No puedo seguir escondiéndome

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(VC)

No quería separarme de Juliana ni por un segundo, pero sabía que si Carson me había pedido que vaya a la galería tenía que ser por algo importante. Últimamente no he ido mucho por ahí, Carson ha sido un gran apoyo y me ha mantenido informada de todo lo que pasaba. Yo estuve más dedicada a la nueva galería y a pasar tiempo con mi esposa en los últimos meses.

Llegué a la galería y realicé todas las coordinaciones que se necesitaban. Algunos cuadros habían llegado dañados y nadie quería hacerse responsable. Para no alargar el problema propuse que cada uno asumiera una parte. Luego de ponerme al día con algunos documentos que debía firmar, aproveché que estaba ahí para realizar algunas llamadas.

Si lo de los frenos dañados que Juliana me había comentado el otro día era cierto, eso significaba que el accidente no había sido casualidad, sino algo premeditado. Hice algunas llamadas y luego de indagar un poco, me enteré que la supuesta inauguración a la que nos dirigíamos ese día no existía. Alguien había inventado todo eso, asegurándose de que Juliana manejara por toda la carretera, ya que no había otro camino para llegar a ese lugar, sabiendo que los frenos le fallarían, ocasionándole un accidente en el transcurso. Se supone que ese día yo no iría con ella, ese día yo tenía mi examen final, lo que significa que el objetivo era sólo ella. Ya no habían más dudas, y aunque no teníamos ninguna prueba para demostrarlo, puedo asegurar que ese no fue un accidente, fue el primer intento de asesinato contra Juliana.

Se me hizo un nudo en la garganta de sólo pensarlo. Sentí un infinito agradecimiento con la vida por no haberme arrebatado a mi esposa en ninguno de los dos intentos en los que aquella persona, que aún no sabemos quién es, había tratado de quitármela. Estaba perdida en mis pensamientos cuando la puerta de la oficina se abrió, y vi una melena asomarse.

- Hey Carvajal! Que milagro que te dejas ver por acá - entró saludando Greta.

- Hola Greta. Vine sólo a arreglar un problema que hubo con algunos cuadros, de hecho ya estaba por irme.

- Últimamente andas muy desaparecida, hace tiempo que no hablamos, no me vas a decir qué te traes.

- Si te contara creerías que he perdido la razón Greta, creo que lo mejor será que tú misma lo veas, pero no puede ser hoy. Prometo invitarte a cenar a la casa uno de estos días para ponerte al día de todos los últimos acontecimientos.

Sabía lo mucho que Greta quería a Juliana, y sé que estará más que feliz de saberla con vida. Pero si intento explicárselo ahora no saldré de aquí nunca, y ya extraño mucho a Juliana, aunque sólo ha pasado un poco más de una hora.

- Que misteriosa - dice Greta - estaré esperando tu invitación Carvajal, muero de curiosidad de saber en qué has estado metida todo este tiempo.

- No lo adivinarías jamás - le digo para aumentar su curiosidad - Ya pronto lo sabrás, pero ahora debo irme.

- Cuídate Carvajal!

- Gracias Greta, tú también cuídate y cuida la galería ya que últimamente pasas más tiempo acá que yo - le digo con una sonrisa pícara ya que desde que comenzó a salir con Carson no hay día que no esté aquí metida.

Salí de la galería y me dirigí a mi casa. Cuando llegué, abrí la puerta y vi a Perlita y Juliana paradas en medio de la sala, se veían algo raras, pero antes de que pudiera decir o preguntar cualquier cosa, Juliana se acercó a mí y prácticamente se colgó de mi cuello. Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, y la abracé por la cintura.

- Mi amor, que bueno que ya llegaste. Te extrañé mucho - dijo separándose sólo un poco para poder mirarme.

- Yo también te extrañé mucho chiquita - le dije dándole un tierno beso, para luego caminar con ella abrazándola por la cintura para acercarme a saludar a Perlita - Hola Perlita, bienvenida a nuestro hogar.

- Ho... Hola Valentina - la noté algo nerviosa, me pareció muy raro, pero una vez más no pude preguntar nada porque Juliana habló.

- Mi vida, me ayudas a poner la mesa, la comida llegó hace unos minutos y no quiero que se enfríe, será mejor que comamos de una vez.

- Claro que si bebé - le dije dándole un beso en la mejilla.

Acomodamos todo y nos sentamos a la mesa, mi cabeza seguía algo pérdida pensando en lo que me había enterado hoy.

- Val, ¿está todo bien? - me preguntó Juliana.

- Mi amor, recuerdas lo que me contaste, sobre la falla de los frenos del auto el día del accidente. Hoy hice algunas averiguaciones, y descubrí que ese día no había ninguna inauguración, todo fue planeado para que los frenos fallaran en plena carretera - el asombro de Juliana se hizo notar, se lo conté delante de Perlita porque sabía que también le iba a interesar saber todo aquello.

- No... No puedo creerlo, eso si es demasiado desquiciado - dijo Juliana que no salía de su sorpresa.

- ¡Ese maldito! - dijo Perlita, y Juliana intentó calmarla tomándole una de las manos que tenía sobre la mesa.

Pasamos el resto de la tarde hablando de otros temas, no había nada que pudiéramos hacer en ese momento mientras no se supiera quién había orquestado tan maquiavélico plan. Cuando Perlita se fue, Juliana y yo nos quedamos en el mueble para conversar.

- Val, no puedo seguir escondiéndome toda la vida. Creo que es momento de que realicemos el papeleo para aclarar que no estoy muerta.

- Pero Juls, eso podría ser muy peligroso - le dije con genuino temor - Hay alguien por ahí queriendo hacerte daño, no podemos exponerte.

- Mi vida, nada me va a pasar, no puedo esconderme en casa por siempre. Quiero poder salir contigo, que tengamos una vida normal. No creo que esa persona vuelva a arriesgarse, no si ya quedó en evidencia que alguien estuvo atentando contra mí. Podrían fácilmente dar con esa persona si vuelve a hacer algún movimiento en falso.

En el fondo entendía la postura de Juliana, pero un profundo terror me invadía de sólo pensar que algo pudiese pasarle. Al final, como siempre, terminé cediendo, porque sabía que ella tenía razón, el encierro no es vida.

- Está bien corazón, iniciaremos todo el papeleo. Pero te advierto que me tendrás pegada como chicle todo el tiempo. No pienso dejarte sola ni un solo momento.

- Nada me hace más feliz que tenerte pegada mí, mi amor - me dijo con una sonrisa pícara.


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By –DeaDos-

¿Quién eres? (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora