Inolvidable

480 77 3
                                    


(VC)

Desperté sintiendo besos por todo mi rostro, y una mano traviesa que acariciaba suavemente mi pecho haciendo que mi respiración se acelere en cuestión de segundos. Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, y con mucha dificultad debido a las distintas sensaciones que me estaba generando, fui abriendo los ojos para encontrarme con esos hermosos ojos cafés que me siguen hipnotizando como la primera vez que los vi.

Sé que pasamos un par de noches juntas hace unas semanas cuando aquella fiebre, que tanto agradezco, se hizo presente. Sin embargo, amanecer con ella así, con su cuerpo completamente desnudo pegado al mío, totalmente expuestas no sólo física sino también sentimentalmente, inmersas en un grado de confianza que sólo se puede lograr con el amor de tu vida, compartiendo una conexión que simplemente no tiene explicación porque sobrepasa cualquier lógica, definitivamente es como amanecer entre las nubes, y que lo primero que vean mis ojos al abrirse sean los suyos, es como ver el cielo de cerca.

- Buenos días mi cielo - logré decir con dificultad mientras su mano seguía paseando por mi cuerpo - veo que despertaste algo traviesa - le dije con una sonrisa pícara.

- Buenos días hermosa - dijo dándome un profundo beso en los labios que terminó por dejarme sin aliento - Creo que tengo una pequeña deuda contigo, y debo comenzar a pagarla - terminó de decir mientras llevaba sus mágicos labios a uno de mis senos.

No podía formular ninguna palabra, de mi boca sólo salían sonidos de placer infinito mientras mi esposa se dedicaba a recorrer con besos y caricias todos mis puntos débiles, que ya conoce tan bien, mientras iba dirigiéndose poco a poco hacia mi intimidad que ya reclamaba por ella. No necesitaba decírselo, ella sabía lo que mi cuerpo estaba pidiendo en ese momento, y no se hizo esperar. Cuando sentí que comenzó a recorrer mi parte más íntima con total devoción, sólo pude aferrarme a las sábanas con todas mis fuerzas. Una de sus manos fue al encuentro de la mía y entrelazó nuestros dedos, mientras la otra acariciaba toda la piel que tenía a su alcance. No pasó mucho tiempo y la explosión se hizo presente en mi cuerpo. Juliana inició su recorrido de retorno, dejando tiernos besos a su paso mientras yo intentaba recuperar el aliento.

- Te amo - logré pronunciar por fin, yendo en busca de sus labios para darle un tierno beso.

- Yo también te amo morrita - respondió cuando rompimos el beso.

- Sabes, creo que aún tenemos mucho tiempo por recuperar - le dije cambiando nuestras posiciones para quedar yo sobre ella.

Pasamos toda la mañana y parte de la tarde amándonos, sólo nos detuvimos cuando nuestros estómagos reclamaron alimento, para luego seguir "recuperando el tiempo perdido". Ninguna de las dos parecía dispuesta a ceder ante el cansancio que ya estaba haciéndose presente, hasta que nuestros cuerpos dejaron de obedecernos.

Nos quedamos recostadas en la cama, una frente a la otra, perdidas en nuestras miradas, con una de nuestras manos entrelazadas. Estuvimos en silencio por un buen rato, hasta que Juliana habló.

- Aún no puedo creer que he estado tanto tiempo separada de ti - dijo mientras acariciaba con su pulgar la mano que teníamos entrelazada.

- Yo aún no puedo creer que estés aquí conmigo. Me hiciste tanta falta Juls.

- ¿Sabes? De alguna forma tú siempre me acompañaste en todo este tiempo. Cuando desperté del coma no recordaba absolutamente nada, ni siquiera mi propio nombre, pero había algo que nunca salía de mi cabeza.

- ¿Qué cosa? - pregunté con curiosidad ante sus palabras.

- Mejor déjame enseñarte - dijo dándome un piquito para luego sin mayor detalle salir de la habitación. Escuché la puerta del cuarto del costado abrirse, y luego de unos minutos Juliana volvió con un cuaderno entre sus manos. Se sentó en la cama, y yo también me senté para quedar frente a ella.

- ¿Qué es eso? - pregunté con aún más curiosidad que al principio.

- Este es el primer cuaderno de dibujo que tuve en casa de Perlita, uno cuyo contenido nunca le enseñé y que mantuve escondido debajo de mi cama, pero que cada noche sacaba para dibujar o simplemente mirarlo - me dijo extendiendo el cuaderno hacia mí.

Al abrirlo y ver lo que contenía algunas lágrimas se acumularon instantáneamente en mis ojos amenazando con salir en cualquier momento. El cuaderno estaba lleno de retratos míos. Ella no me había olvidado a pesar de su amnesia, no del todo al menos.

- Tú eres simplemente inolvidable para mí Val, y aunque en ese entonces no sabía quién eras, tú siempre estuviste ahí acompañándome como un hermoso ángel. Mi ángel de hermosos ojos azules - dijo mientras llevaba sus manos a mis mejillas para limpiar las lágrimas que ya no pude contener.

- ¿Por qué no me dijiste antes que me recordabas?

- Por vergüenza, sabía que no podía sacarte de mi cabeza y que definitivamente tenía sentimientos por ti, pero no tenía del todo claras las cosas. Pero ahora ya sabes que estás clavada profundamente en mi mente y mi corazón, y que absolutamente nada podría sacarte de ahí - terminó de decir acercándose a darme un beso.

- Te amo tanto Juls, no sabes lo feliz que me haces. No te voy a negar que, aunque no fuese en lo absoluto tu culpa, para mí fue difícil asimilar que me habías olvidado. Y que ahora me muestres esto - le dije señalando el cuaderno - no tengo palabras para expresar todo lo que siento en este momento.

- Ahora es tu cuaderno - dijo con una hermosa sonrisa- la prueba más grande de que te llevo tatuada en lo más profundo de mi ser. Tómalo como regalo por nuestro primer aniversario de casadas, el cual no pudimos celebrar - terminó de decir borrando su sonrisa y agachando ligeramente la mirada.

- Ya podremos celebrar mi vida - le dije levantando su rostro suavemente por su mentón - Cuando todo se solucione organizaremos un viaje al destino que elijas, tenemos toda la vida por delante mi amor, y ya nada ni nadie volverá a apartarte de mi lado.

- Aún no entiendo como alguien pudo haber querido matarme, si no fuera por Perlita... - No pudo terminar su frase.

- Tenemos mucho que agradecerle a Perlita, gracias a ella hoy podemos estar juntas nuevamente.

- Si, le debemos mucho. ¿Qué te parece si la invitamos a almorzar mañana? Justo mañana es su día libre.

- Me parece una excelente idea.


_______________

By –DeaDos-

¿Quién eres? (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora