Barbara

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(VC)

Perlita me dio las indicaciones para llegar al hospital más cercano, ella trabaja ahí así que pudo agilizar todo el proceso para que le realicen los chequeos correspondientes a Juliana. Yo me quedé en la sala de espera, aún sin poder entender lo que estaba ocurriendo.

"¿De verdad está viva?... ¿Dónde estuvo todo este tiempo?... ¿Por qué me dijeron que había muerto?... ¿Por qué parecía no saber quién soy?...". Tengo literalmente un millón de preguntas paseando por mi mente, ninguna de ellas tiene respuesta, pero en este preciso momento lo que más me importa es que ella esté bien.




Flashback

Desperté antes que Juliana y me dediqué a contemplarla. Aún no puedo creer que esta hermosa mujer es mi esposa, y que es así como despertaré cada mañana, con ella a mi lado.

Durante la noche no podíamos estar en una sola posición, al parecer ambas somos de las que nos movemos mientras dormimos; sin embargo, no importó cuántas veces nos acomodamos, siempre nos mantuvimos juntas, abrazadas la una a la otra. Si una se movía jalaba a la otra para mantener el contacto, y viceversa. Y así es como quería pasar todas mis noches, pegada a ella.

Ambas estábamos echadas de costado, una frente a la otra con las piernas entrelazadas. No quería despertar a Juliana, pero no pude aguantar el impulso por acomodar aquel mechón de cabello que me impedía ver su carita. Lo coloqué con cuidado detrás de su oreja, y ella comenzó a moverse en su lugar. Abrió sus preciosos ojitos y al verme una sonrisa se dibujó en su rostro.

- Buenos días mi amor - dijo aún algo adormilada.

- Buenos días mi amor. Disculpa, no quería despertarte.

- No te disculpes, ya había descansado más que suficiente - me dijo acariciando mi mejilla y acercándose para darme un dulce beso en los labios.

- Eres tan hermosa - le dije acariciando su brazo con las yemas de mis dedos. Un pequeño rubor apareció en sus mejillas al recordar que seguía completamente desnuda - vaya, aún logro ruborizarte - le dije con una sonrisa pícara.

- Amor! - se quejó y se pegó más a mí para esconder su rostro en mi pecho - Tú eres más hermosa - dijo desde su "escondite". Fue separándose de mi pecho para mirarme directo a los ojos, acarició mi mejilla y me besó.

El beso inició tierno y calmado, pero poco a poco fui perdiendo el control sobre mis manos que morían por volver a recorrer todo su cuerpo. El beso se fue profundizando hasta que lo cortamos por falta de aire.

- Si que te estabas aguantando todos estos meses - me dijo en tono burlón.

- Sabes que es necesario haber probado algo al menos una vez para volverse adicto a ello - le dije dejando besos en su cuello - ya te probé, y desde anoche me declaro 100% adicta a ti. Te amo tanto chiquita.

- Yo también te amo... esposa mía - Esta vez fue ella quien inició un recorrido de besos y caricias por todo mi cuerpo, haciendo que la respiración se me dificulte. Retiró la única prenda que yo aún conservaba y noté un cierto temor en su rostro.

- Mi amor, no tienes que hacerlo - le dije tratando de regularizar mi respiración.

- Quiero hacerlo, yo también quiero probarte mi amor, sólo... no sé cómo - dijo algo avergonzada, desviando su mirada. Esas palabras me estremecieron por completo.

¿Quién eres? (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora