

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(VC)

Me había dedicado enteramente a la galería en estas últimas semanas. Habían pasado sólo tres semanas desde que volvimos a atender al público y los resultados habían sido verdaderamente sorprendentes. Debíamos tener siempre cuadros en stock, ya que no tardaban en agotarse los que se encontraban en exhibición.

Muchos artistas se acercaban a pedir que recibamos sus cuadros. Debo admitir que existe mucho talento ahí afuera, aunque claro está que nadie jamás podrá igualar lo que los cuadros de Juliana transmitían.



Flashback

Desperté muy emocionada, hoy volvería a verla, las horas se me hacían largas, ya quería que sea hora de pasar a recogerla.

Como nunca antes, estaba preocupada por qué vestir, y me sentía tonta por ello. Pase horas en el closet pensando que era lo más apropiado, quería verme bien y nada terminaba de convencerme. En algún momento se me cruzó por la mente la larga lista de insultos y burlas que me dedicaría Greta si me viera en estos momentos. Luego de un arduo análisis, terminé optando por un conjunto negro sencillo y una blusa blanca.

Decidí llevar el auto en vez de la moto esta vez, aunque debo admitir que moría por volver a tener a Juliana aferrada a mi cintura, pero sabía que el auto era lo más apropiado para esta noche.

Llegué unos 10 minutos antes a casa de Juliana, aún estaba sentada en el auto esperando que sea la hora de tocar su timbre, me sentía nerviosa, nunca antes le había dicho a una chica para ir a cenar, ni siquiera sabía lo que esto significaría para ella, o lo que significa para mí. Estaba por perderme en mis pensamientos negativos, cuando noté que ya era hora, y preferí ir a tocar el timbre antes de que mis miedos me ganaran.

Se abrió la puerta y juro que quedé totalmente embelesada con quien veía frente a mí. Juliana llevaba un vestido rojo que resaltaba el color de sus ojos, que la hacían ver tan sexy. Yo había quedado sin habla, sólo atinaba a mirarla.

- Hola Valentina - dijo ella rompiendo el silencio con una enorme sonrisa en sus labios que terminaba por desconectar mis neuronas.

- Estás... Te ves... - No podía conectar bien las palabras, ella lograba algo que nunca nadie había generado en mí, me ponía nerviosa. - Estás hermosa - logré decir por fin, y sus ojos se iluminaron por lo que dije mientras sus mejillas se sonrojaban y yo perdía la poca cordura que me quedaba al ver el efecto que mis palabras habían tenido en ella.

- Gracias Val, tú también estás hermosa - me dijo, cosa que no le creí - ¿A dónde iremos a cenar? - preguntó tratando de recuperar el color de sus mejillas.

- Iremos al mejor restaurante de pastas de la ciudad - le dije con una sonrisa, sabía por una de las muchas conversaciones que habíamos tenido que le encantaban, de hecho, eran su comida favorita. Su carita de sorpresa y emoción me derretía por completo.

Caminé hacia el lado del copiloto para abrirle la puerta. Y ahí estaba yo, teniendo detalles que jamás había tenido con nadie, pero que con ella fluían sin que yo siquiera lo notara. Subí al auto e iniciamos el camino.

Fuimos todo el rato conversando sobre nuestros días, me sentía extrañamente cómoda conversando con ella, usualmente no me gusta hablar sobre mí, pero con ella todo era diferente, con ella todo fue diferente desde el primer momento.

Llegamos al restaurante y bajé apresurada para abrirle la puerta, le extendí la mano para ayudarla y la tomó con esa hermosa sonrisa que rara vez se borraba de su rostro, el simple roce de su mano hacía que una electricidad recorra todo mi cuerpo. Entramos al restaurante y nos guiaron a la mesa que yo había reservado.

- Este lugar es hermoso Val, nunca había venido antes. ¿No es muy costoso? - preguntó algo tímida mientras recorría el lugar con la vista. Era un lugar bastante lujoso y, tenía razón, muy costoso también, pero el precio no era un problema para mí.

- No más hermoso que tú - se escapó de mi boca sin permiso - No te preocupes por el precio - dije al momento tratando de restar importancia a mi primer comentario. A los pocos segundos apareció el mozo, lo que agradecí mucho. Hicimos nuestro pedido y al poco tiempo ya estábamos disfrutando de la deliciosa cena.

- La comida está exquisita, tenías razón, son las mejores pastas que he probado. - dijo Juliana - Por cierto, Val, quería contarte que, la próxima semana será la inauguración de mi galería y me encantaría que me acompañes ese día. - dijo mientras jugaba con su cubierto de forma nerviosa.

- No me lo perdería por nada - respondí emocionada, sabía lo importante que era ese día para ella, se había esforzado mucho durante estas semanas para que todo quedara perfecto. Al escuchar mi respuesta alzó la mirada y una amplia sonrisa apareció. ¿Ella en verdad creía que había una mínima posibilidad de que le diga que no?

Terminamos de cenar mientras ella me contaba sobre sus cuadros con notable emoción. La galería es de tamaño medio, y la elaboración de los cuadros le demandaba bastante tiempo, por lo que inicialmente sólo abriría una vez por semana.

La llevé a su casa y nos quedamos conversando en su puerta. Cualquier excusa era buena para alargar la conversación un poco más. Conforme pasaban los minutos a su lado, yo sentía que me volvía cada vez más dependiente de ella. Temores del pasado comenzaron a invadirme. ¿Y si yo no le gusto? Yo había prometido no permitir que vuelvan a burlarse de mis sentimientos, mejor dicho, había prometido no volver a desarrollar sentimientos por nadie. Ella estaba poco a poco rompiendo esa barrera, pero no podía evitar sentir temor, y lo único a lo que atiné en ese momento fue a huir.

- Creo que es momento de irme - le dije acercándome a darle un beso en la mejilla - Que tengas muy buenas noches Juliana.

- Buenas noches para ti también Val - me dijo con una leve sonrisa mientras entraba a su casa.

No podía arriesgarme, no con ella. Sentía terror a que me rechace, a que yo no le guste tanto como ella me encantaba a mí, a estar confundiendo las cosas. Me encontraba en una verdadera encrucijada. Ya no podía alejarme de ella, y lo supe desde la primera vez que cruzamos miradas, esos hermosos ojos cafés habían sido mi perdición. Pero tampoco podía intentar algo más, yo nunca había tenido citas, nunca había salido con una misma chica en más de una ocasión, nunca había tenido detalles, nunca me había preocupado tanto el poder ser rechazada. Si una chica en el bar no parecía interesada, cosa que debo aceptar era muy poco frecuente, simplemente volteaba a buscar a otra, pero con ella todo fue diferente desde el segundo uno, yo no quería a voltear a ver a otra chica, pero tampoco quería aventurarme a algo tan nuevo para mí y malograr las cosas o ser rechazada como aquella única vez que expresé mis sentimientos y se burlaron de mí.

Fin del Flashback



Greta llegó de visita a la galería, estaba sorprendida por lo que yo estaba logrando, la verdad yo misma estaba sorprendida por los resultados. Aunque no pagaban tanto por los cuadros como lo solían hacer por los de Juliana, el incremento en el volumen de ventas lo compensaba y hacía que la galería comience a resurgir.

- Me alegra ver la galería tan recuperada luego de algunos meses sin funcionar, estás haciendo un gran trabajo Carvajal - dijo con orgullo

- Gracias por haberme motivado a salir de casa Greta, necesitaba ocuparme en algo y esto está siendo de gran ayuda. Sabes lo importante que era la galería para Juliana, yo me encargaré de que se convierta en la mejor, me dedicaré a ello, por ella.

- No lo dudo Carvajal, sé que así será. Pero tampoco te vayas al otro extremo, la galería no lo es todo.

- Es todo lo que me queda a mí Grill, todo lo demás murió junto con ella en aquel maldito accidente que decidió dejarme con vida y arrebatarla de mi lado.


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By –DeaDos-

¿Quién eres? (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora