Volver a casarte no te afectará

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(VC)

Y ahora comenzaba a entender el repentino acercamiento de mis padres, estaban teniendo problemas económicos y seguro iban a volver a insistir con lo de la herencia de mi abuelo.

Mi abuelo me quería mucho, yo era su única nieta, pero cuando se enteró de mi gusto por las mujeres me dio un sermón eterno. Él creía que yo estaba confundida y que en algún momento "entraría en razón", su mente no concebía que su nieta, su adorada nieta, nunca fuera a tener una familia "normal". En su afán por asegurar mi futuro, o al menos el futuro que él creía mejor para mí, no tuvo mejor idea que dejar toda su herencia a mi nombre, pero con una cláusula que indicaba que para cobrarla yo debía estar casada con un hombre.

No voy a mentir, en algún momento consideré conseguir a alguien que en papeles fuese mi esposo, sólo para poder cobrar la herencia. Después de todo yo no creía en el amor y el matrimonio sería sólo de apariencia, yo podría seguir enredándome con cuanta chica quisiera. Sin embargo, por obvias razones, todo eso fue antes de conocer a Juliana. Me enamoré perdidamente de ella, la herencia dejó de importarme, y eso trajo infinidad de problemas con mis padres quienes decidieron quitarme todo cuando les dije que no me casaría con ningún chico. Creyeron que de esa forma cambiaría de parecer, pero yo hubiera preferido dormir en la calle antes que dar mi brazo a torcer.



Flashback

Han pasado algunos días desde que besé a Juliana por primera vez, desde que supe que no le era indiferente, desde que decidí dar rienda suelta a mis sentimientos y ya no reprimirlos más. Desde ese día hemos comenzado a pasar aún más tiempo juntas, almorzamos, cenamos, vamos al cine, salimos a caminar, tratamos de pasar la mayor cantidad de horas posibles una al lado de la otra.

Aún no somos nada formal, pero siempre que salimos vamos tomadas de la mano y cuando tengo oportunidad le robo algún tierno beso de los labios. Ya no intento ocultar lo que siento por ella, mejor dicho, no puedo, hay palabras que salen de mis labios que jamás había pronunciado con nadie y que con ella simplemente se escapan, pero al ver como se iluminan sus ojos al escucharlas no puedo dejar de pronunciarlas.

Hoy iríamos a desayunar y por la tarde la acompañaría a comprar algunos materiales que necesitaba en su estudio. Por la noche se dedicaría a avanzar con sus pinturas ya que gracias al gran éxito de su primera exhibición necesitaba nuevos cuadros para ofrecer.

- Buenos días chiquita - le dije cuando se abrió la puerta de su casa, acercándome a darle un beso en la frente - ¿qué quieres desayunar? - le pregunté acariciando su mejilla.

- Buenos días Val - me dijo con su preciosa sonrisa - ¿podemos ir por unos panqueques? - preguntó haciendo un tiernísimo puchero, si de por si no podía decirle que no a nada, ¿cómo podría negarme a esa carita?

- Tus deseos son órdenes chiquita - le dije sonriente mientras le tomaba la mano y depositaba un beso en su dorso. Nos dirigimos al auto, le abrí la puerta para que subiera y luego subí yo.

Fuimos a un café cercano y tomamos un delicioso desayuno, Juliana parecía una niña feliz con sus panqueques y yo estaba embobada con su sonrisa.

- ¿Ya tienes la lista de todo lo que necesitas comprar Juls?

- Si, ¿de verdad no tienes problema en acompañarme? - dijo mirándome algo dudosa.

- Para nada, yo feliz de acompañarte. ¿Podemos pasar por mi departamento primero? Quiero ponerme algo más cómodo, pensé que haría frío, pero ha salido sol.

¿Quién eres? (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora