Perdóname Juls

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(VC)

Ha pasado ya un mes desde que acepté ayudar a mis padres. Mi abogado ha estado en constante comunicación con ellos, cuidando todos los detalles. Yo no quise saber nada al respecto, ni siquiera quise conocer al tipo que habían convencido para hacer esto. Sólo pedí que me avisaran cuando debía ir a firmar, porque para mí, era sólo eso, una firma sin ningún tipo de valor, una firma que tendría que hacer hoy por la tarde.

Luego del matrimonio, mi abogado haría todas las gestiones para activar la herencia y poner todo a disposición de mis padres, pero surgió un inconveniente. Como el trámite era algo engorroso y tardaría un tiempo, ellos tuvieron que hablar con la gente a la que le debían para que les alarguen el plazo, estos tipos aceptaron con la condición de aumentarles el monto en un 50%, lo cual no era problema considerando la gran fortuna de mi abuelo. Pero bueno, ese ya no era mi asunto. En lo que a mí respecta, no quería ni un centavo de ese dinero, y mucho menos con la condición tan egoísta que dejó mi abuelo, la cual no tomaba en cuenta lo que yo quería o sentía.

Durante este tiempo seguí concentrada en la galería, y comencé a buscar locales para abrir la primera sucursal. De hecho, ya había encontrado el lugar perfecto y estaba en conversaciones con el dueño para hacer la compra. Estaba muy bien ubicado y sabía que sería un gran éxito.




Flashback

Hoy invité a Juliana a hacer un picnic, pero no le dije a donde la llevaría, quería que sea una sorpresa. Hace muchos años encontré un jardín que está justo frente a una laguna, está algo escondido, es un lugar precioso que transmite mucha paz. Siempre que necesito estar sola para pensar, relajarme, o lo que sea voy ahí. Es mi lugar secreto, mi lugar especial, y hoy quería compartirlo con Juliana, mi persona especial. De hecho, era la primera persona que llevaba ahí, y sería la única.

Fui a recoger a Juliana a su casa con un ramo de rosas, yo quería que este día sea perfecto. Toque el timbre, estaba algo nerviosa debo admitir, todo esto era nuevo para mí. La puerta se abrió y el gran asombro de Juliana se reflejó en sus ojos al ver el ramo en mis manos.

- Buenas tardes chiquita, éstas son para ti - le dije extendiéndole el ramo.

- Val gracias, están hermosas - dijo emocionada - aunque no tanto como tú - terminó de decir con una gran sonrisa, esa sonrisa perfecta que siempre me hipnotiza - ven pasa, las pondré en agua - dijo mientras entraba sosteniendo sus ramo, parecía una niña con juguete nuevo.

Entramos a su casa, puso las flores en agua y adornó la mesa de centro de su sala con ellas. Luego salimos y subimos al auto para emprender nuestro rumbo.

Cuando llegamos a nuestro destino Juliana estaba encantada con el lugar. Me acerqué a ella por detrás y la abracé rodeando su cintura con mis brazos.

- Val, este lugar es precioso - dijo dirigiendo su mirada hacia la laguna.

- Tu eres preciosa Juls - le dije sin soltar el abrazo - encontré este lugar hace muchos años y desde entonces siempre vengo cuando necesito apartarme de la realidad. Nunca había traído a nadie, pero quise compartirlo contigo, porque tú eres especial para mí. Sé que por muy sola que quiera estar en algún momento, siempre voy a querer tu compañía - le dije girándola suavemente para quedar frente a frente, manteniendo el abrazo - este mes conociéndote ha sido el mejor de mi vida, has logrado sanar muchas heridas que llevaba dentro y haz sacado una faceta de mí que desconocía por completo. Quiero seguir aprendiendo a tu lado, quiero que sigamos cultivando esto tan bonito que tenemos tú y yo, esto que sentimos desde el primer momento y que en este tiempo ha crecido exponencialmente. Juls... - cerré los ojos, suspiré hondo, y pregunté - ¿aceptarías ser mi novia?

Luego de pronunciar esas últimas palabras las piernas me comenzaron a temblar, los nervios se apoderaron de mí, nunca había hecho esto antes, no sabía si era muy rápido, no sabía si podría soportar una respuesta negativa de su parte, realmente no sabría cómo reaccionar. Pasaron sólo unos segundos, segundos que para mí parecieron eternos, yo mantenía los ojos cerrados hasta que, de repente, sentí sus manos tomando mi rostro y acariciando mis mejillas. Abrí los ojos lentamente y cuando su mirada conectó con la mía, respondió.

- Por supuesto que quiero ser tu novia Val - dijo con una enorme sonrisa, para luego juntar nuestros rostros y fundirnos en un tierno beso. La felicidad no cabía en mi pecho, ella me había dicho que sí - Tú también te has vuelto muy especial para mí en este tiempo, te llevo siempre en mi mente desde el primer día, y este tiempo sólo me ha confirmado el gran corazón que tienes y lo afortunada que soy de haberte conocido.

- No sabes lo feliz que me haces bebé, prometo esforzarme día a día por hacerte muy feliz.

- Tú eres mi felicidad Val.

Fin del Flashback




Llegó la hora de ir a firmar, antes de ir llamé a mi abogado para que me dijera el nombre del sujeto con el que me "casaría", ya que en el registro civil debía aparentar al menos conocerlo de antes. Luis Valencia o Lucho como lo llamaban, la mano derecha de mis padres era quien había aceptado esta estupidez. Yo no lo conocía en persona, pero había escuchado hablar infinidad de veces sobre él, y de lo bueno que era en la empresa. Hace muchos años, cuando consideré la boda falsa como una opción para cobrar la herencia, mis padres siempre intentaban convencerme de que él era la persona indicada para hacerlo. Quien diría que al final eso se haría realidad.

Llegué al registro civil y vi a mis padres parados en la puerta, esperándome para entrar con quien asumí era Lucho, un tipo alto, castaño, de mirada penetrante, ojos cafes, buen físico y una estúpida sonrisa de lado que, según él, lo hacía ver seductor. El tipo al verme me recorrió con la mirada de pies a cabeza, "imbécil" fue lo único que pensé.

- Terminemos con esto de una vez, tengo muchas cosas que hacer - llegué diciendo sin siquiera saludar.

- Hola baby - dijo el muy imbécil con una sonrisa lujuriosa en el rostro - ¿así saludas a tu futuro esposo?

- No te confundas, esto es sólo un trámite, creo que ya te lo deben haber explicado bien - aclaré lanzándole una mirada fulminante - Apurémonos por favor, no tengo tiempo que perder - dije mientras comenzaba a caminar hacia la entrada.

Pasamos y nos dirigimos a anunciar nuestra llegada para que preparen los papeles. Cuando estuvo todo listo el juez dio el discurso que se da en todas las ceremonias, no pude evitar sentir algo de nostalgia al recordar a mi esposa. Por un momento quise salir corriendo del lugar, pero traté de pensar fríamente y muy en contra de lo que sentía plasmé mi firma en ese papel.

- Y ahora los declaro marido y mujer - fueron las palabras que me taladraron la mente y el corazón - puede besar a la novia - terminó de decir el juez. El muy imbécil de Lucho se acercó a querer besarme, para disimular delante del juez puse una mano en su mejilla y con la otra tapé su boca posando mis labios sobre mi propia mano.

Salimos del registro civil y procedí a despedirme, no aguantaba un segundo más ahí, necesitaba llegar a mi casa.

- ¿Te vas tan rápido cariño? - "Este hombre sí que está loco" fue lo que pensé, pero no tenía ganas ni siquiera de discutir con él.

- Si, ya me voy. Hasta nunca "cariño" - le dije haciendo las comillas en el aire con mis manos. No le di tiempo a responder y me fui. Mis padres sólo vieron la escena y no dijeron nada, sabían que no les convenía ponerme de peor humor.

Ni bien llegué a mi casa me quité ese estúpido anillo que acababa de ponerme en esa farsa, pues lo único que quería era volver a colocarme mi verdadero anillo, el único real, el único que tenía valor para mí. En el fondo me sentía mal por lo que acababa de hacer, "Perdóname Juls" es lo único que se repetía en mi mente una y otra vez. Me hace tanta falta, no hay ni un solo segundo que no la extrañe.


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By –DeaDos-

¿Quién eres? (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora