Capítulo 3

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La cosa más estúpida de mi vida

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La cosa más estúpida de mi vida. Eso es lo que he hecho.

Solo hay una cantidad limitada de veces que puedo hacer frente a la compasión de mi familia después de la ruptura de mi único y largo noviazgo. He superado a Karime en todos los aspectos, pero ellos siguen tratando de empujarme fuera de una depresión inexistente.

Cuando ella decidió dejarme hace un par de semanas atrás, estaba devastado. Ella ha sido una gran constante en mi vida, sé que siempre lo será. Lo que compartimos juntos no lo podrá borrar nadie. Fuimos los primeros en todo en la vida del otro. Primer beso, primer amor y primer orgasmo. Nuestras madres han sido amigas desde que estábamos en el útero, así que no fue la gran cosa que fuésemos unidos desde el principio. Asistimos a la misma guardería, a los mismos colegios y a los mismos clubs deportivos. Estar juntos siempre fue natural y correcto. Así que no fue una sorpresa cuando llevamos nuestra amistad a nuevas aguas. Nuestros padres estaban seguros que terminaríamos juntos en un felices para siempre. Mierda, yo estaba seguro de que seriamos un felices para siempre. Al menos hasta el día que decidió que lo que teníamos debía terminar.

Ahora que no tengo una novia, mi familia cree que es hora de que extienda mis alas y encuentre una nueva candidata factible. Y han arrojado a chicas en mi dirección en cada oportunidad. Como hoy. Todo lo que escuche fue a mi madre despotricar sobre esta increíble chica que cree que sería fantástica para mí. Y con cada palabra me sentía al borde en cada segundo, no podía seguir escuchándolo, así que simplemente me rompí.

— ¿Cómo te fue? —me pregunta Jules, cuando paso por el umbral de la puerta principal. Él esta acurrucado en el sofá gris frente a la televisión, viendo algún programa de mierda. Angelina está en el suelo frente a él. Abre los ojos cuando me escucha entrar y después de valorar que no soy una amenaza potencial para su amo, vuelve a cerrar los ojos y regresa a su siesta. Un gruñido se me escapa cuando arrojo las llaves a nuestro cuenco en la mesita a un lado de la puerta. Una risa suave se filtra en sus labios antes de hablar nuevamente—. ¿Tan mal?

— Jodidamente mal. —refunfuño.

— ¿Qué paso?

— Dije algo estúpido. —le digo sin ánimos de contarle mi mierda. Jules exhala un suspiro.

— ¿Les dijiste al fin que se fueran a la mierda? —le sonrió. No sé si reír o seguir gruñendo sin sentido.

— Algo como eso. —Él rueda los ojos.

— ¿Vas a hablarme sobre eso o solo vas a seguir de mal humor y dando vueltas sobre esto sin decirme nada realmente? —dice, mirando sus manos como si tuviera mejores cosas que hacer que escuchar mi mierda. Él tiene manos grandes con dedos largos y uñas cortas y es extraño que note este hecho.

— ¿Recuerdas que te dije que mi hermano se casaría pronto? —él asiente, pero no me interrumpe—. Bueno, pues resulta que la boda está un poco más cerca de lo que esperaba y Holland me arrincono para confirmar la asistencia de un acompañante en mi invitación.

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