Capítulo uno: El héroe alado

1.6K 351 64
                                    

La primera ilusión es un sentimiento que de alguna manera se queda contigo a lo largo de tu vida, o eso es lo que he escuchado de la boca de terceros en muchas ocasiones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La primera ilusión es un sentimiento que de alguna manera se queda contigo a lo largo de tu vida, o eso es lo que he escuchado de la boca de terceros en muchas ocasiones.

Claro que, con el tiempo y las experiencias apiladas, es algo que en cierto punto comprobé.

Fui consciente de mi gesto bobalicón y de la manera en que mi pecho vibró inundado de tiernas sensaciones cuando lo vi después de tantos años, yendo por los aires; devolviendo con una amable y encantadora sonrisa cada uno de los saludos que recibía por parte de los ciudadanos que, con admiración y entusiasmo miraban hacia arriba; donde él continuaba su lento vuelo.

Hawks, como se le conocía por su nombre de héroe, no era más aquel niño que solía abrazar con fervor su muñeco de Endeavor versión chibi.

Lo conocí como Keigo, cuando por tonta caí del puente de madera que conectaba mi zona residencial con un parque infantil junto al bulevar del centro.

Ese día caminaba distraída y sonriente admirando mi nueva figura de acción de All Might.

Mi madre me la había regalado la noche anterior. Supongo que fue a manera de disculpa y —cierta— compensación por lo que atestigüé por haberme asomado al pasillo, mientras ella discutía con papá uno o dos días antes.

Dado que no quería sacar del empaque a mi All Might, lo cargaba conmigo dentro de la bolsa de compras en que mi madre me lo había entregado.

El mero hecho de ver la figura de acción era algo que me daba valor y llenaba de esperanza.

La cosa era, que cuando fuese grande yo quería ser una gran heroína como el susodicho. Bueno, ¿qué niño no deseaba ser tan fuerte y genial como All Might? La respuesta en realidad resultaba sencilla: Keigo, el niño que idolatraba a Endeavor; ese que me salvó de ser arrastrada por la corriente del río.

Hasta el día de hoy no consigo recordar muy bien lo que sucedió. Solo sé que me puse de cuclillas y que me acerqué demasiado a la orilla entre los barrotes de la baranda de madera para observar lo mucho que se había agitado el río después de tres días de lluvia.

Lo siguiente, fue que mi figura de acción dentro de la bolsa de compras, se deslizó de mis dedos de mantequilla mientras me aferraba a uno de los mencionados barrotes.

Desde luego, no quería perder mi preciada adquisición —porque además de tratarse de All Might y de que fue un regalo de mi madre, ¡era edición limitada!—, y por esto hice el estúpido intento de atrapar la bolsa aún cuando era demasiado tarde.

Dado que me incliné más de lo debido —como toda una tonta—, caí desde el puente a las turbulentas aguas. Y, a pesar de estar aterrada porque no sabía nadar, me esforcé desesperadamente por alcanzar el paquete sin detenerme a pensar en nada más.

Qué tonta, ¿no?

A partir de este punto, no tengo idea de cómo fue que Keigo me vio y mucho menos de qué modo me salvó. Cuando abrí los ojos ya estaba acostada de lado sobre la grama, tosiendo como si no hubiese un mañana hasta que pude recuperar el aliento.

CONCEDIDO ━━ [FINALIZADA] 《58》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora