La siento tan lejos

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(VC)

La pregunta de Juliana sobre qué pasará si no llega a recobrar la memoria me tomó por sorpresa, pero bastó unos segundos para saber que sin importar qué pase, siempre estaré aquí para ella.

- Entonces tendremos que volver a comenzar de cero... Mucho gusto, mi nombre es Valentina - le dije extendiéndole la mano a modo de saludo. Me miró con algo de incredulidad, pero luego de unos segundos tomó mi mano.

- Mucho gusto Valentina, mi nombre es Barbara - respondió algo temerosa. No podía culparla, en estos momentos yo era una completa desconocida para ella.

- Mucho gusto Barbara - Que difícil iba a ser para mí llamarla así, pero era necesario.

Estábamos terminando de "presentarnos", cuando la puerta de la habitación se abrió y Perlita se asomó.

- Barbara, ¿cómo te sientes? - le preguntó.

- Mucho mejor Perlita, ya quiero irme a casa - le dijo haciendo un puchero, y tuve que pararme de la silla para contener las ganas de abrazarla en ese instante.

- Es necesario que te quedes en observación hasta mañana, ya mañana podremos ir a casa cariño - le respondió acercándose a la cama para abrazarla. Aunque me hubiera encantado ser yo quien estuviera a su lado, me alegra saber que Juliana ha tenido a Perlita para cuidarla todo este tiempo, se nota que la quiere mucho.

- Creo que las dejaré solas para que conversen - les dije disponiéndome a salir de la habitación, necesitaba poner orden en mi mente.

- ¿Te irás? - preguntó Juliana en tono triste con algo de timidez.

- Absolutamente nada podría sacarme de este hospital si no es contigo - Le dije con la mejor sonrisa que pude dadas las circunstancias. - Sólo saldré unos minutos para que puedan hablar tranquilas.

Salí de la habitación y fui en busca de algún lugar donde poder sentarme. Al estar sola, no pude evitar romper en llanto. En las últimas horas había atravesado por una montaña rusa de emociones, pasé de la alegría de saber a Juliana con vida, a la cólera de saber que alguien había querido acabar con su vida, y luego a la frustración al saber que no me recuerda.

Hay cosas en esta vida para las que simplemente no estamos preparados, y definitivamente tener que volver a presentarme con mi esposa en estas condiciones fue una de ellas. Nunca imaginé que tendríamos que pasar por una situación como ésta, pero haré todo lo que sea necesario para que ella esté bien.

A pesar de la gran felicidad que siento por saberla con vida, no puedo decir que esto esté siendo fácil para mí, ya que después de haberla extrañado tanto, tengo que controlar las ganas que tengo de abrazarla, besarla y hacerle el amor. Hay tantas cosas que quisiera decirle, lo mucho que la extrañé, la mucha falta que me hizo, lo mucho que la amo, y no sé si logre contenerme.

Cuando logré calmarme un poco, comencé a pensar en lo que haría. Decidí postergar la inauguración de la nueva galería, la única forma de poder llevar a Juliana ahí sería si no había gente que pudiera reconocerla, además prefería que la inauguración sea cuando haya logrado solucionar todo lo que estaba pasando.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando mi teléfono comenzó a sonar, al ver que era Lucho quien llamaba recordé la "boda" y no pude evitar sentirme culpable por haber accedido. Sabía que cuando todo se solucionara eso quedaría anulado, pero no quitaba el hecho de que había firmado ese papel.

Decidí hablar con mi abogado para que retrase el cobro de la herencia, ya que no quería problemas legales cuando realice el proceso de anulación. Iniciaría las gestiones hoy mismo si no fuera porque aún no es prudente decir que mi verdadera y única esposa se encuentra con vida. No contesté la llamada, no tenía ganas de aguantar los disparates de Lucho. Cuando el teléfono por fin dejó de sonar hice las llamadas necesarias para postergar la inauguración y que se retrase lo de la herencia.

Volví a la habitación de Juliana, ya más tranquila luego de haber podido desahogarme.

- No te preocupes Perlita, entiendo que tienes guardia hoy y debes estar en emergencia - alcancé a escuchar que le decía Juliana a Perlita.

- Igual cualquier cosa que necesites sabes que puedes llamarme cariño, y mañana a primera hora vendré para que podamos ir a casa juntas - dijo Perlita dándole un beso en la mejilla y comenzando a caminar hacia mí - Cuídala Valentina, sé que la dejo en buenas manos - dijo lo suficientemente bajo como para que sólo yo pudiera escucharla, y luego salió de la habitación.

- Se nota que Perlita te quiere mucho - le dije a Juliana cuando estuvimos solas.

- Y yo a ella - respondió con una gran sonrisa - Es algo sobre protectora, pero sé que es porque se preocupa por mí - Me volví a sentar en la silla que se encontraba al costado de su cama y volví a tomar su mano. Necesitaba tener algún tipo de contacto con ella, porque aunque la tengo justo frente a mí, la siento tan lejos, me hace mucha falta.

- Me alegra saber que has contado con su apoyo todo este tiempo, imagino que no debe haber sido fácil despertar y no recordar nada.

- Si, es muy frustrante en verdad saber que tengo toda mi vida en blanco. Es como si todos esos años nunca hubiesen pasado y hubiera nacido recién el día que abrí los ojos justo en este hospital.

- Vas a recordar, ya verás, sólo debes ser paciente - le dije acariciando su mejilla. La sentí tensarse un poco y preferí retirar mi mano. No pude evitar bajar la mirada por unos segundos.

- Valentina, yo... lo siento... - dijo Juliana con pesar.

- ¿Qué cosa? - pregunté extrañada.

- No sé quién eras en mi vida, y ya me resigné a que no me lo vas a decir. Pero, no sé cómo actuar contigo. Siento que te estoy lastimando con mi actitud.

- No tienes nada de que disculparte, yo te dije que comenzaríamos de cero y así será. No pretendo que te sientas presionada a nada, sólo quiero que me permitas estar a tu lado.

- Hay tantas cosas que no entiendo... ¿Cómo puedes ser tan paciente? y ¿dónde estuviste todo este tiempo?

- Sólo te puedo decir que pensé que jamás te volvería a ver, y que te amo con todas mis fuerzas. Lamento no poder darte un mayor detalle, y te repito que no quiero que te sientas comprometida o presionada por nada - Los ojos de Juliana se abrieron mostrando su sorpresa ante mis palabras.

- Yo... Yo... No sé qué decirte... - dijo algo nerviosa.

- No tienes que decir nada ahora.

Luego de eso cambiamos de tema radicalmente, no quería incomodarla más de lo que ya estaba. Estuvimos hablando de distintos temas hasta que nos dio la noche. Juliana estaba agotada, y aunque intentó resistirse lo más que pudo terminó sucumbiendo al sueño y quedó profundamente dormida. Yo no tenía intención alguna de moverme de ahí, por lo que me acomodé en la silla y me quedé contemplándola por no sé cuánto tiempo, hasta que el sueño me venció a mí también.


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By –DeaDos-

¿Quién eres? (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora