🐺FOUR SEASONS🐱

PROLOGO

Nunew nunca creyó que iba a tener algún día esa vida.

Tomó en brazos al pequeño niño de dos años que se arrebujó contra él, escuchando los gritos de los mellizos a un lado, y le revolvió el cabello al omega que chupaba su dedo a pesar de su edad.

- Kuea, tu mano - dijo con voz suave, luego de cerrar con llave la puerta del auto, y el mellizo menor le sacó la lengua al mayor, agarrando la mano de Nunew.

Lian, el mayor, frunció el ceño, corriendo a tomarle la mano a su hermano, y así los cuatro caminaron por el estacionamiento en dirección al supermercado.

- ¿Qué vamos a compar? -preguntó Kuea.

- Comida -respondió Nunew.

- ¡He-la-do! -dijo Lian, casi rebotando.

- No, eso no -contestó Nunew

- Mama -balbuceó Nat en sus brazos.

Nunew lo miró cuando entraron al supermercado, inmediatamente suspirando al sentir que Lian se lanzó a sus pies, abrazándolo por una de sus piernas. Mientras, Kuea lo abrazaba por la cintura en actitud posesiva, e incluso Nat se aferró a su cuello.

El omega frunció el ceño.

- Chicos, no puedo caminar...

- No impo-ta! - gritó Lian -¡Papá dijo que debemos cu-i-date!

Nunew suspiró, tratando de dar un paso. Lo logró, pero arrastrando a Lian y a Kuea consigo.

Cuando Zee llegara a casa, iba a tener una buena conversación con ese alfa de pacotilla.

Aunque, a regañadientes, sabía que sus cachorros actuaban así también por instinto propio: Nunew sabía que los alfas le miraban, en especial porque era un omega joven que tenía tres hijos. Todo en él gritaba FERTILIDAD, algo que los alfas parecían adorar.

Diez años antes, jamás se habría visto así, porque nunca creyó que un alfa estuviera lo suficientemente interesado en él como para cortejarlo. Tenía una cara amargada (según su madre) y una actitud de mierda (según su padre), además de no parecer omega muchas veces (en palabras de su hermano). Todo eso provocó que asumiera, a sus quince años, que no estaba destinado a tener una vida casera, como la que tenían todos los omegas del país.

Sin embargo, eso no cambió hasta que Zee llegó a su vida un año después.

Se habían conocido en un local de comida rápida, donde el alfa trabajaba, y enseguida le empezó a cortejar como si no hubiera mañana. Nunew al inicio estuvo muy asustado, porque Zee era bastante... intenso.

Y él no sabía manejar esas situaciones, pues jamás estuvo en ninguna de ese tipo. Menos, cuando el alfa apareció en su casa con ciento veinte rosas blancas, que terminaron en el tacho de basura porque la mamá de Nunew era alérgica a ellas.

Pero tiempo después, cuando el alfa le marcó y anudó en él, se dio cuenta de que jamás podría querer a otro alfa que no fuera Zee, ni cargar a ningún bebé que no fueran los del alfa, ni mirar a ningún otro lado excepto a su esposo.

Nunew era un buen omega, después de todo, y amaba muchísimo a su familia.

Siguió caminando con Lian aferrado a su pierna en tanto Kuea no lo soltaba, los tres niños gruñéndole a cualquier persona que le mirara. Nunew lo agradecía, además, porque en esa sociedad tan jerarquizada, cualquier alfa podría agarrarlo y quitarle la marca de Zee para hacerle otra.

Él tenía pocos derechos, pero muchos deberes, y Nunew lo sabía muy bien, ya que cuando llevaba saliendo dos años con Nunew y fueron a una fiesta, un alfa borracho quiso violarlo. Si no hubiera sido porque Zee lo golpeó, la historia sería otra.

Sus cachorros eran muy posesivos con él, algo sorprendente considerando que el único alfa era Lian. Kuea y Nat eran omegas, por lo que tendían a darse más con Zee, sin embargo, actuaban como alfas cuando se trataba de él y de mirar mal a todo el mundo.

A sus veinticuatro años y con tres cachorros, era evidente que Nunew era un buen partido.

Comenzó a echar cosas en el carrito de supermercado, y media hora después, estaba pagando en la caja.

- ¿Puedo llevah el chocolate? - preguntó Kuea, mostrándole el dulce.

Nunew negó con la cabeza.

- El azúcar te vuelve hiperactivo - le dijo, quitándole el chocolate.

- ¡No es pala mí! -reclamó Kuea- ¡Es pala Sia!

Nunew suspiró. Sia era el vecino alfa de seis años que decía ser pareja de Kuea; por otro lado, su hermano menor, Champ, de cuatro años, también declaraba ser el alfa de Nat. Lian los odiaba a los dos por quitarle la atención de sus hermanos menores.

- ¡Sia hu-e-le a caca! -dijo Lian maliciosamente.

- ¡No es cieto! -gritó Kuea, enrojeciendo.

- ¡Y se casadá con otlo omega! -agregó Lian.

- ¡Mamá! -chilló Kuea.

Nunew agarró a Lian por la oreja luego de pagar.

- Si sigues diciendo eso, te lanzaré del auto -le advirtió, y Lian decidió callar.

Agarró las bolsas de supermercado, caminando otra vez al auto, y procedió a guardar todo antes de volver a acomodar a los niños en el asiento trasero. Minutos después llegó a casa y se dispuso a hacer la cena.

A veces, se aburría porque se la pasaba en casa, sin nada qué hacer, porque Zee y él decidieron tener hijos enseguida y, por lo tanto, no pudo entrar a la universidad y así trabajar después. Lian y Kuea solían ir al kínder, en tanto él se quedaba cuidando a Nat, pero sabía que pronto el menor empezaría a ir también a preescolar, y quedaría sin compañía. Tal vez debería darle otro cachorro a Zee o comprar una mascota, porque tampoco quería trabajar, ya que era peligroso para un omega como él. Prefería quedarse en su hogar y ser el típico omega de familia, tal y como fue criado.

Una hora después, la puerta de la casa fue abierta y sintió un familiar olor llegando a él. Sonrió sin poder evitarlo, oyendo los chillidos de los cachorros al ver llegar a papá, y fue a su encuentro.

Zee le sonrió con Nat en brazos, dándole un beso en los labios.

- ¿Cómo te ha ido hoy? -preguntó.

Nunew lo pensó un momento.

- Aburrido -respondió, sin embargo, era feliz.

Superficialmente feliz, pero a veces, peor era nada.

🌸 Advertencias: esta historia te hará llorar mucho, así que alista pañuelos 🥺, también puede tocar algunos puntos sensibles así que lean bajo su propia responsabilidad. Habrá algunos saltos en el tiempo en ciertas partes de la historia, creo q es entendible pero sino igual me preguntan 😊.

🌸 Gracias a Hobibuba por darme permiso para adaptar su bella historia.