Cuando volvemos a nuestras ultimas semanas de clases en la universidad, todo vuelve a nuestro ritmo de vida familiar y tranquila. Nos acoplamos a nuestros horarios y rutinas nuevamente. Y aunque la temporada de futbol termino oficialmente, somos llamados a entrenar de todas formas porque a nuestro entrenador no le importa un carajo si estamos en nuestro último año y que muchos de nosotros no vayamos a volver a tocar un balón nunca más. Nuestro entrenador está enfocado en que los novatos vean nuestro juego y aprendan de los jugadores veteranos; los movimientos que nos hicieron ganar una copa de campeonato esta temporada.
Mi rutina diaria no ha cambiado desde antes o después que he vuelto de Escocia. A excepción del sexo. El sexo alucinante que comparto con Zev cada noche. Puedo estar muerto de cansancio cada noche que vuelvo a casa después de largas y duras rutinas de entrenamiento o de un turno largo en el refugio. Puedo jurarme que cuando llegue a casa, lo primero que haré será tirarme en mi cama y dormir hasta el día siguiente. Pero me miento a mí mismo. Me miento a mí mismo cada noche que intento parar esta cosa a la que no podemos ponerle nombre porque ambos sabemos que no durara.
No nos mentimos en este aspecto. Ambos sabemos que no somos nada más que las noches que pasó en la habitación de Zev. Porque al parecer, por alguna razón desconocida; las últimas semanas he preferido su cama por sobre la mía. Me digo a mi mismo que es porque nuestras sesiones de sexo terminan muy pasada la media noche y estoy demasiado agotado para mover un dedo y volver a mi habitación. Que no tiene nada que ver con el cuerpo caliente y desnudo de Zev a mi lado. Que no tiene nada que ver con esta necesidad pertinente de pasar todo mi tiempo libre con él. Ya sea en su cama o fuera de ella. Estoy obsesionado con estar cerca de él en todos los niveles posibles.
Hemos tenido "la charla" y ambos decidimos que esto termina una vez que su campamento de iniciación a su equipo en la NFL comience.
Durante las últimas semanas, Zev me ha estado bombardeando con preguntas acerca de que voy a hacer con mi futuro. El no hace la pregunta en voz alta, pero está escrita en sus ojos cada vez que intenta obtener información de mí.
Sinceramente ni yo mismo sé que es lo que se supone que voy a hacer. Enlistarme siempre fue la meta. No importaba el camino, porque todos me conducirían al mismo lugar. La meta nunca cambiaba. Pero sinceramente, esa meta no parece más como una meta. No sé en qué momento me he perdido en el camino a ella, pero definitivamente parece que no estoy llegando a ningún lado con ello y eso me frustra.
¿Tengo una enorme montaña de deudas estudiantiles? La tengo.
¿Tengo alguna idea de cómo voy a pagarlas? Ninguna jodida idea.
¿Sé que los marines son un camino seguro para erradicar esas deudas? Totalmente.
¿Estoy seguro de querer pertenecer a los marines como lo estaba hace un par de semanas? Jodidamente no lo sé.
¿Siempre he sabido que iría de cabeza a ellos sin pensarlo? Lo sabía.
¿Es esa aún una opción en mi lista? Debería de serlo.
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Mentiras
RomanceEs tu mejor amigo, Zev. Deja de pensar con tu puto pene. Sin embargo, mi mejor amigo se inclina y roza sus labios suavemente con los míos. Y resistirme a su beso es solo una prueba de que hemos estado acumulando una pila de explosivos durante los do...